Marzo 5 puntos
Argentina, 2024
Dirección y guion: Ezequiel Tronconi
Duración: 69 minutos
Intérpretes: Amparo Aznárez, Marlene Azulay, Natalia Conde, Brisa Elías, Bruno Estévez, Sabrina Kranjac, Tati Pechi, Diego Sánchez y Agustina Tambella.
Estreno: Disponible en Cine Gaumont.
La playa y el mar son territorios que se prestan con generosidad para la acción cinematográfica. No solo por la profundidad de su paisaje o su cadencia sonora omnipresente, sino porque suele ser un escenario que puede ser asociado con la misma potencia a los extremos de la introspección o el estallido emocional. Ahí es donde transcurren las historias de Marzo, nueva película escrita y dirigida por Ezequiel Tronconi, cuya figura es conocida sobre todo por su trabajo como actor. Historias que se irán cruzando en ese espacio durante un fin de semana en el mes del título, cuando las ciudades balnearias comienzan a mostrar su cara más melancólica.
Justamente la melancolía es una de las emociones más presentes dentro del arco sentimental que atraviesan los personajes de Marzo, un grupo de jóvenes que interactúan divididos en parejas. Todos se encuentran en ese momento de quiebre en el que empiezan a ser consientes de que la vida adulta ha llegado para quedarse y deben enfrentar las diversas situaciones de crisis que esto implica. Una chica se debate entre una ruptura reciente y la decisión de congelar óvulos. Hay otras que con diferentes excusas deciden reencontrarse con exparejas, rendidas ante las dificultades de cerrar (o no) la relación. Están los que dejan atrás la playa para volver a la ciudad o los que comienzan a andar los primeros pasos de un nuevo amor.
Montada sobre una clásica estructura coral, Marzo va alternando los momentos en los que cada pareja ocupa la pantalla. Al mismo tiempo registra algunos cruces ocasionales con otros personajes, para dar cuenta de la existencia de una trama mayor, aunque no siempre lo noten los propios protagonistas. A pesar de estar filmada de forma sencilla, la película en general logra sacar provecho a sus limitados recursos con ingenio cinematográfico. Cuadros bien armados, puestas de cámara que logran captar la particularidad de los espacios, la elección de una paleta de colores bien nítidos que se destacan dentro de un paisaje otoñal en el que empiezan a predominar los grises.
Es en el plano dramático donde Marzo muestra sus altibajos. Porque si bien algunas historias logran generar una tensión que se sostiene en los giros que los vínculos van dando, hay otras donde las excusas que las alimentan son más caprichosas y se van deshilachando a medida que la acción las obliga a avanzar y transformarse. En esos casos, algunas de las escenas proponen situaciones y diálogos que contradicen los vínculos íntimos que, se supone, comparten los personajes, restándoles naturalidad. En otros, en cambio, la espontaneidad consigue ganar la pulseada y es ahí donde emerge lo mejor de la propuesta.