Desde Brasilia
Describirlas como distantes, no basta: las relaciones entre Luiz Inácio Lula da Silva y Javier Milei son un témpano de frías. Si ya lo eran desde la toma de posesión del presidente argentino el 10 de diciembre, ese carácter se cristalizó la semana pasada cuando ambos estuvieron a pocos metros uno del otro en Italia, durante la cumbre del G7 en Italia, y optaron por ignorarse. Ese no saludo de los mandatarios de los dos principales socios del Mercosur da la medida del abismo que los separa.