Un total de 27 defensoras hondureñas fueron asesinadas en la última década y un análisis histórico muestra que las agresiones a activistas hondureñas se incrementaron un 58 por ciento desde el año 2012, según un informe de la Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos (IM-Defensoras).

Estas agresiones fueron documentadas durante más de 10 años en el sistema de Registro Mesoamericano de Agresiones a Defensoras.

“Estas agresiones se viven de maneras muy diferentes en función de la diversidad de luchas, territorios, identidades y contextos, pero también manifestaciones específicas de violencia sobre nuestros cuerpos, comunidades y proyectos políticos”, afirmó Yessica Trinidad, de la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en Honduras.

Agresiones según el área de lucha de las defensoras

El escenario más violento resultó ser para quienes luchan por los derechos sobre la tierra, el territorio y los bienes naturales. El 46 por ciento de todas las agresiones fueron contra estas defensoras.

Además, quienes fueron identificadas por “defender derechos” se llevaron el 11,7 por ciento de las agresiones, quienes luchan por el derecho a la “verdad, justicia y reparación” el 11,3%, el “derecho a una vida libre de violencia” 7,2% y el “derecho a la educación” un 5,7%.

Las agresiones varían entre físicas, psicológicas y verbales. “Nos agreden en movilizaciones, plantones, cabildos abiertos, encuentros de mujeres, conferencias de prensa, desalojos, y se dan de múltiples formas", contó Trinidad.

Desde IM-Defensoras destacaron su preocupación por los desplazamientos forzados de las defensoras hondureñas.

Quiénes son los agresores

Los principales agresores están vinculados al Estado, incluyendo a cuerpos policiales (27 %), militares (15,5%) y autoridades públicas (12%).

A las agresiones se suman empresas y negocios (11,6%), desconocidos (10,6%) y de la comunidad en donde se realiza el trabajo de defensa de derechos humanos (4,5%).

Hostigamientos, desprestigio, amenazas o criminalización, son algunas de las agresiones documentadas con más frecuencia.

"Las amenazas que se hacen son de forma directa, por llamadas telefónicas o rumores de otras personas, y casi en su totalidad son amenazas de muerte o en algunos casos amenazan con dañar a sus hijos e hijas", aseguró Trinidad.

Agreden con expresiones de odio, ataques al patrimonio personal y de la organización, la detención ilegal y arresto arbitrario, restricciones a la libertad de movimiento y libertad de expresión y el uso excesivo de la fuerza, entre otras.

Desde IM-Defensoras pidieron un mayor compromiso del gobierno de Honduras en el cumplimiento de las sentencias de la Corte Internacional de Derechos Humanos (IDH) y la protección de las defensoras de la tierra y el territorio.