Como "una experiencia hermosa" describió Manuel López, integrante de la Comisión Organizadora del Encuentro Nacional LGTBIQNB+ que se realizó durante el fin de semana largo en Rosario. "Nos encontramos en Rosario más de mil activistas de 200 organizaciones, de 21 provincias argentinas, con la necesidad y el anhelo deconstruir un espacio de reflexión, debate y comunidad. De intercambio federal, diverso, intergeneracional, plural, de experiencias de luchas, ideas y sueños", expresa el documento final de este Encuentro que recoge una tradición: en 1996, con la presencia de Carlos Jáuregui y Lohana Berkins, entre otrxs activistas que hicieron historia, Rosario fue la sede del primer Encuentro de este tipo.
"Lo necesitábamos para que nuestro movimiento, vital y multicolor, arraigado en cada territorio de nuestro país, con logros históricos para nuestra comunidad durante los últimos 15 años, reflexione sobre lo conseguido, sobre nuestro enorme crecimiento en estos años. Pero también sobre las deudas de estos 40 años de democracia, sobre la cantidad de violencias y desigualdades que seguimos sufriendo, y sobre la unidad, las estrategias y proyectos que necesitamos construir para defenderlo logrado y seguir avanzando", afirma el documento consensuado como declaración final del Encuentro que tuvo de todo: jornadas de reflexión, talleres, obra de teatro, marcha y fiesta kiki en el Galpón de las Juventudes.
El contexto de este Encuentro que retoma una potencia histórica es hostil: "Hoy más que nunca necesitamos defendernos porque estamos siendo nuevamente atacades por un proceso político, social y cultural de violencia contra nuestras existencias, identidades y derechos. Proceso impulsado por un gobierno nacional como el de Milei que, en el marco de una agresión brutal a todo el pueblo argentino, nos apunta como enemigos a la población LGTBIQNB+", apunta el documento, y recuerda que la comunidad "ya sufre exclusión del trabajo, la salud, la educación, la vivienda, la cultura, el deporte, el bienestar" pero además, "hoy está siendo muy afectada por el aumento de la pobreza y la indigencia, y por la destrucción de todas las políticas de asistencia, como la alimentaria".
Con los tres lesbicidios de principios de marzo en el barrio porteño de Barracas como antecedente inédito, desde el colectivo recuerdan que al contexto general "se le agrega la particular violencia que hoy se baja desde el poder contra nosotres, contra la visibilidad, el reconocimiento y los derechos que logramos en todos estos años de lucha, contra nuestras propias existencias. No queda política pública por la igualdad de las personas LGTBIQNB+ que hoy no esté siendo destruida o desfinanciada, que es lo mismo".
Prometen que nada ni nadie las parará. "Nuestra comunidad es una historia enorme de luchas. Somos organizaciones históricas y también decenas de grupas que nacen cada año. Somos miles y miles de activistas desde la ciudad más grande hasta el pueblito más chico de nuestro país. Somos todes les pibites que cada día día se animan a ser quienes son, con orgullo", definieron.
Y así como recogen la organización que -incluso- precede a la revuelta de Stonewall, en 1969, en Estados Unidos, y que trae desde los ecos del Frente de Liberación Homosexual de los años 70 al grupo Nuestro Mundo, de los 80, así como el Movimiento de Liberación Homosexual que tuvo epicentro en Rosario, en los albores democráticos, desde la comunidad aseguran: "No hay odio que nos vaya a destruir ni política de exterminio que nos vuelva a callar nunca más. ¡Resistiremos!".
La consigna fue ¡Volvieron los Encuentros porque a los closets y a la cárcel no volvemos Nunca Más! y también, se desgranaron una serie de reclamos, como: "Los discursos de odio y silencios cómplices, generan crímenes de odio. Justicia por la Masacre de Barracas. Justicia por Sofía, Andrea, Roxana y Pamela. ¡Fue Lesbicidio!". También pidieron justicia por el transfemicidio de Sofía Fernández y del prefecto Octavio Romero, quien apareció muerto poco antes de ser el primer integrante de una fuerza federal en contraer matrimonio igualitario. "¿Dónde está Tehuel?", fue la pregunta que se repitió en relación al chico trans desaparecido en marzo de 2021.
Entre los reclamos, se sumó "por acceso a la Justicia y contra la impunidad", así como "No a la Ley Bases, el DNU y el desfinanciamiento de las políticas públicas de diversidad", también rechazaron los despidos, la violencia institucional, pidieron la "libertad a les preses por luchar" y el cierre de todas las causas. Una ley Antidiscriminatoria y Ley Integral Trans., con un plan de Implementación de políticas públicas fue otra demanda, así como reparación travesti trans, ley provincial de cupo de viviendas para personas travestis trans, derechos laborales para las trabajadoras sexuales.