MI VILLANO FAVORITO 4 - 5 PUNTOS
(Despicable Me 4 / Estados Unidos, 2024)
Dirección: Patrick Delage y Chris Renaud
Guion: Mike White, Ken DaurioDuración: 95 minutos
Con las voces originales de Will Ferrell, Chris Renaud, Steve Carell, Miranda Cosgrove, Dana Gaier y Joey King.
Estreno en salas.
TRAILER:
Las salas argentinas están esperando las vacaciones de invierno con más ganas que un chico a Papá Noel durante la cena del 24 de diciembre. Tienen motivos para hacerlo: en lo que va de 2024 se vendieron un 38 por ciento menos de entradas en comparación con el mismo periodo de 2023, una tendencia que alcanzó su piso en mayo, cuando la cifra se desplomó un 56 por ciento contra el mismo mes del año pasado, según un análisis del portal Otroscines.
La impresionante performance de Intensa-mente 2 (1,6 millones de espectadores entre jueves y lunes) encendió el fuego de la esperanza en los exhibidores, quienes –cruzan los dedos– desde esta semana tendrán en Mi villano favorito 4 un combustible de alto octanaje para mantenerlo vivo durante el receso invernal. Dado que la entrega anterior de la franquicia iniciada en 2010, Minions: Nace un villano, cortó 4,5 millones de entradas en 2022, las cinco películas sobre el otrora malvado Gru y sus pequeños asistentes con forma de cilindro y lenguaje indescifrable acumularon 16,5 millones de tickets.
Si los párrafos anteriores son más propios de un análisis de taquilla que de una crítica se debe a que esa arista es la más interesante que ofrece Mi villano favorito 4, ya que en términos cinematográficos es un poco más de lo mismo: un diseño visual amabilísimo a los ojos, peripecias de todo tipo, una batería de gags físicos apuntados a satisfacer el paladar de los sub-10 que funcionan solo cuando rompen las ataduras de lo esperable y algunos apuntes sobre la importancia de la colaboración y la familia.
Porque Gru ya es mucho más que un padre adoptivo, ya que a la troupe se sumó un bebé con un jopito que recuerda al rulo de Oaki, y quedó poco y nada del villano que supo ser. Tanto así que ahora es un agente de la Liga Anti-Villanos, la misma que deberá entrar en acción ante la aparición de un megavillano mitad hombre-mitad cucaracha llamado Maxime Le Mal (Will Ferrell en el doblaje original), que además es un viejo conocido de Gru desde los tiempos del internado compartido.
Ya antes del final de la secuencia introductoria Le Mal termina preso en una cárcel de máxima seguridad y prometiendo a quien quiera oírlo una brutal venganza contra Gru. ¿Acaso es un cortometraje? ¿Para qué, entonces, los ochenta y pico minutos restantes? Para la puesta en marcha de la ansiada revancha de Le Mal, cuyo escape obliga a Gru, su familia y algunos de sus leales minions a mudarse a una casa segura de la Liga. No es necesario tener un coeficiente intelectual de tres dígitos para suponer (y acertar) que Le Mal irá tras sus huellas, algo que Gru y sus aliados amarillos tratarán de evitar, enciendo los motores de un relato que rehúye a los tiempos muertos y a las bajadas de líneas de corte moralista.
Si la razón de ser de la franquicia son los minions, es una pena que se recurra a ellos de forma esporádica. Son ellos, con su espíritu destructivo y alborotador en la mejor tradición de los Looney Tunes, los responsables de los momentos más graciosos de una película demasiado enamorada de su fórmula.