Rosario tuvo un 20 de junio politizado. Quizás no en los términos tradicionales cuando los militantes se reunían a la celebración. El contexto fue reemplazado por vecinos –"personas de bien, en palabras del presidente"– que después de sortear un minucioso operativo de seguridad se amucharon frente a las vallas desde temprano, para escuchar a Javier Milei. Y allí esperaron, incluso una hora más de lo anunciado, aguardando por su figura. Es verdad también que no se vieron insignias partidarias, aunque no hizo falta: el fervor por la visita del presidente fue tal que sus seguidores se encargaron de abuchear y silbar todo lo que no tenga que ver con él. Lo sufrió en su discurso el intendente, Pablo Javkin; lo sufrió también el gobernador, Maximiliano Pullaro. La jornada no tuvo los cantitos típicos de los muchachos peronistas, pero se gritó contra la casta y por la libertad, carajo. Tampoco se corearon los nombres de Néstor y Cristina, pero se aclamó a “El Jefe” y al “Peluca” en reiteradas oportunidades. Fue un evento patrio donde la gente exteriorizó sus afinidades políticas. 

La novedad sí fue que el Día de la Bandera volvió a tener visita presidencial y no es algo menor. Milei arribó a Rosario este jueves para la celebración patria, donde leyó un discurso breve que dejó un solo título: la nueva convocatoria a todo el acto político para firmar el Pacto de Mayo, que finalmente será el próximo 9 de julio, en Tucumán. No hubo reunión a solas con Pullaro, ni con Javkin, que le hablaron al presidente a través de sus discursos. El mandatario local reclamó un “federalismo real”, pero ni los elogios a las tareas coordinadas en materia de seguridad aplacaron la silbatina que llegó desde el público. Más efusivo, el discurso del gobernador fue en una misma línea: “Como santafesino le pido, señor presidente, que mire a ese país que produce desarrollo e innova”. Pero el presidente no acusó recibo.

Javier Milei llegó en helicóptero al aeropuerto de Rosario cerca de las 9 de la mañana, acompañado por su hermana Karina, la secretaria general de la presidencia. De allí se dirigieron al predio de Prefectura, donde se especulaba que podía llegar a darse algún tipo de reunión con las autoridades locales y provinciales. Pero no ocurrió. Según se conoció, el mandatario se quedó revisando el discurso que más tarde terminó leyendo. En paralelo, mientras el frente del Monumento a la Bandera comenzaba a llenarse de dirigentes, Pullaro y Javkin permanecieron en la Sala de las Banderas, por donde también pasaron funcionarios de la comitiva nacional como la vicepresidenta, Victoria Villarruel, o el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. “Son formas de gobernar”, dijo luego Pullaro a la prensa, minimizando la imposibilidad de reunirse con el presidente. Es la segunda vez que el gobernador recibe a Milei en la provincia en menos de dos semanas y nunca logró prosperar una reunión bilateral.

Para las 10 de la mañana, Milei llegó al Monumento a la Bandera. En el cronograma oficial, para ese horario estaba estipulado el cierre del acto y el regreso a Buenos Aires. Pullaro y Javkin esperaron al presidente sobre calle Santa Fe, donde casualmente aún permanece parte del obrador correspondiente a las obras de refacción del Monumento, que quedaron inconclusas por la falta de pagos del propio gobierno bajo la premisa “obra pública cero”. Las reparaciones se anunciaron justamente un 20 de junio de 2015. Tres licitaciones después, las obras siguen sin finalizarse. “Como rosarinos, seguimos pidiendo respuestas sobre la paz, seguridad y recuperar este Monumento que empecé yo a poner en valor y que todavía está pendiente. Una vergüenza nacional”, dijo la exintendenta Mónica Fein a Radio 2.

El mandatario argentino llegó con su banda presidencial y el bastón, del que solo se desprendió para leer su discurso. Buena parte de su gabinete y dirigentes más cercanos lo esperaban para saludarlos. Entre las presencias más destacadas estuvieron la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich; de Defensa, Luis Petri; de Justicia, Mariano Cuneo Libarona; y hasta la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovelo, que semanas atrás quedó envuelta en medio de la polémica por negarse a repartir alimentos próximos a vencer. La diputada nacional libertaria, Romina Diez, también tuvo un lugar protagónico en la jornada; un poco más desdibujado quedó su par, Nicolás Mayoraz.

