A una semana se su captura, Arturo “Antoñito” Villalba, el principal acusado por el doble femicidio de las hermanas Marisel Isondú, de 22 años, y Aitana, de 9 años, en la provincia de Corrientes, fue llevado ante las autoridades judiciales para dar su versión de los hechos, pero se negó a declarar. El hombre había sido detenido e internado en el Hospital Róbinson de Monte Caseros el domingo pasado, luego de cinco días de intensa búsqueda en la cual participaron cerca de 200 uniformados.

Según el diario correntino La Época, fuentes allegadas al caso indicaron que durante su período de internación el hombre habría dicho que quien mató a las mujeres fue el marido de Marisel y que luego lo golpeó en el rostro y por miedo huyó.

El domingo 9 de junio, luego de cinco días de intensa búsqueda, la Policía de Corrientes logró aprehender a Villalba. El hombre era buscado en el marco de la investigación por el doble crimen sucedido días atrás en Parada Acuña de Colonia Libertad, en esa provincia. La captura se produjo a partir de un megaoperativo con efectivos de la comisaría de Colonia Libertad, personal de la División Policía Rural e Islas y Ambiental Rural, la División Canes, la Dirección de Investigaciones de la Unidad Regional III de Curuzú Cuatiá y la de Monte Caseros y efectivos de las comisarías de los alrededores, que se prestaron a realizar tareas de rastrillaje por distintas zonas rurales de Parada Acuña, un área completamente inhóspita y con poca llegada de señal telefónica y de internet, lo que complicó seriamente la comunicación entre los distintos grupos que participaban de las batidas.

Villalba fue hallado durmiendo debajo de una casilla abandonada en una zona de montes, en estado de debilidad y deshidratación, luego de varios días prófugo, por lo que fue trasladado al Hospital Fernando Irastorza, de Curuzú Cuatiá, bajo una férrea custodia de varios móviles y una veintena de efectivos. El lunes 10, en horas de la noche, fue trasladado hasta el Hospital Robinson de Monte Caseros, donde quedó internado. El hombre seguía inconsciente y no podía valerse por sí solo. Fue recién el miércoles cuando recobró la conciencia y el jueves recibió el alta médica.

Al tener el alta, trasladaron a Villalba a la fiscalía para prestar declaración indagatoria, pero como era de esperarse se negó a declarar. Sin embargo, según medios periodísticos locales, durante su período de internación, cuando recobraba la conciencia, habló de lo sucedido y señaló a Miguel Ángel Zárate como responsable de los homicidios. Villalba, quien presentaba un corte en el rostro, dijo que fue él quien se lo había provocado y que huyó del lugar por miedo a ser también asesinado, igual que las dos hermanas.

Miguel Ángel Zárate, peón rural de 24 años y pareja de Marisel, había sido demorado el pasado 4 de junio, cuando encontró los cuerpos de las asesinadas e hizo la denuncia. Durante ese tiempo presentó declaración frente a Clara Belén Arrúa, titular de la Unidad Fiscal de Investigaciones Concretas de Monte Caseros, donde afirmó que ese día regresó del trabajo a las 18 y se encontró directo con la escena. Para la Justicia, el testimonio de Zárate se sostenía en la coartada confirmada por el patrón del joven peón rural, quien aseguró que lo llevó hasta la casa casi hora y media después de la data de muerte en que los forenses estiman fueron asesinadas las hermanas. Quiere decir que el joven estaba trabajando en el campo, cuando su mujer y su cuñada fueron asesinadas.

Debido a que las declaraciones de Villalba ocurrieron solo durante su internación y no brindó ningún tipo de testimonio a la Justicia, no son tomados en cuenta para el caso, ya que carecen de validez legal. Desde el sábado a la mañana, el sospechoso está detenido en la alcaldía de la comisaría Primera de Caseros. En cuanto a su situación procesal, la fiscal Arrúa, al ver que mejoraba en su cuadro general, pidió retirarlo del hospital por razones de seguridad y para evitar que siguiera hablando de manera extraoficial para preservar la investigación.

Este martes, los peritajes médicos confirmaron que Villalba no es esquizofrénico y que entiende claramente sus actos. Tampoco toma ningún tipo de medicación para esa enfermedad, a diferencia de dos familiares directos suyos que sí están diagnosticados con ese trastorno.

Autopsia de las hermanas

En las autopsias que realizaron los forenses en la morgue de Pasos de los Libres a los cuerpos de las dos hermanas no encontraron signos de abuso sexual reciente en ninguno de los dos cuerpos. Sin embargo, la fiscal Arrúa no lo descarta y aún resta conocer el informe final de los médicos tanatólogos.

Los peritos determinaron que el cuerpo de Marisel Isondú presentaba signos de extrema violencia. Además de dos puñaladas, tenía golpes compatibles con machetazos en los antebrazos. Mientras que la niña creen que pudo haber sido estrangulada con el cinto de tela de su propio guardapolvo. Los investigadores sospechan también que fue la primera víctima, ya que esa prenda no tenía manchas de sangre, como sí había en el resto de la casa.

La principal hipótesis que tienen los investigadores apunta a un intento de abuso sexual contra la menor, que no prosperó porque justo llegó Marisel a la vivienda. Allí se habría enfrentado a Villalba, quien la atacó a cuchillazos y le provocó la muerte.