Para las grandes mayorías, Cris Miró fue un icono de la diversidad sexual y la libertad, la primera travesti que se hizo famosa como vedette de un espectáculo de teatro de revista en el Maipo, a mediados de los '90. Su irrupción en la escena mediática argentina, en medio de esa década de “machos” presuntuosos, puso patas para arriba la instaladísima cultura heteronormativa de entonces. Pero Cris Miró fue mucho más que esa precursora de la libertad en la que se terminó convirtiendo, abriéndose paso -no sin heridas- entre los prejuicios sociales y, también, sus propios y más íntimos fantasmas y dramas personales. Su vida pública, pero también lo que tuvo que sufrir en la privada, son los dos ejes que se intercalan en Cris Miró (Ella), la biopic sobre la vedette que TNT estrena el domingo 23 a las 22 (con nuevos episodios cada domingo) y que de manera completa Flow pondrá a disponibilidad de sus abonados a partir del lunes.
“Libertad. Glamour. Un gran amor. Una traición. Secretos. Rechazo. Y, como desenlace, una tragedia.” Así sintetiza la vida de la vedette (1965-1999) Carlos Sanzol, el autor de Hembra. Cris Miró. Vivir y morir en una país de machos (Ed. Milena Caserola), el libro en el que se basa la serie producida por Nativa y EO Media. A 25 años de su muerte, la vida de la mujer que visibilizó a las travestis y rompió con el tabú de “eso no se habla” de la mesa de los hogares de todos los argentinos es el eje narrativo de una biografía de ficción de ocho capítulos. Una serie que retrata el camino que tuvo que recorrer Cris Miró para hacerse un lugar en la escena artística, a fuerza de belleza y esfuerzo, en un tiempo en el que no existía ni la figura penal de “femicidio” ni el matrimonio igualitario, ni tampoco definiciones como personas “no binarias”. Y cuando el pañuelo verde era solo uno de los tantos colores que utilizaban los payasos para sus trucos.
“Cris Miró fue y es una referente”. La afirmación a Página/12 es de Mina Serrano, la actriz trans española que se pone en la piel de la vedette argentina. “Creo que un referente es alguien que cambia el status quo, alguien que modifica las normas, alguien que rompe un techo de cristal, y permite que otras que vienen detrás afloren y lleguen a posiciones que antes no podían. Y Cris fue eso, fue una gran contribuyente para la lucha de toda la comunidad. Y sobre todo fue una estrella. Porque más allá de su identidad de género, más allá de su condición, lo que tenía Cris es que era una estrella natal, una persona magnética, brillante, inteligente, y creo que por eso conectamos tanto con ella”.
La serie, que cuenta con el guión adaptado por Lucas Bianchini y Martín Vatenberg, que también la codirige junto a Javier Van de Couter, aborda todo el recorrido de la vida de Cris Miró, que murió con apenas 33 años. Desde el rechazo inicial que tuvo que enfrentar de su propia madre que no aceptó su identidad sexual, hasta su consagración formando parte de distintos elencos de teatro como Viva la revista, Más pinas que las gallutas, Más locas que una vaca o Potras, pasando por su trabajosa transformación interna para mostrarse públicamente como sentía y quería. De la contrariada adolescente a la sensual y ambiciosa femme fatale mediática que logró con su carisma y simpleza la aceptación de buena parte de la sociedad argentina. De la timidez de su juventud a convertirse en un símbolo de la comunidad LGBTQ+, tal vez sin proponérselo, solo como consecuencia de ir busca de cumplir su sueño de subirse a la pasarela o al escenario.
“Cris fue una precursora, como así también lo fueron otras antes y después de ella”, explica Serrano, que en esta serie hace su debut como protagonista en una ficción. “Pero su esfuerzo y deseo siempre estuvieron consagrados a su carrera artística, más que a un componente político. El tema fue que ser parte de una minoría sexual la llevó a que su carrera artística tuviera una inevitable vertiente activista. Pero ella nunca se definió como una activista política”, subraya. Katja Alemann, César Bordón, Agustín “Soy Rada” Aristarán, Vico D'Alessandro, Marcos Montes, Toto Rovito, Manu Fanego, Martín “Campi” Campilongo, Carolina Kopelioff, Alejandro Tantanian y Adabel Guerrero completan el elenco.
El parecido físico de Serrano con Cris Miró en la serie es sorprendente. Sin embargo, la actriz aclara que uno de los mayores desafíos en la interpretación fue correrse de la mera reproducción gestual y corporal. “No me centré tanto en la imitación sino en conectar con su esencia. Creo que como actriz mi deber es dar más matices, subrayar las luces pero también las sombras, no mantenerme solo en la imitación de la persona que ya el gran público conoce. ¿Qué hay de su faceta íntima? ¿Cómo era en su casa? ¿Cómo era cuando aún no era Cris Miró? Todos estos detalles estuvieron involucrados en el proceso creativo”, afirmó.
La actriz trans sostuvo que interpretar a Cris Miró tuvo un significado personal y profesional especial, que trascendió lo artístico. “Intenté encararlo como cualquier otro papel, pero me fue imposible”, reconoce Serrano. “Fue un rodaje muy intenso, muy angelado, por varias dimensiones. Primero, porque Cris fue una persona real que marcó a una generación, que fue precursora. Pero aparte porque es una ficción audiovisual muy intensa, en la que a lo largo de ocho capítulos le pasan muchas cosas porque se cuenta una vida entera. Fue un gran reto. Era la primera vez que protagonizaba una serie, tenía que hablar en otro acento y encima introducirme en la vida de una persona que existió en la vida real. A la hora de narrar la historia de una persona, de construir una ficción, hay que dejar a un lado ese ruido. No fue fácil desplazar un poco la imagen que todos tenemos del icono y ver cómo era en un nivel más sensible, más íntimo”, puntualiza.