Un hombre regresa a su pueblo natal -el mismo que juró nunca iba a volver a pisar- para resolver varios asuntos pendientes. En Briarpatch, la máxima ficcional sucede con algunas alteraciones notables. En principio porque su protagonista baja de un avión con un tailleur demasiado impecable para el polvo que ofrenda Texas. En San Bonifacio, ese lugar que los propios residentes llaman sin cariño “Santa desgracia”,  se come cerdo a la barbacoa pese al calor, los animales salvajes del zoológico andan sueltos por las calles y la morgue comienza a tener demasiado trabajo. “Una mujer llega al pueblo donde se crió para investigar el crimen de su hermana. Es una premisa muy reconocible y dura, pero con una astilla sucia y reconocible”, confiesa dice Andy Greenwald. Página/12 entrevistó en exclusiva al creador de la ficción que llegará próximamente a la pantalla de USA Network.

Desde la primera escena, la serie comandada por Sam Esmail (Mr. Robot), deforma el noir y el pulp bajo el radar del estado más pegajoso de los Estados Unidos. Allegra “Pick” Dill (Rosario Dawson, vista recientemente en Ahsoka) quiere saber quiénes y porqué mataron a su hermana. Lo cierto es que el asesinato de la policía viene a desempolvar algunos asuntos del pasado para la heroína. A su vez, por su trabajo como asistente de un senador, debe convencer a un traficante de armas -y amigovio de la infancia- para que testifique en contra de un político corrupto. Como buena hija del policial negro, Briarpatch teje una red de podredumbre corporativa que oscurece y lacera a todos los que aparecen en pantalla. Un abogado que provoca desconfianza y no le pierde el rastro a la protagonista, agentes de la ley parcos, bombas debajo de los autos y recelo permanente, serán el santo y seña de este relato de diez episodios. “Todo el pueblo está bañado en gasolina y la protagonista es el fósforo”, seduce Greenwald.

Briarpatch, traducible como zarzal, exhibe un personaje principal acostumbrado a atravesar terrenos y contextos espinosos, parecido al de otras damas complicadas y bien recientes del universo seriado (Natasha Lyonne en Pokerface y Patricia Arquette en High Desert). Como aquellas sabe moverse por lugares recónditos y arenosos, sin embargo, el rol de Dawson parece la antítesis de la femme fatale, lo cual le da a la propuesta un sentido más travieso. Es más, el villano seductor de Jake Spivey (Jay R. Ferguson) vendría a ocupar esa figura infaltable del género. Amén de los estándares de su tipo, y de los homenajes reconocibles a Sed de mal (Orson Welles; 1958), otra particularidad proviene del material madre. “Hace 20 años descubrí el libro de Ross Thomas en una de esas librerías de segunda mano con todas las hojas dañadas. Me enamoré de esa voz, del tono y de su perspectiva narrativa bastante singular. El autor murió hace bastante y sus libros están fuera de circulación, por lo que me pareció excitante presentar esta perspectiva a una audiencia moderna”, asegura su creador.

-La novela data de 1984 y tanto la historia como los personajes podrían habitar en cualquier era, sin embargo, se siente muy actual, ¿fue difícil lograr ese equilibro en la adaptación?

-Las historias de detectives en particular, y específicamente las que respiran noir, tiene esa cualidad atemporal. El mal chupa a todos como en un agujero negro. Una de las glorias de esta época televisiva es el desafío de quebrar las expectativas y presentar algo nuevo. ¿Qué cambio implica que Rosario Dawson sea “el” detective? ¿qué no se altera o debería alterarse? ¿qué efecto tiene estos en los demás? Tenés personajes masculinos que en la novela eran las novias. ¿Cómo se siente eso? Debo decir que fue un ejercicio de lo más estimulante.

-El pueblo de San Bonifacio es presentado con todas sus cualidades a la par de Pick Dill. ¿Qué es lo que se quedó impregnado de ese lugar en ella?

