Para ser un hombre cuyas películas se caracterizan a menudo por el sadismo y la crueldad, Yorgos Lanthimos tiene un aspecto más bien benigno. El director griego, vestido con sandalias y pantalones a rayas cuando entra en la habitación de hotel, parece más un consejero sentimental que el responsable de películas tan cáusticas como Canino, La Langosta El sacrificio del ciervo sagrado. Incluso Emma Stone -la estrella estadounidense de sus tres últimas películas, La favorita, Pobres criaturas y la más reciente Kinds of Kindness, que se estrenará en Argentina en agosto- admite su sorpresa.

"Creo que pensé que sería mucho más intenso de lo que es en persona", dijo durante una rueda de prensa en el Festival de Cannes, un día antes de conocer a Lanthimos. El cineasta, de 50 años, se lo toma con buen humor cuando se le plantea esta apreciación sobre su carácter durante el encuentro. "¡Eso no estuvo muy bien! Soy un tipo intenso", se ríe, levantando los brazos, consciente de que reserva su salvajismo para la pantalla.

Por ejemplo, Canino, su gran éxito de 2009. La tercera película de su carrera (tras su debut en 2001, Mi mejor amigo, y la experimental Kinetta, de 2005), esta historia de una familia que vive dentro de un recinto, condicionada como animales, fue calificada de "ejercicio de perversidad" por The New York Times. También está su drama distópico La langosta, en el que los habitantes de un futuro cercano se ven obligados a encontrar una pareja romántica en 45 días o transformarse en una bestia de su elección. Nada le gusta más a Lanthimos que ver a sus personajes retorcerse bajo el microscopio de la vida.

Kinds of Kindness es un tríptico de 164 minutos en el que Lanthimos pone a prueba a sus personajes. La violencia física o psicológica se filtra en casi todos los fotogramas. En "La muerte de RMF", la primera del trío, Jesse Plemons interpreta a Robert, un hombre esclavizado por el misterioso hombre de negocios de Willem Dafoe, que controla todos los aspectos de su vida, desde su dieta hasta sus hábitos sexuales. Es una mirada inquietante y perturbadora al libre albedrío.

Lanthimos admite haberse inspirado en Calígula, el emperador romano "loco" célebremente interpretado por Malcolm McDowell en la pantalla. Reflexionando sobre la vida y la muerte, y el nivel de control que ejercía sobre sus súbditos, el director empezó a plantearse la posibilidad de trasladar esta idea a un escenario contemporáneo "y llevarla al extremo para ver en qué consiste este tipo de relación", afirma. "¿Qué significa el libre albedrío, el control, creer en alguien y confiar en alguien? Me pareció un punto de partida complejo".

Poco a poco, una historia se convirtió en tres. En "RMF is Flying", Plemons es un policía llamado Daniel cuya esposa Liz (Stone), bióloga marina, desaparece en una expedición; cuando ella regresa, él está convencido de que esa mujer no es su cónyuge y la pone a prueba, obligándola a realizar actos de automutilación cada vez más horripilantes. En "RMF Eats a Sandwich", posiblemente la más opaca de las tres, la Emily de Stone abandona a su marido y a su hijo al verse arrastrada hacia una secta sexual dirigida por el magnético líder de Dafoe y su igualmente fascinante compañero, interpretado por Hong Chau. Una vez más, se admite el libre albedrío.

Emma Stone y Joe Alwyn en Kinds of Kindness.

El guión de la película fue escrito por Lanthimos y su viejo amigo Efthimis Filippou, que trabajó en los primeros proyectos del director. Empezaron Kinds of Kindness justo después de terminar su última colaboración,El sacrificio del ciervo sagrado, de 2017, la historia de la extraña relación de un cirujano con un joven (interpretado por Barry Keoghan, de Saltburn). Aunque parezca que Lanthimos se ha limitado a reunir al mismo reparto y equipo de Pobres criaturas (todos, desde el director de fotografía Robbie Ryan hasta Stone y Dafoe), no ha sido así en absoluto. Kinds of Kindness "tardó muchos años en completarse", explica. "Y eso fue bastante beneficioso... tuvimos tiempo de distanciarnos mientras hacíamos otras cosas en el medio".

Para Lanthimos, esas "cosas en el medio" fueron el cuento de época La favorita y su electrizante fábula feminista victoriana Pobres criaturas. Ambas se llevaron el Oscar a la mejor actriz por sus respectivas protagonistas: la malhumorada reina Ana, interpretada por Olivia Colman, y Bella, una criatura sexualmente liberada reanimada al estilo Frankenstein tras un suicidio. A su manera, ambas películas lanzaron al gran público la extraña perspectiva del mundo de Lanthimos. Éstas y Kinds of Kindness contaron con el respaldo de Searchlight Pictures, filial de Disney.

