“Odio las historias que comienzan con una voz en off, pero más aún odio que lo último que recordaré será el sabor a salitre y gasolina”. Con esa declaración de principios, dicha precisamente por una voz en off, arranca Bocas de arena (va los miércoles a las 22 por Europa Europa y disponible en Flow). Esa foto, y su correspondiente negativo, se perciben en esta producción original de la tevé vasca de cuatro episodios de una hora. Ejemplo cabal del policial nórdico exportable, en este caso a Ondarroa, pueblito sacudido por las oleadas del mar Cantábrico y la desaparición del hijo de un importante armador portuario.

Allí llega la agente Nerea García (impenetrable Nagore Aranburu), que tendrá como mano derecha a Alex (Eneko Sagardoy), un joven policía conocedor de los modos de ese hábitat más bien áspero, gente ídem y postales impactantes. Además de las coordenadas del thriller, la ficción se adoba con el folklore vasco y puntadas sociales (la inmigración senegalesa, narcortáfico, leyendas marítimas). Por la referencia ineludible y vaporosa de The Killing/Forbrydelsen alguien catalogó a Bocas de arena como un ejemplar del “Euskilling”. Y lo es, con la tonada certera y dura de su entorno.