A sus 84 años, el director italiano Marco Bellocchio (Sangre de mi sangre, Vincere) se mete nuevamente con la Iglesia católica, esta vez al rescate de una historia del siglo 19. En 1858, Edgardo Mortara, un joven judío de Bolonia, es secuestrado en su casa familiar por soldados del Papa de Roma. Habiendo sido bautizado en secreto por su nodriza, debe recibir una educación católica. Protagonizan Paolo Pierobon, Bárbara Ronchi y Enea Sala (Cines del Centro.)