Los programas destinados a la asistencia social registraron en los primeros 5 meses del gobierno de Milei fuertes caídas en su ejecución presupuestaria, según un análisis del Centro de Economía Política Argentina (CEPA). El área más desguazada por la ministra Sandra Pettovello fue la de Economía Social, que sufrió un recorte interanual del 99,3 por ciento; en la política alimentaria hizo ajustes no sólo de los fondos destinados a comedores y merenderos, sino también en la Tarjeta Alimentar. Los espacios de cuidado comunitarios para la primera infancia están siendo igualmente desfinanciados.
“La ejecución presupuestaria cayó en toda la administración pública nacional un 28 por ciento en comparación con el año anterior. Sin embargo, al analizar los ministerios y sus programas se observa que algunos tienen caídas superiores, mayores a ese promedio. Este es el caso de los programas de Desarrollo Social, que tuvieron recortes muy importantes, una cosa notable dado el deterioro de la situación social”, explicó Juan Pablo Costa, analista del CEPA.
“Los planes de empleo tuvieron una caída del 67%; esto se inscribe en la ofensiva del gobierno contra los movimientos sociales. Pero la caída de la ejecución presupuestaria se ve incluso en políticas que el gobierno no cuestiona. Por ejemplo, en la asistencia alimentaria hubo una caída de 70 puntos en los fondos para comedores comunitarios, lo que está vinculado al escándalo de la comida que se vence; el dato muestra que Capital Humano no está haciendo compras de alimentos ni transferencia a los comedores; pero incluso también hay una caída de 24 puntos, que es un montón, en el programa que tiene como principal actividad a la Tarjeta Alimentar. Esto es interesante porque la Tarjeta Alimentar es el programa que transfiere de manera directa a sus titulares un monto de dinero, acá no hay intermediación de las organizaciones sociales, que es la gran disputa que está dando el gobierno, pero aún así hay un fuerte recorte. Es un área sensible, importante y que no está intermediada, con lo cual el argumento de que esos recortes se hacen para no darle plata a los gerentes de la pobreza y ese tipo de argumentos no se estaría verificando”.
Emprendimientos en crisis
El recorte en el programa de Economía Social refleja cómo el gobierno dejó de mandar fondos a los emprendimientos productivos que se crearon dentro del Potenciar Trabajo. “La consecuencias es que hoy los estamos sosteniendo con escarbadientes”, señaló Alejandro Gramajo, titular de la UTEP. Por ejemplo, los polos textiles, un sector donde los trabajadores de la economía popular habían logrado tener buenos ingresos, dejaron de tener convenios con el estado nacional para la confección de guardapolvos. Al mismo tiempo, los trabajadores de los polos textiles que percibían un plan Nexo (un complemento del Potenciar Trabajo que les garantizaba un ingreso equivalente al salario mínimo) les quitaron ese plus, por lo que hoy sólo cobran 78 mil pesos mensuales. “Los compañeros siguen yendo a trabajar, pero producen sólo para las ferias del barrio, porque además de que no hay compre estatal, las compras que les hacían las empresas privadas también se perdieron debido a la caída del consumo”.
El Potenciar hoy no existe, ya que fue reemplazado por dos programas, el Volver a Trabajo (que el ministerio de Pettovello presentó como un programa para mejorar la empleabilidad) y el de Acompañamiento Social (para quienes Capital Humano considera inempleables). Sin embargo, desde que fue anunciado este cambio, en febrero, hasta hoy no se realizaron las actividades de capacitación prometidas.
Jardines comunitarios, abandonados
Del Plan Nacional de Primera Infancia, que tuvo un recorte del 79 por ciento, dependen cientos de jardines comunitarios. Se trata de espacios de Primera Infancia que reciben niños de 45 días a 4 años en situación de vulnerabilidad. Los recortes que vienen teniendo son son tanto salariales (porque muchas de sus cuidadoras percibían el Potenciar más un Potenciar Infancia, para llegar al salario mínimo, pero Capital Humano les quitó ese complemento) como en los fondos con los que los jardines comunitarios dan de comer a los chicos.
"Lo más preocupante es el tema de los alimentos", dijo Marcela Carrizo, del Jardín Luna de Cristal de Isidro Casanova. "Hay muchas instituciones que hoy en día no están dando la comida a los nenes y otros que si seguimos adelante es gracias a algún programa de provincia de provincia de Buenos Aires".
El ajuste en el Plan Nacional de Primera Infancia avanzó a pesar de que el programa recibe financiamiento internacional, del Banco Interamericano de Desarrollo.
"Nosotros sabemos que la plata está disponible porque el BID hizo el depósito, pero a los jardines comunitarios no llegó. En marzo, despues de hacer la fila de las niñeces (frente a Capital Humano) funcionarios del ministerio vinieron a visitar los espacios, estuvimos trabajando, le entregamos la nómina de personas que trabajaban en las instituciones con un Potenciar Trabajo. Nos prometierons inscribirnos en el Programa 1000 días que llevaba adelante el ex secretario Pablo de la Torre, pero después nos enteramos de que fue denunciado por una supuesta malversación de fondos. En síntesis: volvimos a fojas cero", afirmó Carrizo.
La política alimentaria
En lo relacionado con la política alimentaria, Pettovello debe presentar a la justicia antes del sábado un plan de distribución de los alimentos que aún retiene en los depósitos de Villa Martelli y Tafí. Que en los primeros cinco meses del año la ejecución del presupuesto destinado a comedores y merenderos haya caído un 69% indica que no está realizando nuevas compras y que está transfiriendo a los comedores fondos insignificantes en relación a la necesidad.
Frente a los cuestionamientos, el gobierno de Milei ha argumentado que está dando asistencia alimentaria de manera directa, pero la caída en la ejecución del presupuesto de la Tarjeta Alimentar (un 24% menor comparado con el año anterior) lo desmiente.
El ministerio de Capital Humano no tiene política alimentaria, una falta criminal si se considera que estamos hablando de meses en los que tres millones de argentinos más pasaron a ser indigentes. De diciembre a hoy, el número de personas en la indigencia aumentó de 5 a 8 millones.