María Luz Rioja asumió como vicepresidenta del Partido Justicialista de Santa Fe el 6 de junio, en una sala repleta, en un clima de unidad. A sus 37 años, sabe que es joven para la mayoría de la dirigencia política, pero también advierte que tiene "20 años más que las pibas de 17 y 18 años" y para construir códigos en común con esa generación hace falta mucho diálogo. Nacida en Esmeralda, un pueblo de 900 habitantes del departamento Castellano, en 2005 llegó a Santa Fe para estudiar Ciencia Política y se quedó en la capital provincial. Así se sumó a la Corriente Nacional de la Militancia, y participó de la Mesa provincial de la Juventud Peronista, como secretaria de capacitación y adoctrinamiento. Si bien su familia es peronista, afirma que "el kirchnerismo fue un descubrimiento más personal".
-Asumiste como vicepresidenta del PJ en un contexto desfavorable, porque el peronismo es oposición provincial y nacional.
-Los contextos son siempre particulares, en este caso tenemos la adversidad de ser oposición a nivel provincial y nacional, con los elementos que sabemos que tiene el gobierno que encabeza Javier Milei. No nos podemos correr un ápice del lugar de opositores. El peronismo es realmente opositor a este gobierno.
-Participaste de la JP, y hoy muchxs jóvenes están interpeladxs por los discursos del libre mercado y el individualismo.
-No todos, porque observaba en la marcha en la ciudad de Santa Fe contra la ley Bases que la participación de jóvenes fue contundente. Vi mucha juventud de partidos políticos, organizaciones sindicales, organizaciones vinculadas a la cultura, a la educación. Vi mucha participación juvenil, pero sí es cierto que hay códigos que a los que tenemos cerca de 40 años nos cuesta mucho identificarlos. Yo tengo 37. Sí, para algunos soy joven, pero a un pibe de 17 o una piba de 18 años, les llevo 20 años, entonces hay una distancia importante en cómo conectamos, en cómo construimos el vínculo, en que se sientan identificados o identificadas con ciertos debates.
-Esa diferencia que vos marcas como generacional, también se da entre los sectores más politizados y la ciudadanía más "común".
-En la convocatoria contra la ley Bases, me pasó de ver la masividad en la marcha y a su vez cierta distancia con el ciudadano y la ciudadana común. Pareciera que el debate por la Ley Bases les pasaba por el costado y creo que hay un perjuicio muy directo sobre todo el pueblo argentino. No creo que nos deba pasar por el costado. Es un desafío de la política construir ese puente, esa cercanía, entre lo que se está debatiendo adentro de un recinto o en la calle o en algún espacio, para que se logre conectar con el ciudadano común. Que no quede en el ámbito de la política, porque la política debería ser el reflejo de debates que se están dando en otros ámbitos también.
-¿No ves como una dificultad el rechazo ciudadano a los gobiernos anteriores y a la dirigencia política en su conjunto?
-Lo leo como un desafío. Que tiene que ver con tener cierta distancia o con no haber logrado en los años de nuestra construcción democrática saldar algunas cuestiones básicas. Es cierto que algunxs te decían "no llego a fin de mes" o un pibe te decía "no sé de qué voy a laburar". Entonces, eso tuvo un resultado. La acumulación de estas ausencias, de estos debates sin saldar, de estas respuestas que no supimos dar, tienen un resultado, que es lo que hoy nos está gobernando, y es un problema. Claro que entre variables que se me escapan, como en todo acontecimiento social.
-¿Cómo tomas los pedidos de autocrítica que se multiplican hacia el peronismo?
-Es un lugar común que se utiliza mucho en la conversación con los peronistas, y no he visto que esto suceda con Juntos por el Cambio, con el macrismo que nos gobernó durante cuatro años y nos lastimó mucho, rompió el tejido social, retrocedimos. A mí me parece que nos exigen a los peronistas nada más. La autocrítica la haremos. Pero más aún, es muy necesaria la construcción de acá en adelante, en un marco importante de unidad, sobre la base de la pertenencia y la identificación con un proyecto de país, con un conjunto de valores que nos identifican. ¿Por qué soy peronista? Porque defiendo el trabajo argentino, la ampliación de derechos, que a los trabajadores se le reconozcan sus derechos desde el Estado, que a nivel nacional y provincial tengamos Ministerio de género, mujeres y diversidades, o sea, son posicionamientos que tienen que ver con con ideas y con valores. No son vacíos.
-Y ahora es más defensivo, ya que esos derechos están siendo cuestionados...
-Lo que nos pasó en el último tiempo es que esta sensación que teníamos de que el piso de derechos era inamovible para abajo, ahora nos la están perforando. Hoy nos ponen en un lugar de resistir. Y se configura un esquema alrededor del miedo.
-¿Cuál es tu posición como autoridad del PJ frente al gobierno provincial?
-Yo soy muy crítica de que el gobernador se haya manifestado en estos últimos días en defensa de la Ley Bases. Yo creo que eso a ningún santafesino o santafesina le es favorable en ningún lugar. Por otro lado, por el achicamiento permanente de las políticas de género, no solamente porque nos bajaron de categoría con el Ministerio, que convirtieron primero en secretaría y hoy se está vaciando, con compañerxs trabajadorxs que quedan en la calle, con lo cual tenés una doble pérdida, la del trabajador y trabajadora que se queda sin trabajo y por otro lado, por la pérdida de la política pública, porque si vos vacias de Recursos Humanos quién va a llevar adelante de los derechos conquistados hasta acá.
-Otro desafío tiene que ver con la posición del PJ frente a Pullaro, hay sectores del peronismo que tienen acuerdos, como algunos senadores.
-Aspiramos a construir puntos de encuentro de acuerdo básicos entre los distintos sectores del PJ, eso es clave y es muy importante. Me parece que tenemos que lograr un claro posicionamiento opositor, tanto a nivel provincial como a nivel nacional.
-¿Qué pensas de los sectores que atribuyen la derrota electoral a un exceso de progresismo?
-Creo que eso es un error. Nadie se excedió en reclamos ni en reconocimiento de derechos. A nivel internacional se configura el feminismo como la principal resistencia a las derechas, a los movimientos más reaccionarios en Europa, al neofascismo. Acá también, en Argentina, lo que está sucediendo con Milei, es que las principales resistencias se están configurando alrededor de los feminismos.