Menores haberes jubilatorios en términos reales, desplome de la obra pública y recortes a los subsidios para la energía y el transporte explicaron el quinto superávit primario y financiero consecutivo que obtuvo el Gobierno en mayo. Poco para celebrar más allá de un resultado en Excel.
El superávit fiscal que obtuvo el Gobierno en el quinto mes reposó en mayor medida en la caída real del gasto público del 28,7 por ciento, al tiempo que por primera vez en el año los ingresos fiscales crecieron por encima de la inflación: un 5,8 por ciento. Los cálculos realizados por el Centro de Economía Política Argentina (Cepa) permiten realizar ponderaciones: en primer lugar, “el componente principal de la reducción del gasto público en mayo fueron las obras de infraestructura (77,9 por ciento), seguidas de las jubilaciones (16 por ciento) y los subsidios económicos (31,8 por ciento)”.
Considerando la incidencia sobre el gasto final, "de cada 100 pesos ajustados, 31,5 correspondieron a recortes en jubilaciones, 23,2 a obra pública, 12,8 a quita de subsidios, 10,7 a achicamiento de gastos de funcionamiento del Estado (principalmente salarios) y 9,4 a prestaciones sociales (entre las que se incluyen asignaciones, pensiones no contributivas, prestaciones del PAMI)”, estimó el Cepa.
“Casi todas las partidas mostraron reducciones en términos reales, la mayoría con cifras de dos dígitos”, destacó el informe. Dentro de los subsidios económicos, “aquellos destinados al transporte cayeron 42 por ciento interanual, por la eliminación del Fondo Compensador del Interior y por recortes en el Amba (…) y en el sector energético la caída fue de 30 por ciento”. A su vez, “el recorte de transferencias a Cammesa causó problemas en la cadena de pagos y tensiones con el Gobierno, que ofreció pagar la deuda acumulada en diciembre y enero con un bono al 2038”. El Gobierno se comprometió a cancelar pagos adeudados en junio.
En lo que refiere a las provincias, las transferencias no automáticas se redujeron 74 por ciento en términos reales en comparación con mayo de 2023, según las mediciones del Cepa. “Los principales componentes del recorte fueron la decisión de discontinuar el Fondo de Fortalecimiento Fiscal de la Provincia de Buenos Aires y el Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID), afectando de manera directa el salario de los docentes de todo el país, y la suspensión del pago a las provincias por las cajas previsionales no transferidas a la Nación”.
Por el lado de los ingresos fiscales, en mayo estuvieron “principalmente impulsados por la recaudación del Impuesto a las Ganancias: es preciso tener en cuenta que mayo es el mes en el que se produce el vencimiento de las declaraciones juradas de las sociedades con cierre de ejercicio en diciembre 2023”, sostiene el Cepa. Además se observó un crecimiento en los impuestos relacionados con el comercio exterior, “las retenciones aumentaron 45 por ciento, mientras que el impuesto PAIS sobre las importaciones creció 255,8 por cientos”. Esos incrementos también se explicaron principalmente por la devaluación en diciembre, y otros factores como una baja base de comparación por sequía e incremento de alícuota.
Esa tendencia “permitió compensar en parte, los desplomes de los tributos ligados a la actividad económica: el IVA cayó 18 por ciento real; los aportes y contribuciones a la seguridad social, 12 por ciento; el impuesto a los débitos y créditos, 24 por ciento; los derechos de importación, 20 por ciento, y los impuestos internos, 23”.
En términos nominales el superávit fiscal de mayo fue de 2,3 billones de pesos, con ingresos fiscales por 9,2 billones y gastos en torno a 6,8 billones de pesos.