Al compás de los bombardeos israelíes en la Franja de Gaza, los nuevos cruces de disparos entre Israel y el movimiento chiita Hezbolá en la frontera con el Líbano avivaron este viernes los temores de que la guerra se extienda en la región. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo en una rueda de prensa que el riesgo de un conflicto abierto en todo Medio Oriente es real y debe ser evitado, subrayando que un movimiento en falso puede ocasionar una catástrofe que va más allá de la frontera y la imaginación.
"El mundo debe decir alto y claro: la inmediata desescalada no es solo posible, es esencial. Una mayor escalada militar solo garantizará mayor sufrimiento, mayor devastación a las comunidades del Líbano e Israel y más consecuencias potencialmente catastróficas para la región", subrayó Guterres durante una reunión del Consejo de Seguridad en Nueva York, y advirtió: "Los pueblos de la región y los pueblos del mundo no pueden permitirse que el Líbano se convierta en otra Gaza".
El secretario general dijo que la ONU tiene planes muy detallados de protección de sus cascos azules (10.147 voluntarios de 49 países) desplegados en el sur del Líbano en caso de una explosión total. "Tenemos reglas que seguir para garantizar la seguridad de la fuerza de paz, pase lo que pase", explicó Guterres, aunque reiteró que su preocupación principal es evitar una escalada en la región.
El secretario general de la ONU convocó esa rueda de prensa específicamente para leer una declaración sobre las tensiones actuales en la Línea Azul, como se conoce a la frontera entre Israel y el Líbano, que carece de reconocimiento oficial de ambos países.
En los últimos meses, y coincidiendo con la guerra en Gaza, el grupo chiita lanzó numerosos ataques contra Israel, respondidos a su vez por el Ejército israelí, en unos combates que se cobraron la vida de unas 500 personas, la mayoría en el lado libanés y en las filas de Hezbolá, que confirmó unas 320 bajas de milicianos. Además los combates provocaron el desplazamiento de 93 mil civiles en el lado libanés y de otros 60 mil en el israelí.