La familia militar esperaba más y mejores resultados. Una de las mayores exponentes de esa impaciencia con la Casa Rosada es Lucrecia Astiz, hermana menor del exmarino Alfredo Astiz, emblema del genocidio. La mujer volvió a hacer públicos sus reclamos al gobierno que encabezan Javier Milei y Victoria Villarruel. Les exigió la libertad de los represores –a quien ella llama “hombres que combatieron el terrorismo en el pasado”-- y el fin de los espacios de memoria.