El Consorcio Carbonero del Gran Chaco, una iniciativa innovadora que reúne a productores primarios, un centro de procesamiento, un exportador y un importador, logró exportar por primera vez carbón de quebracho blanco de primera calidad a Valencia, España.
Los protagonistas son pequeños productores carboneros de distintas localidades de Santiago del Estero y el Chaco, que con la ayuda de la Fundación Gran Chaco lograron conformar el consorcio.
El 10 de abril, un contenedor cargado con 20 toneladas de bolsas de rafia laminada de 15 kilos de carbón de quebracho blanco de granulometría mayor a 50 mm, totalmente libre de polvo, inició su viaje a Valencia. Este envío fue preparado con el objetivo de distribuir muestras a potenciales clientes en el mercado europeo, específicamente en el sector de restaurantes.
Sin embargo, el desafío que queda es grande, explicó Marcelo Navall, técnico forestal de la Fundación Gran Chaco, quien acompañó en todo el proceso al Consorcio. Si bien en esta primera entrega se apuntó a la calidad del producto, queda armar hasta fin de año un sistema que cumpla con los requisitos de la Unión Europea para los productos que importe. Esto es, que sea una producción libre de deforestación y degradación de bosques.
“La producción tradicional de carbón tiene dos orígenes”, indicó Navall. Una de ellas es la madera que surge del desmonte que elimina el bosque para cambiar el uso del suelo con el fin de destinarlo a cultivos. El producto maderero es vendido a bajo precio a los carboneros y este tipo de origen estará abiertamente prohibido en la UE desde 2025.
El otro origen surge de una alta tasa de cosecha que está muy por encima de la posibilidad de recuperación para el bosque, lo cual, dijo Navall, se tipifica como “degradación de bosques”.
“Lo que nosotros haríamos es que nuestro producto venga de tasa de cosecha controlada. Haciendo los cálculos sobre la cantidad de carbón máxima a entregar por mes”, añadió Navall, quien indicó que ahora se apunta a la calidad del producto exportado para entrar a ajustar luego el control de la leña y su origen. La idea es tener un proyecto sostenible con la certificación necesaria para poder exportar a la UE a partir de 2025 con los requisitos establecidos.
Las voces del Consorcio
Cuatro pequeños productores, una empresa exportadora, una importadora y la Fundación Gran Chaco son parte del Consorcio Carbonero del Gran Chaco que se logró establecer en cuatro meses con el fin de producir y exportar carbón.
“Para los pequeños productores es de gran ayuda que todas las partes estén alineadas”, dijeron Jéssica Cuéllar y Adrián Pérez, una familia de productores y comerciantes carboneros de Taco Pozo, en la provincia del Chaco.
Carlos Hienzen, productor y comercializador de carbón de Los Tigres (en Santiago del Estero), mencionó por su parte: “hace años habíamos intentado hacer el esfuerzo de exportar, pero resultaba demasiado complejo y desconocido para el productor primario. Hoy con esta asociación de confianza, podemos hacer cada uno su trabajo, beneficiar a todo el grupo por hacerlo bien y ganar mejor por trabajar como socios y no simples proveedores”.
También celebró la posibilidad Vicente Ledesma, de Carbonería Ledesma. "Gracias a Dios me tocó participar en este consorcio con personas responsables y honestas, que hoy en día eso es difícil conseguir, y trabajar para garantizar la sustentabilidad de nuestros pequeños productores y de los montes santiagueños", dijo.
Por su parte, Christian Monti, productor y comercializador carbonero de la localidad santiagueña de Frías, afirmó: “como emprendedor, siento que esto es llegar al final del sueño que alguna vez fue un pensamiento. Espero que con este trabajo se plasme en los pequeños y medianos productores un cambio para una mejor y digna vida, que desde sus comienzos se trabaja en extremas condiciones y dignifique semejante esfuerzo".
Víctor Hernández, de BIOCHACO SAS, la empresa exportadora, también expreso su satisfacción: "Siento un gran orgullo, pues si bien el carbón es un commodity, este embarque tiene identidad. Tiene la cara de Daniel, Vicente, Carlos, Adrián, Christian y de todos los integrantes del consorcio. Parece imposible, pero la unión de un grupo puede hacer posible que un producto regional pueda estar presente en una góndola a más de 12.000 kilómetros de distancia".
Del otro lado del océano, Roberto Ferreyra, de la empresa española importadora Carbón Industrializado Sostenible, resaltó la importancia de este enfoque colaborativo: "Desde nuestra empresa importamos carbón a España desde hace 14 años. Pero esta vez es distinto, comenzamos un trabajo en equipo muy diferente. Hay certeza de que se cumplen todos los requisitos para que de a poco el negocio crezca. Tener en este negocio la producción y la venta en un mismo grupo, ya Consorcio, es asegurar un buen futuro".
Navall, en tanto, explicó que de ahora en adelante se espera poder incluir también a otros pequeños productores carboneros del Gran Chaco, lo cual podrá empezar a realizarse mientras se cimenta el emprendimiento.
La importancia de poder hacerlo en la región es porque es la única donde crece el quebracho blanco, una de las materias primas buscadas para el carbón. Se prevé que el valor de venta mínimo de la tonelada de este primer cargamento sea de un poco más de 853 dólares.