La guerra fría entre Mauricio Macri y Patricia Bullrich se trasladará ahora a una batalla de actos partidarios. Mientras el presidente del PRO considera que, cumplidos los plazos de la Ley Bases, puede avanzar con su reaparición pública, que tendría la forma de un acto de relanzamiento del PRO, la ministra de Seguridad le prepara un contraacto donde volverá a mostrar a sus dirigentes con los de La Libertad Avanza. Un acto similar llevó a que, por orden de Macri, se descabezó al PRO bonaerense y se avanzó en un procesod de elecciones internas. El trabajo de limpieza de dirigentes de Bullrich todavía no terminó y los alfiles de la ministra prometen dar batalla.

La guerra de Macri contra Bullrich comenzó apenas ella aceptó el ministerio de Seguridad sin consultarlo con su (ex) lider político. Primero hubo algunas escaramuzas, que incluyeron la presión de los dirigentes locales del PRO para que ella dejara la presidencia del partido y llamara velozmente a elecciones. Luego fue el tiempo de parlamentar para que hubiera una lista única y que Macri pudiera ocupar sin oposición la presidencia del PRO. Pero a partir de allí comenzaron las verdaderas batallas.

Primero Macri, tras reunirse con gobernadores e intendentes afines, lanzó una ofensiva contra el plan de Bullrich para fusionar el PRO con La Libertad Avanza: varios gobernadores se pronunciaron en contra, así como otros dirigentes. Bullrich contraatacó con un encuentro que protagonizaron ella, el intendente PRO de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, y el armador de Karina Milei en el territorio bonaerense, Sebastián Pareja.

Allí pareció que las batallas iban a derribar en una guerra abierta: Macri mandó a descabezar a la conducción bullrichista del PRO bonaerense. Renunció la mayoría de los dirigentes para dejarla acéfala y que la actual presidenta, Daniela Reich - que es, además de senadora bonaerense, esposa de Valenzuela- no tuviera chances de seguir. A continuación, armaron una Asamblea del PRO bonarense donde llamaron a elecciones. El candidato puesto a reemplazar a Reich es Cristian Ritondo. El que lleva adelante las elecciones es el ex intendente de Lanús, Néstor Grindetti, actual jefe de Gabinete de Jorge Macri. Hubo un momento de máxima tensión donde Bullrich aseguró que había cometido un "golpe de Estado" (se sabe: el término se viene usando de una manera demasiado liviana para lo que es la historia de nuestro país). Y se rompieron los bloques de Diputados y Senadores del Congreso bonaerense. Los de Bullrich formaron un bloque llamado "PRO Libertad".

Pero después de la guerra abierta se pasó a una guerra fría. Ritondo avanza con la limpieza de dirigentes bullrichistas que le encomendó Macri y los quiere sacar de las comisiones que tenían, de los cargos en el Banco Provincia y otros organismos descentralizados e impedirles usar el nombre "PRO" en sus bloques.

Guerra de actos

El siguiente capítulo de esta guerrita entre Macri y Bullrich tendrá forma de actos. Por un lado, Macri comenzó a esbozar el suyo. El ex presidente se había propuesto no levantar el perfil hasta que estuviera aprobada la Ley Bases. Con la norma encaminada a aprobarse definitivamente en Diputados, ya el titular del PRO comenzó a orquestar un acto de relanzamiento del PRO, que lo tendrá como principal protagonista. No hay, todavía, fecha ni detalles de cómo será ese acto. Podría ser en julio o agosto, según como venga la situación del país. Buscará mostrar a un Macri que coincide en muchas cuestiones con el actual presidente, pero que quiere guardar su distancia.

En privado, Macri se queja de que Milei no implementó ninguno de sus consejos, ni sumó a ninguno de sus cuadros. El ex mandatario incluso dejó trascender -a través de Infobae- que le propuso a Milei armar una mesa conjunta del PRO y La Libertad Avanza para reunirse cada semana o cada quince días e intercambiar ideas y estrategias en el Congreso. Es decir, institucionalizar los diálogos que ya existían. Pero Milei lo desairó.

En este punto, Macri busca que si hay efectivamente alguna negociación para una alianza electoral el año que viene no será desde la postura de sumisión que, a sus ojos, adoptó Bullrich. Su principal objetivo, por ahora, es ordenar el PRO y volver a verticalizarlo. Por eso, espera que se resuelvan las elecciones bonaerenses para tenerlo a Ritondo como presidente de ese partido. También en Mendoza -tierra donde los radicales apoyan a Bullrich- espera renovar autoridades el 30 de junio. Y el PRO de Tucumán camina a una intervención para resolver problemas internos. En todos los casos, el objetivo es sacarle a Bullrich el control de cada centímetro del PRO. Tampoco la quieren a Bullrich a la cabeza de la Asamblea del PRO nacional. Su elección para ese lugar fue parte del acuerdo de lista única. Un acuerdo que quizás no se cumpla.

Contraataque

Bullrich, en tanto, plantea su contragolpe. Imposibilitada de ganar las elecciones del PRO bonaerense -Ritondo selló a fuego acuerdos con Diego Santilli e incluso con ex bullrichistas como Javier Iguacel como para no dejarle una grieta), va a insistir con los actos conjuntos con La Libertad Avanza, como el que ya hicieron en Esteban Echevería y que terminó con el descabezamiento del PRO bonaerense.

Según confirmaron en el entorno de la ministra, habrá un nuevo encuentro partidario con Pareja, el armador de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires. Será en un acto en La Plata que se proyecta para julio. Buscarán que sea un encuentro donde se hable de seguridad y del que vuelvan a participar las principales figuras bonaerenses del bullrichismo, incluido Valenzuela y Reich y al que se podrían sumar los diputados bonaerenses que firmaron en nuevo bloque. La ministra, en tanto, no sería de la partida. Lo que no quiere decir que no siga con mucho interés las estrategias para que el PRO termine en manos de Milei.