El comisario de la Policía Federal de la capital santafesina, Guillermo Gabriel Gallo, fue llamado a prestar declaración indagatoria por haber recibido dinero, junto con el subcomisario Leonardo Rafael Benítez, para autorizar un régimen diferenciado en el tratamiento del detenido Juan Ignacio Suris, un narco financista detenido en las mismas oficinas federales. Esta causa ya tiene procesado al quien fuera el subjefe de la Policía Federal  Leonardo Benítez  para lograr tener una estadía vip en la sede de la ciudad de Santa Fe.

La indagatoria fue pedida por el fiscal federal  Walter Rodríguez, en cuya causa probó que a Suris le daban la posibilidad de tener elementos y electrodomésticos a su disposición, utilizar teléfono celular a discreción, y recibir visitas en cualquier momento y horario, entre otros beneficios . Esta conducta es tipificada como cohecho.

En el mismo expediente esta demostrado que los federales realizaban compras en supermercados efectuadas para el interno Suris, acciones que resultan calificables en el delito de peculado. Por último y según la fiscalía, Gallo incurrió en los delitos de abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público al instruir a su personal subalterno la ejecución de órdenes contrarias a los reglamentos internos y no ejecutar las normas vigentes en materia de privación de la libertad.

 Cabe destacar que Gallo es Comisario de la Policía Federal Argentina, asignado al cargo de Jefe de la División Unidad Operativa Santa Fe desde el 4 de noviembre de 2022.

Actualmente alojado en la cárcel de Ezeiza, Suris fue citado a indagatoria por dos delitos: el cohecho activo, ya que la Fiscalía entiende que abonó dinero para ser favorecido en el lugar de detención; y encubrimiento por haber tomado conocimiento, por parte del subjefe Benítez, de una serie de allanamientos que tenían como objetivo quebrar una banda narcocriminal de barrio Las Lomas, cuyo cabecilla aparece en una foto difundida en Facebook con Suris. Por el caso además fue detenido el entonces subjefe de la PFA, Leonardo Benítez, acusado de múltiples delitos cometidos durante la estadía de Suris en la delegación.

Los cargos contra Juan Suris surgieron a partir de la causa que se inició por una denuncia que llegó a la Fiscalía Federal N°2 y que destapó los beneficios que recibía el recluso en la Policía Federal de calle San Martín 338 tras su detención en noviembre pasado en la ciudad de Esperanza. Aquella detención fue ordenada por el Tribunal Oral Federal de Bahía Blanca para cumplir una condena por comercio de estupefacientes, entre 2011 y 2013, y montar una usina de facturas truchas para evadir el pago de impuestos a la Afip.

En ese momento, Suris fue provisoriamente alojado en la sede de la PFA de Santa Fe hasta que saliera el pase al Servicio Penitenciario. Sin embargo, ese trámite nunca se concretó por parte de las autoridades de la repartición. Desde entonces, estuvo alojado en la dependencia federal y se la pasaba en el despacho del subjefe Leonardo Benítez, según indicaron testigos que declararon en la causa. “Estaba horas en la oficina con Benítez, tomando café y tomando mate, comiendo picadas, asado y pedidos de McDonald”, dijeron. De hecho, por la lujosa estadía, los agentes de la PFA se referían hacia él como el “inquilino”, “tercer jefe” o “tercer comandante”.

La imputación contra Suris recae además en que el preso vip supo enterarse de doce ordenes de allanamientos que había dispuesto el Juzgado Federal N°1 de Santa Fe en el marco de una causa que impulsó el fiscal Gustavo Onel y que investigaba una organización narco criminal que operaba en el barrio Las Lomas de la ciudad de Santa Fe. 

El recluso, según estableció la causa, se enteró de los allanamientos ya que se encontraba en el despacho del subjefe Leonardo Benítez quien a viva voz comentaba sobre los lugares que debían ser requisados por la propia Policía Federal. Entre los lugares a allanar, la Justicia había ordenar el domicilio de un hombre que justamente tiempo atrás se había sacado una foto con Suris y la cual se difundió por la red social Facebook. Llamativamente, los allanamientos dieron resultados negativos pese a que esa causa tenía avanzada la hipótesis de que la organización traficaba drogas a grandes escalas.