desde Mar Azul
Mirar al cielo es una actividad pedagógica: siempre se aprende algo nuevo de ese espectro profundo hacia lo infinito. Emiliano Peluffo lo supo de cachorro, cuando en pleno carnaval de Sarandí, mientras sus amiguitos excitados tiraban espuma al cuerpo más cercano, él levantó la cabeza y observó otro cuerpo, pero más allá, en el firmamento. Era, por definición, un objeto volador no identificado. Tenía seis años y su curiosidad no se sació más: empezó a leer las revistas Muy Interesante y Conozca Más (los Googles de la era pre Google), luego se vinculó con expertos en ufología, más adelante empujó su propio programa de radio y el fin de semana pasado organizó el “Primer encuentro de ovnis y misterios del mar y bosque” en Mar Azul, sitio que el propio Peluffo ubica dentro de un triángulo de avistamientos conformado por Maipú, Ostende y la zona del Faro Querandí.
El evento se realizó 70 años después de los primeros avistamientos (el pionero fue en junio de 1947, en Estados Unidos, un mes más tarde se produjo el primero en Argentina, cerca de La Plata) y reunió a especialistas el domingo pasado en la Casa de la Cultura de Mar Azul, al sur de Villa Gesell. Un espacio mágico en el medio del bosque que el año pasado fue noticia en estas páginas por cobijar un disruptivo y vanguardista Seminario de Cannabis Medicinal. Así, entre sánguches de bondiola, jaurías de perros (sello de Gesell y a la vez enigma: ¿son estos multitudinarios y cimarrones canes, en verdad, humanoides disfrazados?) y curiosos de todo el país, fueron exponiendo uno a uno los entendidos en la materia.
Abrió el juego Andrea Pérez Simondini, de la Comisión de Estudios de Fenómeno Ovni de la República Argentina, uno de los organismos que impulsa la desclasificación de expedientes oficiales al respecto. Cabe recordar que en 2011 fue creada la Comisión de Estudios de Fenómenos Aeroespaciales, ente gubernamental que depende de las Fuerzas Armadas, que en diciembre de 2015 expidió su primer documento a partir de casos arrimados por distintas personas. En la mayoría de ellos (desde Corrientes hasta Mar del Plata) se verificó que se trataba de ilusiones ópticas, o bien de objetos voladores pero identificados (desde satélites hasta una pelota de fútbol). Por primera vez en la historia, el fenómeno ovni es también cuestión de Estado.
Más adelante disertó Javier Stagnaro, un espeleólogo que se despachó hablando de Erks, la ciudad intraterrena que según la filosofía hermética (y también ciertos relatos de los comechingones) existe debajo del cerro Uritorco. Lo mismo hizo Carlos Alberto Gallo. ¿Qué hace a este hito geográfico cordobés tan cautivante para el supuesto aterrizaje de extraterrestres? Por empezar, su ubicación: el cerro conforma uno de los denominados “triángulos de fuerza” junto a la también cordobesa Laguna de Mar Chiquita y a Merlo, San Luis. “Los lugares donde más avistamientos se registran son zonas de montaña y de agua”, subrayó Jorge Suckdorf, investigador de History Channel y documentalista de ciclos de ufología en el legendario canal Infinito.
El cierre estuvo a cargo de Silvia Pérez Simondini, hermana de Andrea y fundadora del Museo Ovni en Victoria, Entre Ríos, el único hasta ahora reconocido oficialmente y vector de un eje turístico que se une a Capilla del Monte. En el medio, suena un audio en toda la Casa de la Cultura. Es un mensaje de voz de Favio Zerpa, quien bendice el evento y sugiere algo sencillo: mirar el cielo, rendirse ante sus incertidumbres y reconocer con obviedad que no estamos solos en el Universo.