El departamento en Boston quedó con el mayor desorden que puede dejar un periodista que estaba seguro que volvía allí para quedarse todo el mes. Hubo que acomodar y juntar todo de urgencia para cambiar inesperadamente la hoja de ruta del Mundial.
En realidad, la Copa del Mundo estaba terminada, pero había que continuar con su cobertura. Durante el tramo Boston-Dallas se produjo la primera noticia sobre el “dóping” de Maradona, nada más y nada menos. Del aeropuerto de Texas al Four Seasons de Dallas, del “cóctel de drogas” al estadio Cotton Bowl de la derrota con Bulgaria y al hotel del “me cortaron las piernas”.
Vuelta al aeropuerto, al Dallas-Boston para un éxodo repentino. Desde allí hasta Los Angeles. De la Costa Este a la Costa Oeste. Si la Selección salía primera o segunda en su grupo, la estadía continuaba en Boston, de plantel y periodistas. Por eso el desorden “planificado” del departamento. Al terminar terceros por el “cóctel” y las “piernas cortadas” hubo que partir inesperadamente a Los Angeles. A 4800 kilómetros de distancia. Después del ida y vuelta de 2800: Boston-Dallas-Boston.
En el Rose Bowl de Pasadena fue la crónica de un final anunciado. Derrota con Rumania y eliminación. En todo eso por lo que pasó, el periodista debería despojarse de emociones, no darle ni un resquicio al hincha y seguir con la obligación profesional. Con Diego de por medio era difícil.
Pero cuando la claudicación era inevitable, con toda la cobertura derrumbada, apareció el antídoto para sostener el oficio ante todo. Surgió la entrevista inesperada. Un encuentro con el chileno Antonio Losada y el español Agustín Rodríguez Cano, los bioquímicos responsables de los análisis del control antidóping de la FIFA que habían encontrado efedrina en la orina de Maradona.
Una entrevista reveladora que hace 30 años este cronista hizo para el diario La Capital de Mar del Plata, que volcó en el libro “Pelota Cibernética, la novela de los mundiales”, y que hoy deja sentado, 30 años después, que no hubo dóping de Maradona en el Mundial 94:
“(…) No es, como se dice, que este señor ha tomado cinco sustancias; lo que pasa es que cuando uno toma una medicina, cuando pasa por el cuerpo, alguno de sus componentes se transforma en otras sustancias. Por ejemplo, la efedrina se metaboliza en pfenipropanolamina; entonces si usted toma efedrina le aparecen dos. Si usted toma metilefedrina le aparecen efedrina y pfenilpropanolamina, entonces tiene tres. A veces, si pasa mucho tiempo, no aparecen los tres compuestos, porque el compuesto padre se ha acabado y quedan sólo los metabolitos. Y la otra sustancia es la pseudoefedrina que nos da como metabolito la Northseudoefedrina o catina, como viene en las listas, entonces era una sustancia y su metabolito. En este caso particular parece que Maradona, técnicamente, tomó sólo dos sustancias, y las dos en base a efedrina (Dr. Rodríguez Cano).
-Entonces no hubo un preparado especial como se quiso dejar ver desde un principio…
-No, para nada…Muchísimos médicos opinaron erróneamente que se trataba de un cóctel, incluso de Estados Unidos. (Dr. Losada).
-Lo grave es que más que una “opinión” se trató en realidad de una versión oficial, porque la palabra “cóctel” surgió directamente de boca del Dr. D’Hoogh, el jefe médico del control antidóping de la FIFA, justamente en la conferencia de prensa que la cúpula de la FIFA brindó en Dallas para confirmar que Maradona se quedaba sin Mundial… Fue casi un empecinamiento de este médico belga para remarcar más de una vez que se trató de un “cóctel” de sustancias especialmente preparado…
-No sé si quiso decir cóctel de la suma de sustancias diferentes o la suma de efedrina y sus metabolitos…(Dr. Losada).
-Usted, que fue médico de selección, ¿opina que este se trata simplemente de un medicamento mal suministrado?
-Yo creo que sí, lo de Maradona fue una lamentable estupidez. Maradona debió haber avisado lo que había tomado, lo que le dieron o se tomó por su cuenta (…) (Dr. Losada).
-Otra de las cosas que se dijo en el principio de este caso es que la efedrina dificulta en el control antidóping la detección de otras sustancias…¿Es realmente cierto eso?
-No, en absoluto. La efedrina no puede disimular la detección de otras sustancias prohibidas de ninguna manera (…).
En la última parte del reportaje el doctor Rodríguez, quien trabajó en la prueba que le tomaron a Calderé en México 86, confirmó que al futbolista español “le habían recetado una medicina prohibida” y recordó que el médico de la selección ibérica en esa oportunidad había sido el doctor Jorge Guillén.
A Calderé le dieron sólo una fecha de suspensión; a Maradona, 15 meses. Y el doctor Guillén trabajó ya para la FIFA justamente en la toma de pruebas del control antidóping de aquel Mundial 94 a la par de los sinceros Losada y Rodríguez Cano, quienes no evitaron admitir, incluso aunque corriera peligro su trabajo, que con Diego “no hubo cóctel de drogas” y que la efedrina no tapó ninguna otra sustancia.