Distintos sectores vinculados a la vida nocturna de la ciudad debatieron e intercambiaron posturas para avanzar hacia una nueva ordenanza de nocturnidad en Rosario. Fue este martes en el Concejo, en el marco de una audiencia pública convocada por la concejala Fernanda Gigliani, que se extendió durante seis horas y tuvo a 63 disertantes. “Es la primera vez que estuvieron todos los actores sentados en un mismo lugar escuchando lo que el otro tenía para aportar”, celebró la edil de Iniciativa Popular. Después varios intentos por modificar la ordenanza 7218 que regula los espectáculos públicos en la ciudad, el legislativo local se encamina a la sanción de una nueva ordenanza, sumando el aporte de vecinos, empresarios gastronómicos, representantes de bares y locales bailables, organizaciones y referentes culturales. Desde la Intendencia buscan que sea antes del receso de invierno, pero desde la oposición ponen sus reparos. “Estamos trabajando contrarreloj y si podemos llegar para la última sesión previa al receso lo vamos a hacer, pero es un tema para abordar con la altura que amerita y con el tiempo que demande”, evaluó la concejala peronista, Julia Irigoitia.
La audiencia tuvo lugar en el recinto de sesiones del Concejo y fue presidida por la presidenta del cuerpo, María Eugenia Schmuck. El encuentro comenzó pasadas las 15 y se extendió hasta después de las 21 horas. En ese tramo 63 disertantes, de un amplio abanico de sectores, expusieron su posicionamiento respecto al rumbo que debe seguir la vida nocturna de la ciudad. Además, unas 200 personas participaron como oyentes en la jornada. Si bien la audiencia no es vinculante respecto a la ordenanza que se busca sancionar, desde los distintos espacios políticos se destacó la importancia de poder escuchar a los actores involucrados en la nocturnidad rosarina.
En ese sentido, Gigliani resaltó que la audiencia se haya celebrado “en un marco de respeto” y se mostró satisfecha con las exposiciones que se dieron a lo largo de la jornada. “La nocturnidad es un tema que lleva más de diez años de discusión sin que pueda avanzarse en una nueva normativa. Pero esta es la primera vez que estuvieron todos los actores sentados en un mismo lugar escuchando lo que el otro tenía para aportar”, manifestó en declaraciones a Rosario/12. “Esto nos da parte del insumo necesario para poder modificar la norma”, añadió la concejala que propuso la realización de la audiencia.
Asimismo, consideró que el desafío que tiene por delante el Concejo es que la nueva ordenanza salga del recinto con la mayor legitimidad posible. “Queremos que gran parte de la sociedad se sienta referenciada en esa norma y que sienta que se protegen sus derechos y aspiraciones”, expresó y agregó: “Tiene que ser una norma muy bien hecha, no tiene que dar lugar a dobles interpretaciones, ni tener lagunas. Que queden en claro cuáles son los requisitos que el Estado demanda para poder funcionar”.
No obstante, para Gigliani la ordenanza a sancionar deberá estar acompañada por “un cambio de actitud” por parte del Municipio a la hora de ejercer los controles correspondientes. Y si bien la intención de la intendencia es que la normativa salga cuanto antes, la concejala de Iniciativa Popular pidió que la norma se trabaje de la mejor manera posible: “Yo soy partidaria de que salga una buena normativa y la experiencia me dice que cuando se presiona y se va contra reloj para intentar sacar una normativa, puede que salga un ‘Frankenstein’. Creo que no podemos darnos el lujo de sacar una norma peor a la que está y que hay que darse el tiempo necesario para trabajar”.
Por su parte, la presidenta de la comisión de Gobierno, Julia Irigoitia, calificó a la experiencia como “enriquecedora” y consideró que el intercambio de opiniones obliga a los concejales a trabajar en una propuesta que sintetice los intereses de todas las partes: de los vecinos, que tienen derecho a descansar; de los ciudadanos que quieren salir a divertirse, y de los empresarios y trabajadores de la cultura que encuentran en la noche rosarina un ámbito de desarrollo económico y generación de empleo. “Si hay algo que apareció ayer fue un consenso generalizado respecto a que la ordenanza vigente no genera respuestas para ninguno de estos actores”, evaluó.
En diálogo con Rosario/12, la edila del peronismo celebró que después de tantos años se avance definitivamente en una actualización de la norma y que los actores involucrados formen parte del debate. “Es importante que le demos un cierre a esta norma que tiene 20 años y quedó antigua”, expresó y agregó: “La ordenanza vigente plantea un esquema de habilitación por rubros que encorseta mucho, y los inversores o emprendedores se tienen que adecuar a algo que no siempre reflejan el espíritu original de sus propuestas. Eso es restrictivo”.
Por último, Irigoitia reconoció que hay un “tironeo” con el Municipio que busca tener la normativa aprobada el próximo mes: “Estamos hablando de una ordenanza que es muy robusta y que amerita debates profundos. No es la intención de nadie que esto se demore, pero sí entendemos que merece mucho tiempo de trabajo. Estamos trabajando contrarreloj y si podemos llegar para la última sesión previa al receso lo vamos a hacer, pero es un tema para abordar con la altura que amerita y con el tiempo que demande”.
Los participantes
En el debate quedó reflejado un amplio abanico de voces. Uno de los oradores fue Carlos Mellano, de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica y Afines de Rosario. El dirigente compartió la necesidad de modificar la norma y consideró que una nueva ordenanza debe ser “taxativa” respecto a los controles que se efectúen. También consignó la importancia de que se puedan renovar automáticamente aquellas habilitaciones que duran cinco o diez años.
Los vecinos de Pichincha, que en los últimos años intensificaron sus reclamos respecto a los ruidos que generan los bares de la zona durante la madrugada, también estuvieron presentes. “Yo sigo sin dormir. No quiero que se vayan, sino convivir”, planteó Marcos Quesada, vecino del lugar. De igual manera, Raúl Willy Kramp, otro vecino del barrio, aseguró que en su cuadra hay diversos locales, de los que “salen 250 personas al mismo tiempo, cantando, gritando, dando vuelta volquetes” y reclamó trabajar para que esas situaciones se eviten.
Por otra parte, las gestoras culturales Ana Tombolini y Paloma Gallardo, consideraron que hay un “evidente fracaso” de la legislación vigente y reclamaron un “fomento de la actividad cultural” que se pueda materializar en diversos espacios de la ciudad. En una misma línea, Lucas Canalda, periodista y gestor cultural, evaluó que hay un “estancamiento” de décadas en la materia: “Rosario está atada a discursos erróneos y hoy día, aparentemente, no hay salidas para la gente que trabaja en lo cultural”.
En tanto, Flor del Alba Cruz, presidenta de la Federación Universitaria de Rosario (FUR), reclamó una legislación que responda a los desafíos que se ofrecen a las juventudes. “Esta legislación ofrece reglas claras y contundentes, importante para construir nuevos espacios y fortalecer nuestra ciudad. Condiciones claras para poder avanzar”, destacó.