-Me fascina Texas, y particularmente Texas como estado mental, que creo habita en cualquiera que haya visto películas o novelas contextualizadas allí. Esa intensidad del calor y su cultura bien arraigada, particularmente quería contar esta historia en un lugar en la frontera con México, donde hay dos mundos compitiendo. San Bonifacio, o Santa Desgracia, no existe, es completamente inventado, pero es atractivo y reconocible. Podría existir si tomaste varios tragos y te equivocaste del camino en la ruta. No hay marcas de nuestro mundo real, hasta las cervezas, las gaseosas y hasta los diarios son ficticios.

-Briarpatch es una hija no reconocida de los hermanos Coen, Tarantino y Elmore Leonard, por mencionar algunos casos. ¿Será por esa mezcla del noir con humor?

-Lo tomo como un halago, claro. Lo fascinante fue que cuando charlaba con los potenciales directores todos daban en la tecla con las referencias. Sean los Coen o Sed de mal. La directora del piloto, Ana Lily Amirpour, se apareció con una remera metalera y pantalones motoqueros, y me habló de Corazón salvaje de David Lynch, Camino sin retorno de Oliver Stone y la iluminación de Top Gun. “Llevame ya ahí”, le dije. Lo interesante es que yo no tenía eso en mente, pero eso era lo que ella había visto. Y se puede ver esa lucha hermosa entre su visión con la mía.

-El papel parece haber sido escrito para Rosario Dawson y para nadie más, ¿Qué le agrega esta intérprete a Allegra Dill?

-Estoy de acuerdo, aunque no fue así en un comienzo. Me pellizco por haber podido trabajar con Rosario. Hace de una detective mujer, y funciona como un personaje iceberg. Muestra muy poco por la superficie, pero por debajo hay un montón. Su ropa y su cabello hermoso son como una armadura, lo mismo que tomar un gin exquisito o decir una frase ingeniosa. Estos arquetipos del género los damos vuelta una y otra vez durante los diez episodios hasta volverlos algo único. Tiene esa capacidad de lucir inmutable, aunque las emociones sean translúcidas. Es la llave de cada escena y de toda la serie en su conjunto.

-¿Qué animal de los que se escapó del zoológico podría ser Pick Dill?

-La tigresa. Es una predadora sigilosa. Y cuando te ataque, te va a dejar una marca.

Programados

* Prime Video compartió el trailer de Betty la fea: la historia continúa. La secuela de ese bombazo televisivo colombiano de comienzos de siglo se estrenará el 19 de julio por la plataforma de streaming. La historia de la cenicienta bogotana (Ana María Orozco) y su príncipe Armando (Jorge Enrique Abello) viene con vueltas de tuerca impensadas. Betty está separada de su esposo, enemistada con su hija y ha perdido su eje. Así que para empoderarse y reencontrar su identidad Betty debe volver a ser la del título.

* La semana pasada Paramount anunció el retorno de Yellowstone. Se trata de la segunda parte de su quinta temporada con fecha de estreno en el horizonte cercano y una certeza: Kevin Costner ya no está al frente de la familia Dutton, el clan que controla el mayor rancho ganadero contiguo de Estados Unidos. La partida del actor fue sorpresiva ya que el patriarca es el eje de la historia y centro de los tejes y manejes claves en el relato. Costner dijo haber priorizado su proyecto cinematográfico Horizon, aunque dejó la puerta entreabierta para un “comeback” como el terrateniente de Montana. 

* Este viernes llegará a Netflix la segunda parte de That’s ’90 show. O como la generación X y el grunge, y una nueva camada de adolescentes se enfrentan a Kitty y Red Forman. Además de los abuelos de Leia (Callie Haverda), la temporada contará con caras reconocibles a saber: Tommy Chong, Carmen Electra, Kevin Smith, Lisa Loeb, Will Forte y Laura Prepon…sí, la mismísima Donna Pinciotti.

El personaje

Gala Scott de Tierra de mujeres (Eva Longoria). “Hasta ayer mi vida era perfecta”, declara la mujer en aprietos debido a una deuda de su esposo con la mafia. ¿Qué resuelve? Irse de raje de los Estados Unidos a un pueblito de España junto a su hija y madre. El detonante servirá para que las tres generaciones se escondan y encuentren en un pueblito vitivinícola del norte ibérico. Ningún síndrome de nido vacío que no pueda ser solucionado con jamón y tintillos.