Para el ejecutivo de uno de los mejores bufetes de abogados de Wall Street, al igual que para un empresario amigo de Houston y otro de Chicago, “acá Milei es furor, es un rockstar”. No piensan igual en Washington y en universidades estadounidenses.

Muchos ciudadanos perciben con la misma intensidad a los personajes de ficción que a los reales. El protagonista Milei encontró la forma de incorporar sus emociones a la vida ciudadana. Hoy el mundo vegeta en un universo de retratos e historias visuales enlatadas y lee en las imágenes más de lo que ellas mismas explican.

Las experiencias de la ciudadanía global permanecen circunscriptas al ecosistema colegios, universidades, sitios reales o digitales donde se hacen las compras o se divierte y la calle o accesos virtuales. Este es hoy el universo de recorrido cotidiano, tal como lo fue la música progresiva, el boliche y el debate ideológico-político o para generaciones anteriores “la milonga, el comité y el cafetín”. Las redes sociales y los productos subculturales se han vuelto parte significativa de las vidas, como las que se viven por contacto personal. El agujero de ozono de la política ha contribuido a crear un modelo virtual de conciencia neoliberal, aun en los espacios políticos más populares.

En la Argentina, los episodios discurren entre dos líneas narrativas: la amenaza del populismo y su respuesta paradójicamente asociada a una opción antidemocrática, cruel y perturbadora, de pura emoción. El odio clasista-racista es el más dañino, esta es la idea que encontramos en el centro de la cuestión, aunque con baja divulgación.

“Detuvieron a 4 jóvenes libertarios por disparar a personas en situación de calle”. Sucedió a fines de abril, pero la noticia trascendió hace poco. Al momento de ser detenidos, los jóvenes de entre 19 y 21 años, aseguraron ser libertarios. Una especie de Ku Klux Klan gótico se ha globalizado y nos está alcanzando. Para estos jóvenes, la diferencia entre “ellos” y “nosotros” es, sencillamente, su condición social. Ese es el entendimiento de esta libertad "anarcocapitalista".

“Estamos siendo tan mejores que ellos, los estamos aplastando en la batalla cultural y los estamos pasando de arriba. No solo le ganamos en lo productivo, sino que además somos superiores moralmente y estéticamente. Somos mejores en todo y les duele”, expresó Milei ante la atenta mirada de la presentadora Viviana Canosa.

El relato

"En el primer cuatrimestre, hubo un ajuste fiscal del 5 por ciento del PBI, se eliminó la emisión monetaria para financiar al Tesoro, el déficit cuasifiscal pasó de 10 por ciento a 2 por ciento del PBI y el stock de pasivos remunerados cayó 57 por ciento en términos reales. Las reservas netas pasaron de 11.200 millones de dólares negativas a 850 millones positivas. Se desplomaron los agregados monetarios en términos reales y hubo un reacomodamiento de precios relativos. Además, la inflación está bajando más rápido de lo previsto, desde el 17.000 por ciento anualizado al 5 por ciento mensual".

Todo este circo épico frente a los mercados no menciona que la muestra es breve y que se hizo a costa de la depresión de la economía, el atraso del tipo de cambio real y la postergación de pagos de las importaciones, otros desembolsos comprometidos presupuestariamente, más los aumentos ya pactados de transporte, luz, gas, prepagas y combustibles. Todo lo cual, estará presente en los próximos meses. Pero además, para concretar la eliminación del impuesto País y las retenciones a las exportaciones, un supuesto objetivo, es necesario ajustar otro 2,5 por ciento del PBI. Una masacre.

El presidente ha dicho que ama ser un topo dentro del Estado que trabaja para destruirlo: “Es como estar infiltrado en las filas enemigas, la reforma del Estado la tiene que hacer alguien que odie el Estado y yo odio tanto al Estado que estoy dispuesto a soportar todo …con tal de destruir al Estado”. Pero el FMI, el Banco Mundial, los inversionistas y la banca acreedora, tienen que cobrar. Si se destruye al Estado deudor, las insolvencias emergentes las recogería el conjunto de sus acreedores.

En lo que hace a otras partidas presupuestarias, será difícil que no se genere otro aumento de la deuda flotante, como sucedió con las generadoras eléctricas, donde el default ascendió a 1.200 millones de dólares y se saldó con un bono compulsivo que valoriza al 50 por ciento de paridad, generando una enorme incertidumbre jurídica, inconveniente para la promoción de inversiones extranjeras y locales.

La realidad

El desplome de la recaudación por la recesión fue compensado por la recaudación proveniente del comercio exterior, fundamentalmente con el impuesto País, a partir de la devaluación, el aumento de la alícuota y de la base imponible.

La recaudación del impuesto País representó el 51 por ciento del superávit primario del primer cuatrimestre. El crecimiento de la recaudación tributaria obedeció al impuesto a las Ganancias, que registró los eminentes lucros que presentaron las empresas con fecha de cierre de sus estados contables el 31 de diciembre de 2023, favorecidas por una extravagante devaluación del peso.

En junio comenzó una nueva etapa plagada de incertidumbre sobre el régimen monetario y cambiario. Tampoco hay todavía un marco de equilibrio adecuado que permita aseverar que se está yendo en una dirección determinada. La desconfianza se planta frente a la carencia de un plan de estabilización para bajar la inflación a un dígito anual. Por el momento, el objetivo de máxima triplica a la peor inflación de Cristina Kirchner. Proyecta inseguridad la sustentabilidad del estrafalario ajuste.

