Después del escándalo diplomático por haber tratado a los ecuatorianos de “sucios” durante una entrevista radial la noche de las elecciones legislativas del 22 de octubre pasado, Luis Juez fue desplazado de su puesto de embajador argentino en Quito.
La Cancillería ecuatoriana había convocado para el próximo lunes al encargado de negocios de la Argentina en Ecuador, Carlos Enrique Catella, para reafirmar el reclamo transmitido el 27 de octubre, cuando el gobierno ecuatoriano manifestó “su enfático rechazo y su disgusto” ante las declaraciones del cordobés.
Tras cumplir funciones de fiscal de la alianza gobernante durante las elecciones legislativas, Juez justificó su llegada tarde al búnker de Cambiemos alegando que se había ido a su casa a cambiar la camisa "porque no quiero que me digan que éste mugriento agarró los hábitos ecuatorianos”.
Embajador en Ecuador desde el 29 de enero de 2016, Juez intentó aclarar por Twitter sus dichos y alegó que fueron sacados de contexto. “Solamente con mala fe y una malicia infinita se puede descontextualizar mis dichos intentando hacerme quedar mal con un pueblo al que amo”, manifestó y agregó que los habitantes del pueblo de Otavalo “se visten a la mañana del sábado y están todo el fin de semana con la misma ropa. Me refería a eso, para no estar todo el día con el mismo atuendo pasé por casa a cambiarme".
Según pudo saber Página/12, el Gobierno planea mantener al cordobés como funcionario con un cargo dentro del Ejecutivo nacional.