Una nueva andanada de misiles y aviones no tripulados rusos dañó el sábado instalaciones energéticas en el sureste y el oeste de Ucrania, hiriendo al menos a dos trabajadores del sector y obligando a importaciones récord de electricidad, según las autoridades.
El operador de la red nacional Ukrenergo sostuvo que el equipo de sus instalaciones en la región suroriental de Zaporiyia y Leópolis, en el oeste, resultó dañado en el segundo gran ataque aéreo ruso de la semana. Dos trabajadores de Zaporiyia fueron trasladados a un hospital para recibir tratamiento.
Los ataques rusos también alcanzaron una instalación de infraestructura de gas en el oeste del país, consignó el Ministerio de Energía. "Tras ocho ataques masivos del enemigo contra el sistema eléctrico desde marzo, la situación en el sector energético sigue siendo difícil", afirmó en un comunicado.
El Ministerio de Defensa ruso indicó que sus fuerzas usaron misiles de largo alcance disparados desde aviones y barcos, y aviones no tripulados, para atacar depósitos de municiones e instalaciones energéticas que, según dijo, respaldan la producción militar.
La Marina ucraniana indicó que era la primera vez desde que Moscú lanzó una invasión a gran escala de Ucrania en febrero de 2022 que las fuerzas rusas habían lanzado misiles desde el mar de Azov en lugar del mar Negro.
"Este es un punto de inflexión importante, porque lo utilizan al considerarlo una zona acuática más segura que el mar Negro", declaró el portavoz de la Marina ucraniana, Dmytro Pletenchuk, a la televisión local.
La defensa antiaérea ucraniana derribó 12 de los 16 misiles y los 13 drones lanzados por Rusia, según informó la Fuerza Aérea. Las alertas aéreas en las regiones ucranianas duraron varias horas en plena noche.
El Ministerio de Energía ucraniano informó de que, debido a los ataques, el país importaría el sábado la cifra récord de 33.559 megavatios hora de electricidad. El gobierno también tendría que ampliar en varias horas los cortes de electricidad programados en todo el país.