La economía del primer trimestre de Javier Milei ya evidencia los resultados del "ajuste más profundo y acelerado de la historia", como lo califica el presidente de la Nación. El nivel de actividad económica, o Producto Bruto Interno, mostró en los primeros tres meses del año una caída del 5,1 por ciento con respecto al inicio del año 2023. Con respecto al trimestre anterior, el descenso es del 2,6 por ciento, que se suma a otra baja del 2,5 por ciento en el cuarto trimestre de 2023 con respecto al precedente. Es decir, dos trimestres consecutivos de una recesión que se profundiza y se acelera, empezando a mostrar otras consecuencias. La desocupación empieza a crecer, consecuencia de la caída de actividad, alcanzando al 7,7 por ciento, pero con impacto aún más negativo en la población trabajadora femenina (8,4 por ciento). 

Las estadísticas que publicó el Indec este lunes muestran, en la evolución trimestral, la violenta caída de la inversión del 12,6 por ciento, y un solo componente de la demanda que aumenta, que fue la exportación en un 11,1 por ciento. El consumo privado, en tanto, cayó 2,6 por ciento, y el público 0,8 por ciento. 

Es decir, que mientras la demanda local cae en todos sus rubros (consumo e inversión), la externa es la única demanda que crece.

El otro lado del producto bruto, la oferta, muestra en su variación interanual la contracara de lo que expone la demanda en sus diferentes rubros. La actividad productiva que más cae en este primer trimestre del año, en términos interanuales, es la construcción, en un 19,7 por ciento, lo cual explica la baja en la formación bruta de capital o fijo, es decir la Inversión, que alcanza al 23,4 por ciento. 

En sentido inverso, las actividades que más crecen son las estrechamente vinculadas a la exportación. Agricultura y ganadería computan un salto en el año del 10,2 por ciento, mientras que el rubro Minas y canteras trepa un 8 por ciento. Se corresponde con un crecimiento interanual de las exportaciones del 26,1 por ciento.

No fue mérito de políticas públicas este aumento principalmente en el sector agrícola, sino más bien el resultado de la sequía histórica que sufrieron las zonas productivas en 2023, reduciendo sensiblemente el saldo exportable de granos. Ni siquiera la devaluación de diciembre de 2023, apenas asumido Javier Milei, puede atribuirse mérito sobre el mejor resultado de la campaña, ya que para esa fecha casi la totalidad de la siembra para la cosecha gruesa (maíz y soja) estaba ya realizada.

En cambio, esa megadevaluación sí tuvo un impacto directo, pero negativo, sobre la producción (oferta) y el consumo (demanda), las dos caras en las que se mide el producto bruto interno. La industria manufacturera tuvo una caída en el año del 13,7 por ciento. En el comercio (mayorista, minorista y reparaciones), el descenso interanual del nivel de actividad es del 8,7 por ciento. Otra actividad significativa por su incidencia en el PBI, la intermediación financiera, tuvo un retroceso del 13 por ciento. 

La evolución negativa en estos sectores (industria, comercio y servicios financieros), junto a la de la construcción, explican en gran medida el aumento del desempleo. Y las proyecciones en las que coinciden cada vez más analistas, es que la segunda mitad del año estará marcada por un salto del desempleo que alcanzaría a los dos dígitos (el 10 por ciento) antes de finalizar 2024. 

Un ejemplo de ello fue el alerta que representa el anuncio de Acindar a la UOM de Villa Constitución (Santa Fe) de que se extenderá drásticamente el paro de la planta siderúrgica de esa localidad ante la caída en las ventas. Lo que originalmente había sido un planteo de suspensiones por tres semanas, ahora se extendió a un cierre de la planta durante 120 a 135 días en el marco de los seis meses que quedan del año. 

Se trata de una planta líder en el mercado local de capitales transnacionales y, por lo tanto, con anchas espaldas. En el caso de las pymes, diversas organizaciones del sector reconocen que el esfuerzo que vienen haciendo diferentes empresas para no afectar a su personal por la caída en las ventas, ya cedió para empezar a aplicar suspensiones. Y sin perspectivas de repunte para los próximos meses, prevén que inevitablemente habrá en lo inmediato reducciones masivas de planteles laborales. Es decir, despidos. 

El estado de recesión económica en la que entró la economía, como suele ser habitual, también se vio reflejada en una caída de las importaciones del 20,1 por ciento en su comparación  interanual (contra el primer trimestre de 2023). Ante la falta de demanda interna, se reduce la necesidad de oferta importada. Ambos componentes de los dos conjuntos con los que se mide el PBI (demanda global y oferta global) se achican simultáneamente cuando la economía entra en recesión.