La organización dividió a las autoridades y funcionarios en dos suertes de tribunas separadas. Por un lado, dirigentes nacionales y afines. En esa primera fila quedaron ubicados Pullaro y Javkin, intercalados con Milei y Villarruel. El resto de los funcionarios locales y provinciales, presentes en su mayoría, quedaron en la otra tribuna de sillas. Los discursos comenzaron casi en sintonía con la llegada las organizaciones sociales y políticas que se movilizaron en la ciudad a las inmediaciones del Monumento: avanzaron hasta donde el operativo de seguridad les permitió y luego desconcentraron  (ver aparte). Solo unas pocas personas lograron burlar la custodia e ingresaron con una serie de carteles que desplegaron recién cuando Milei comenzó a hablar.

Discursos

El primero en dar su discurso fue Javkin. Antes de comenzar, desde los costados ya bajaba una silbatina de cancha de fútbol. El intendente rosarino señaló que la ciudad vive desde hace mucho tiempo “días difíciles” en materia de seguridad, pero celebró que la situación se esté comenzando a revertir. “Con mucha prudencia hoy podemos decir que se empieza a ver que algo está cambiando. Y es muy importante, porque la principal preocupación de las personas de bien que viven en esta ciudad es la seguridad. Es poder caminar en libertad”, expresó y agregó: “Estamos mejor porque hoy por fin vemos una acción coordinada entre Nación, Provincia y Municipio. Que no era nada más, ni nada menos, que lo que pedíamos a gritos durante años”.

Pese a los elogios a los funcionarios de Seguridad del gobierno nacional, el intendente también reclamó una mirada más federal por parte de la Casa Rosada: “Bienvenidos a esta ciudad del interior orgulloso que pelea con firmeza por un federalismo real dando siempre todo lo que tiene, porque esa es la historia de nuestra gente que es buena, austera, laburante, respetuosa, que cuida el mango y actúa limpio. Y que siempre está dispuesta a aportar a la Argentina”. Saliendo del escenario, la gente volvió a entrar en escena al grito de “la casta tiene miedo”.

A su turno, Pullaro celebró la visita de Milei al acto del 20 de junio. Desde el arribo de Mauricio Macri en 2017 que un mandatario argentino no participaba del evento oficial en la ciudad. Por eso, el gobernador habló de un acto “que durante muchos años ha sido olvidado, ninguneado y hasta ha sido politizado”. El dirigente también enfocó parte de su discurso al tema seguridad: “Estamos poniendo orden en la cárcel y orden en la calle. Y estamos los tres poderes del Estado juntos y los tres niveles del Estado juntos, porque somos un pueblo de gente trabajadora que quiere vivir en paz y tranquila”.

Pullaro pidió obras y tuvo que soportar algunos silbidos del público

Desde los costados, los silbidos también iban creciendo de a ratos. Pero lejos de amedrentarlo, Pullaro redobló la apuesta: cambió su tono y le habló directo Milei, que lo escuchaba a unos pocos metros. “Señor presidente, mire al interior productivo que nos faltan obras de infraestructura para desarrollarnos y poder desplegar todo el potencial que tiene nuestro país. Pero también necesitamos que nuestros jóvenes estén en las universidades para unir el conocimiento con el sistema productivo”, cuestionó y agregó: “Por supuesto que necesitamos el equilibrio fiscal, pero también necesitamos desarrollo económico, crecimiento, y unificar nuestro sistema educativo con nuestro sistema productivo. Necesitamos federalismo”.

Milei no se dio por aludido. Recibió el saludo de Pullaro y se dirigió a dar su discurso que fue breve y tuvo poco para destacar. Realizó un repaso histórico sobre la insignia patria y la figura de Manuel Belgrano, mechando con críticas a la dirigencia política de ayer y de hoy. Lo que se resalta es la nueva convocatoria al frustrado Pacto de Mayo, que en algún momento se especuló con hacerlo este 20 de junio en la ciudad, aunque la idea nunca tomó forma. Con la Ley Bases aprobada, la invitación está lanzada para el 9 de julio en Tucumán, donde el presidente finalmente espera poder firmar, con un amplio espectro del campo político argentino, diez políticas estratégicas a sostener en el tiempo. Gran parte de la resistencia a ese pacto se da porque los puntos ya están escritos y el gobierno quiere el acompañamiento, mientras que los gobernadores quieren consensuarlos.

 

“Para poder alcanzar el sueño de una Argentina próspera y libre es fundamental que todos aquellos que compartimos la causa de la libertad, que todos aquellos que entendemos que la Argentina tiene que volver a abrazar las ideas que nos hicieron grandes, depongamos las anteojeras partidarias, nos desprendamos de nuestros intereses particulares y trabajemos juntos para establecer el nuevo orden económico que la Argentina necesita para volver a ser una potencia mundial”, sostuvo. “Deseo que este año sea recordado en la historia argentina como el punto de inflexión en que empezamos a ser grandes”, finalizó.