"Tienen fe en los cineastas", afirma sobre el sello indie que se ha convertido en su hogar. "Es la misma relación con otros miembros del equipo o con otros actores. Si realmente creen en vos y quieren apoyarte, lo harán". En sus primeros años, trabajando desde Atenas, donde creció, Lanthimos tuvo "suerte" en películas como Canino y su continuación en 2011, Alps. "Las hicimos solos, así que nadie estaba allí para decir sí o no".

Sin embargo, de alguna manera, a medida que los presupuestos crecieron, pudo conservar el corte final de su trabajo. "Siempre tuve la suerte de gozar de libertad creativa. Y en Searchlight también vieron el potencial de esta película y se subieron al carro. Fue muy fácil. Es muy sencillo. Y conocen el tipo de cineasta que soy, y saben que esto es lo que hay, y es como un sí o un no. ¿Querés participar o no? Y querían participar".

Aun así, es imposible creer que Kinds of Kindness vaya a tener el mismo éxito que Pobres criaturas o La favorita, a pesar de que Plemons (con toda la razón del mundo) fue galardonado en Cannes con el premio al mejor actor por su interpretación. Tras ganar el León de Oro en su estreno en el Festival de Venecia del año pasado, Pobres criaturas recaudó 117 millones de dólares en la taquilla mundial, superando incluso los 95 millones de dólares de La favorita. Entre las dos películas, Lanthimos obtuvo cuatro nominaciones a los Oscar, que se suman a la que obtuvo por coescribir La langosta.

Sin embargo, Kinds of Kindness se antoja mucho más divisiva, sin los divertidos diálogos subidos de tono del dramaturgo australiano Tony McNamara, guionista de La favorita y Pobres criaturas. Es una película para aquellos que disfrutaron de la naturaleza negra  de los primeros trabajos de Lanthimos, aunque con un reparto más estelar. Pero, ¿está dando vueltas a la cabeza? En palabras del crítico de Slant: "La abstracción se presenta con una cursilería aún más empalagosa, el sadismo es más juvenil y carente de propósito, y el humor es simplón hasta revolver el estómago". 

Al promover una película que se resiste a una interpretación fácil, Lanthimos se muestra igualmente reacio a ponerle etiquetas definitivas. Como la idea de que la libertad es una prisión. "Bueno, supongo que plantea ese tipo de preguntas", dice, con cautela. "Muestra, creo, la complejidad de las relaciones y plantea preguntas sobre si sabemos siquiera lo que queremos cuando somos libres, o si eso es lo mejor para nosotros. O si tener algún tipo de estructura y normas en nuestras vidas es realmente beneficioso. ¿O también es beneficioso romper con ellas?".

Hace una pausa, controlando sus palabras. "No creo haber hecho en mi vida ningún tipo de absoluto... ni haber llegado a una conclusión real de que la libertad es la cárcel. Simplemente creo que es muy complejo saber exactamente cómo manejarlo y cómo navegar por ese tipo de situaciones y relaciones. Y creo que, sí, cuando sos totalmente libre, eso conlleva mucha responsabilidad. Y cada persona puede manejarlo de una manera diferente".

¿Son sus películas sobre la desesperanza a la que a menudo se enfrenta la humanidad? Ciertamente, Kinds of Kindness parece la película más nihilista de su carrera. "¿No tener ninguna esperanza? No sé... Acabo de hacer una película con final feliz", dice. A la vista de lo que le ocurre al personaje de Christopher Abbott en el final de Pobres criaturas -sin spoilers-, es discutible considerar "feliz" su final, pero eso tipifica más bien el humor mordaz de Lanthimos.

"No creo que la esperanza provenga necesariamente del argumento de una película", continúa. "Creo que la esperanza para mí, incluso si la película es bastante oscura... el humor ayuda. Creo que Kinds of Kindness es bastante divertida. Quiero decir, me parece bastante divertida en muchos sentidos. Creo que eso es algo: ver cosas terribles, pero también ver el humor en ellas y lo ridículas que son. Somos seres humanos y creo que, después de experimentar y procesar cosas terribles, podemos verles el aspecto humorístico. Así que creo que eso forma parte de mi oferta de esperanza".

A ojos de Lanthimos, crear obras que reflejen el mundo y muestren incluso lo peor de la humanidad es algo positivo. "Que la gente las mire y pueda empezar a pensar en estas cosas y hacerse preguntas sobre la libertad o lo que sea... eso es esperanzador". Hay que admitir que, dada la naturaleza estereotipada de tantas películas que salen del sistema de estudios hoy en día, es un director al que hay que aplaudir por pulsar botones y límites.

Además, conseguir que el público acuda a cines en apuros para vivir una experiencia comunitaria -como hizo en La favorita y Pobres criaturas- tiene que ser bienvenido. "Creo que el proceso de ver películas es esperanzador. La catarsis no tiene por qué estar arraigada en el argumento de una película. Proviene también del acto colectivo de verla, pensar en ella, discutirla, volver a pensar en ella, verla en otro momento en el que nos sintamos diferentes. Así que creo que eso es esperanzador".

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.