El martes 18 a la noche, Miranda! consumó el primero de sus cuatro Movistar Arena (la segunda función es este jueves 20). Sucedió a pocos días de haber ganado por vez primera la principal categoría de los Premios Gardel: el “Gardel de Oro” (se le entrega al “Mejor álbum del año”), gracias a su disco Hotel Miranda!. Antes que generar alegría unánime, porque la dupla encarna el arquetipo del grupo popular que está más allá del bien y del mal, ese galardón dividió las aguas entre parte de la industria musical, periodismo y público. Hizo ruido que un trabajo cuyo repertorio está confeccionado por relecturas de sus hits se transformara en una obra representativa de uno de los años de mayor producción musical del que se tenga recuerdo en la Argentina.
Si bien David Lebón había tenido una nueva resignificación con Lebón & Co, donde revisitaba sus clásicos mediante duetos, la aparición de un segundo volumen y de otro disco en el que hace revisión de su obra encendió las alarmas sobre el aburguesamiento creativo. Y es que aparecieron más discos de artistas nacionales que lo emularon. A Miranda! no le fue nada mal con esa fórmula. Jugar el juego de la industria musical argentina le brindó al grupo en 2023 uno de los años más activos desde su fundación. Tras el estreno de Hotel Miranda! en el Teatro Gran Rex, en abril de 2023, Ale Sergi y Juliana Gattas se embarcaron en un raid que terminó por convertir a su pop en música para las masas, coronado en diciembre con una cancha de Ferro para 30 mil personas. Todo un hito para un género musical humillado cuando decidieron rescatarlo.
“Ésa es nuestra visión artística de la masividad: que con una foto junto a Piñón (Fijo) se nos abra un universo psicodélico”, le dijo Gattas a este diario, hace exactamente 10 años atrás, durante una entrevista por su disco Safari. “Aprovechamos esas experiencias. Y nos da el oficio de tocar constantemente, que alimenta mucho al artista y le genera un kilometraje mental”. Esos dichos explican muy bien aún hoy cuál es el perfil de público al que apuntan. Mientras, su primera generación de fans añoraba en redes sociales esos primeros años en los que el entonces cuarteto tenía un pie en el under y otro en lo queer, y reivindicaba sus dos primeros álbumes (el segundo de ellos, Sin restricciones, cumple 20 años en 2024).
En esta etapa de la banda, de su primer disco, Es mentira, por ejemplo, sólo rescataron el tema “Romix”. De hecho, y esto lo certificó Sergi en la conclusión de su vuelta al Movistar Arena, se tornó en tradición cerrar sus shows con esa canción. Dos horas antes, la banda había inaugurado el setlist con “Ya lo sabía”. Lo hicieron con Ale y Juliana en el fondo del campo, subidos al cisne de parque diversiones que usaron en Ferro. Durante esos 3 minutos, se abrieron paso entre el público mientras cantaban el tema. O más bien la nueva versión del tema. Vale la pena acentuar que Hotel Miranda! es un punto de inflexión no sólo para el grupo sino también para sus canciones. Es por eso necesario comprender que hoy habitan en estos nuevos ropajes. No muy distintos a la de los hits originales, aunque sí abrigados por un sonido más contemporáneo. Pero eso no le resta a su condición de clásicos.
La fiesta arrancó tan temprano como el gol que le hizo Albania a Italia en la Eurocopa que está en curso. Una vez que ambos cantantes se sumaron en el escenario a sus músicos, Gabriel Lucena (guitarra y bajo) y Ludovica Modell (batería), viraron del pop electrónico celebrativo hacia uno de cadencia más introspectiva, de la mano de “Nadie como tú”. Luego de que el frontman saludara por primera vez al público, apareció el cuerpo de baile en “Lo que siento por ti”, desempeñando una coreografía al estilo del musical Grease. “Luna de papel”, cabalgata new romantic que evocaba a las de grupos como Level 42, estuvo escoltada por la versión de la balada “Uno los dos” que grabaron para Hotel Miranda!, con Emilia Mernes cantando desde la pantalla central del arena.
Entonces vino el primer cambio de ese outfit impecablemente glam, aunque, en simultáneo, volvieron a hacer alusión a la simbología espacial. Bien afín a la del cine clase B o la de la serie de relatos Crónicas marcianas, de Ray Bradbury, cuyo kitsch coincide con el del imaginario del grupo. Previo a que en las pantallas irrumpieran sendos astronautas, la intro de la performance comenzó con un platillo volador de la vieja usanza aterrizando en un lugar donde la fachada del Hotel Miranda! que usaban para la puesta en escena parecía un vestigio del pasado. Si ya se hablaba de un segundo volumen del disco, estas alegorías, que guiaron estéticamente el show, parecieran confirmarlas. Eso le daría un carácter transicional a esta residencia, con su paso por el festival Lollapalooza de este año en calidad de primer campanazo para este periodo.
Después del funk “743”, entró en escena el único invitado presencial de la jornada: Goyo Degano, vocalista de Bandalos Chinos, con el que hicieron el housero “Navidad”, tal como la plasmaron Hotel Miranda!. Si ya se había escuchado “Es Miranda, mi amor” en la voz de un robot, siguiendo el paradigma de Kraftwerk, quien lo dijo por segunda vez fue Ale Sergi. Fue el grito de guerra de “Dos”, con Dillom en la pantalla. Más tarde estuvo Lali en “Yo te diré”, y el formato también lo invocaron para dos de las canciones del álbum que supieron mostrar el temperamento popular del dúo: “Tu misterioso alguien”, bancados por Andrés Calamaro, y en el que renuevan la canción melódica; y “Perfecta”, junto a María Becerra y FMK, y en la que patentan la hermandad rítmica entre el reggae y la cumbia.
En el medio de ambas hicieron “Extraño”, una de las mejores canciones argentinas de lo que va de siglo, con Juliana haciendo la contraparte vocal plantada como una lámpara de pie (tan literal que se puso en la cabeza una pantalla). Si “Prisionero” refleja la fascinación de Sergi por el legado de Giorgio Moroder, la petshopboysera “Hola” puso a saltar aún más a todo el estadio. Para dosificar la energía, el cantante se colgó la guitarra acústica en “Lejos de vos” y “Hasta hoy”. Pero al toque volvieron a sonsacar el aguante de su gente con un popurrí bailable conformado por “Me gustas tanto”, la adictiva “Ritmo y decepción” y “Traición”. Antes del cierre, con “Mentía”, “Enamorada” y el mega hit “Don”, Miranda!, por si tenía alguna duda de lo que está por venir, había comprobado que tiene licencia para todo.