No está claro cuánto gobierna Javier Milei. De lo que no hay duda es que viaja más que cualquier otro presidente de estos últimos 40 años de democracia en la Argentina. Ayer, en su última jornada en Praga, y durante el discurso de agradecimiento de un premio --ahora cuestionado-- afirmó sin sonrojarse que probablemente le den "el Nobel de Economía" junto con su jefe de asesores Demian Reidel. Claro, antes les debe salir bien el plan económico que están aplicando y que representa uno de los ajustes más duros de los últimos tiempos.

Luego de recorrer España y Alemania, Milei recaló en la capital Checa donde mantuvo un encuentro con el primer ministro Petr Fiala. Una reunión que le sirvió para justificar que se trata de un viaje oficial. Pero lo que más le interesaba a Milei era el premio que le otorgaba el Instituto Liberal de República Checa. Se trataba de una condecoración por haberse convertido en el referente latinoamericano del neoliberalismo, los ajustes y la progresiva anulación de políticas de Estado.

“No hay país en el mundo donde no nos reconozcan nuestra tarea titánica en términos de bajar al inflación, del ajuste fiscal que estamos haciendo", exageró durante un breve contacto con la prensa.

Aprovechó ese contacto para hacer una singular interpretación de su cuestionada política social. En el exterior, dijo, “lejos de cuestionarnos la política social, la ponderan porque entienden que, frente a un ajuste de este calibre, la política social ha tenido que ser extremadamente buena porque, si no hubiéramos actuado correctamente, hubiera sido una catástrofe”. Sin embargo, cuando se reunió con el canciller alemán Olaf Scholz, éste le pidió que proteja "la cohesión social".

El ministro de Defensa, Luis Petri, que participó de la comitiva firmó con su par Jana Černochová, un memorándum de entendimiento en materia de cooperación militar que está en línea con la intención de Milei de integrar al país con la OTAN como Socio Global.

Milei le otorga el Premio Nobel a Milei

Luego de recibir la condecoración llegó el turno del discurso. Milei no ocultó la alegría por el galardón y se largó a defender su gobierno y su programa económico, pero nadie esperaba que la adrenalina lo llevara a imaginarse en el cenit de los premios internacionales.

"Este tipo de cuestiones obviamente que son importantes, casi que les diría medulares. A punto tal que con mi jefe de asesores el Doctor Demian Reidel estamos reescribiendo gran parte de la teoría económica, para poder derivar optimalidad de Pareto tanto estática como intertemporal teniendo funciones de producción no convexas", afirmó el mandatario (SIC) para luego afirmar que "si nos termina de salir bien, probablemente me den el Nobel de Economía junto a Demian. Pero eso es parte de otra historia, porque corregiría este problema, desaparecería el conflicto entre la fábrica de alfileres y la mano invisible", agregó.

Sin embargo, después de los flashes surgió una información que la comitiva presidencial buscó obviar. Y es que el director del Instituto Liberal de Praga, Martin Panek, informó que nada tenía que ver la institución con el premio otorgado a Milei y, según trascendió, responsabilizó a Jiri Schwarz de organizar un acto no oficial en nombre de la institución. Es más, Panek dijo que el tal Schwarz hace tiempo que no forma parte del Instituto Liberal.

Por otra parte, Panek indicó que "es prematuro conceder este premio a Milei" e incluso dijo que la institución está "en contra de sus medidas contra las drogas, el aborto y las manifestaciones públicas". Milei y su comitiva no hicieron referencia a estas declaraciones y se fueron con la condecoración bajo el brazo.