El ritmo de desplome de la recaudación crece, mientras el ritmo de desmoronamiento del gasto del primer cuatrimestre se modera. Simultáneamente, la eliminación del cepo no es tan fácil como se le vendió a la ciudadanía porque no se sabe cuál sería el tipo de cambio resultante de la salida del esquema que armaron Macri-Lacunza. Si fuera un tipo de cambio nominal de 1.400 pesos por 1 dólar, nuevamente subiría con fuerza la tasa de inflación.

Nada luce menos viable que la eliminación del impuesto País, por el compromiso que tiene en la recaudación. Consecuentemente, la propuesta del titán de Milei (Cavallo), de ir liberando el cepo macrista en forma gradual, con un desdoblamiento del mercado cambiario “a lo Aldo Ferrer”, parece ser una alternativa pragmática, a la que se va a tener que acostumbrar el presidente, si no quiere transitar la vía rápida.

El gobierno aparece vendiendo como exitoso un programa para bajar la inflación a una tasa del 70 por ciento anualizada, 16 puntos arriba de la peor tasa de inflación de Macri y alrededor de 3 veces la peor de Cristina Kirchner, según Todesca.

No hay "V"

Lo más cruel y duro se hace rápido y sin anestesia --repiten los economistas-- porque la lógica de una empresa es ganar dinero. No es así la lógica de un país. Asumiendo que “la lógica de una empresa” se puede transpolar a un país, una parte significativa del cacareado progreso fiscal ha sido conseguida con comedimientos temporales prohijados durante la emergencia, eficaces para una corporación en una primera etapa para evitar el concurso preventivo, después hay que generar flujos para asegurar el pago de los diferimientos con crecimiento sustentable.

No se observa cómo se podría forzar a la baja las expectativas inflacionarias, prosiguiendo con nuevos aumentos de tarifas y una eventual esperada devaluación. Ante ello, el "campo" está liquidando solo lo necesario para pagar deudas.

Todo el consenso profesional, aun los que son afines a Milei, descreen del rebote “en V”, porque no tiene con qué traccionar una recuperación de esa envergadura, dado el menor nivel de salario real y la apreciación de un peso más pronunciada que en las últimas recesiones. La evolución del consumo privado es clave para entender la dinámica que podría tener el PBI, porque explica el 74 por ciento del PBI.

El consumo público no será un impulso de recuperación, la inversión en construcción no será una razón de crecimiento debido al derrumbe de la inversión pública y a que no están dadas las condiciones para la construcción privada cuyos costos en dólares, crecen por encima del importe de las propiedades terminadas. La inversión en equipamiento es imposible, ya que las empresas están en niveles mínimos históricos de utilización de la capacidad instalada.

Depresión

Por todo lo expuesto, es obvio que las corporaciones disciplinaron la tropa, argumentando que ésta puede ser la última oportunidad por los próximos 30 años, tomando en cuenta que Cavallo inició la convertibilidad en 1991. Pero el camino parece arduo: en las últimas recesiones, en promedio, recuperar el nivel de actividad previo al inicio del retroceso, llevó más de 5 trimestres consecutivos.

Cabe recordar que después de 16 trimestres consecutivos de caída (segundo trimestre de 1998 al segundo trimestre 2002), la economía comenzó a crecer en el tercer trimestre de iniciada la recuperación. Esta recuperación vino inicialmente de la mano de las exportaciones netas y un aumento impresionante de las retenciones, con un tipo de cambio real de más del doble que el actual, que impulsó exportaciones y derrumbó importaciones, con un salario real deprimido. Acto seguido la economía comenzó a crecer a tasa chinas por 107 meses consecutivos, hasta Lehman Brothers.

Luego del semestre trágico (último trimestre 2008 y primer trimestre 2009), la recuperación sucedió con un salario real 35 por ciento mayor al actual y con un tipo de cambio 60 por ciento superior al presente. Dada la recesión mundial, las exportaciones netas tardaron 3 trimestres en contribuir positivamente al PBI.

La caída acumula un 6,6 por ciento: 2,3 puntos de Alberto Fernández-Massa y 4,3 puntos de Milei-Caputo, casi el doble. El primer trimestre de 2024 terminó con una caída del PBI de 3 por ciento trimestre contra trimestre y 5,2 por ciento año contra año (incluyendo diciembre de la devaluación), superior a la caída de 5 por ciento del segundo trimestre 2023, por la sequía. Sin el comercio internacional, el PBI hubiera caído un 12 por ciento en vez de 5,2 por ciento año contra año.

Este artículo no tiene la intención de infundir pánico, pero la hora exige que estemos dispuestos a corregir aquello que hasta ahora inconscientemente hemos naturalizado. No existen las muertes aceptables ni vidas prescindibles. “Si la gente no llegara a fin de mes se estaría muriendo en la calle y eso es falso”, dice Milei. La gente compró esta perniciosa parodia establecida por el verdadero poder, y este poder debe ser capaz de reconocer el dolor y el sufrimiento que ha traído consigo.

*Director de Fundación Esperanza. Máster en Política Económica Internacional, Doctor en Ciencia Política, autor de 6 libros, @pablotigani