Victoria Villarruel tiene razón cuando afirma que lo que está haciendo en el Senado “es histórico”. Es que, tras 30 años de un compromiso asumido, este año la Cámara alta decidió dejar a seis estudiantes sin la posibilidad de competir en la Olimpiada Matemática, al resolver —por primera vez— no abonar los pasajes. Página|12 difundió el episodio —que derivó en un proyecto de la bancada peronista para que los pibes puedan viajar a Inglaterra— y desde la Presidencia del Senado insistieron con el latiguillo de “no hay plata”. Lo extraño es que mientras Villarruel repite ese mantra en Twitter, por lo bajo se financiaron viajes y viáticos tanto para algunos privilegiados senadores como para el propio entorno de la Vicepresidenta.

Lucila Crexell puede dar fe de ello. La senadora, que quedó en el ojo de la tormenta cuando salió a la luz que -por esas "casualidades"- el Gobierno le ofreció ser embajadora de la Unesco en el mismo momento que se discutía la Ley Bases, gozó de la generosidad del Senado. En marzo, la por ahora legisladora -aunque ya se imagine en su oficina de París y con un salario en dólares- fue invitada a participar en la Asamblea Interparlamentaria en Ginebra, Suiza. Federico Pávito, a quien Villarruel puso al frente de la Dirección General de Administración del Senado, firmó la disposición 54/2024 para que Crexell recibiera cinco días de viáticos y un seguro de viajero por siete días. 

Crexell y sus viáticos. Solo necesitó pasar la tarjeta corporativa para comer unos chocolates

No fue la única vez que la senadora neuquina contó con el beneplácito de Villarruel. Meses antes otra invitación llegó al despacho de Crexell. En este caso, la invitación era para viajar a Marruecos a participar de una conferencia denominada “Cooperación Sur-Sur”. En realidad, el ofrecimiento había sido para Bartolomé Abdala, pero generosamente le cedió su lugar a Crexell, pese a que (en ese entonces) no era compañera de bancada. La legisladora aceptó esa invitación del organismo y solicitó al Senado que le abonara “un seguro de asistencia al viajero” por siete días. Pese a que "no hay plata", la Presidencia del Senado aceptó y Crexell tuvo tranquilidad a la hora de subirse al avión.

Otro suertudo fue Juan Carlos Paggoto. Amén de los pasajes liberados para los senadores para que puedan viajar a sus hogares, el senador de La Rioja solicitó realizar un viaje también a Paraguay. La excusa fue la invitación a la Conferencia “Sistema Republicano y Federalismo”, que se llevó a cabo en Asunción el 11 de marzo. Pávito puso el gancho para que el Senado abonara los pasajes para el legislador. Otra muestra de que ahí sí había plata.

Viáticos y asistencia para unos privilegiados senadores

Los regalos de Villarruel a su equipo

Una vez que asumió como Presidenta del Senado, Villarruel no dudó en armar su equipo. Y, fiel exponente de la familia castrense, empezó a llenar los espacios con personas que le reportan desde hace tiempo. Algunas de ellas son hijas de militares que actuaron durante la dictadura y recibieron condenas por crímenes de lesa humanidad.

Por caso, tal como contó Luciana Bertoia, la vice llevó al Senado a María Guadalupe Jones, hija de Juan Carlos Jones Tamayo, integrante de la estructura de inteligencia del Ejército condenado a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad. Jones Tamayo fue parte del Operativo Independencia y su hija lo define como un “héroe” del combate de Pueblo Viejo, cuando una patrulla del Ejército –en febrero de 1975– emboscó a un grupo de combatientes del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). Incluso, en sus redes sociales, María Guadalupe cuestiona el número de desaparecidos, cataloga lo sucedido como "una guerra" y dice que las condenas a represores no son justicia sino venganza. A su padre –que estuvo largos años prófugo– lo calificaba como “preso político”.

La amistad entre Jones y Villarruel (hija) no se materializó solo en la designación de María Guadalupe como secretaria administrativa del Senado, sino también en todas las veces que la presidenta de la Cámara alta resolvió llevar a su compinche para que sume millas en distintos viajes por Argentina. Eso sí, los gastos corrieron por cuenta del Senado. De acuerdo a las resoluciones a las que accedió Página|12, la Dirección General de Administración del Senado decidió financiar los viajes de Jones a varios destinos que van desde Salta -tres visitas-, Mendoza -también tres veces-, Catamarca y Córdoba. La funcionaria hasta tuvo la fortuna que uno de los viajes (Salta) cayera justo para Semana Santa.

La suerte de Jones de poder viajar a Salta, todo pago, en Semana Santa

Pero Jones no es la única. Enrique Bergalli, jefe de Despacho de Villarruel, fue parte, varias veces, de la comitiva en los continuos viajes que organizó la vicepresidenta. Por solo citar un caso, del 1 al 3 de marzo, Bergalli, Jones y Villarruel se subieron a un avión para pasar cuatro días en Mendoza. Los viáticos y pasajes de los agentes de la Policía que los custodiaron también fueron abonados por fondos del Presupuesto del Senado.

Las encargadas de ceremonial María Laura Arnejo y Soledad Echeverry también acumularon millas —con viajes y viáticos pagos— a San Luis, Corrientes y Mendoza. De quien no se supo si viajó o no —no está en los expedientes— es María de las Mercedes Torres, la íntima amiga de Villarruel, que fuera designada Directora General de Ceremonial, Protocolo y Audiencias. Como contó este diario, Torres (hija de Fernando Torres, condenado a prisión perpetua por su actuación durante los años del terrorismo de Estado) había quedado en el foco de la tormenta cuando una campaña en redes sociales —según Clarín, financiada desde la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) de Javier Milei— usó su designación para atacar la vida privada de la Vicepresidenta.

Otros que sí contaron con viajes financiados por el Senado fueron el equipo de Prensa de la Vice (Gaspar Bosch y Roberto Miguel Robledo) y hasta el Director de Cultura de la Cámara alta, Daniel Abate, un funcionario que eleva el poder de discusión con tuits como este:

Más viáticos y pasajes

El Senado también financió los viáticos y los pasajes de los agentes que conforman la custodia de Villarruel. Desde que empezó el año, se solicitó la presencia de policías para los siguientes viajes:

  • Bariloche (del 4 al 8 de enero)
  • Córdoba (del 11 al 15 de enero)
  • Azul (el 19 de enero)
  • Salta (del 14 al 20 de febrero)
  • Corrientes y Paso de los Libres (del 22 al 26 de febrero)
  • Mendoza (del 2 al 4 de marzo)
  • Chubut (del 12 al 18 de marzo)
  • Córdoba y Salta (del 26 de marzo al 2 de abril)
  • Catamarca (del 4 al 8 de abril)
  • Salta (del 2 al 8 de mayo)
  • San Luis (del 29 de abril al 5 de mayo)
  • Mar del Plata (del 17 al 20 de mayo)
  • Córdoba (del 24 al 26 de mayo)
  • Salta (del 31 de mayo al 2 de junio)

La Dirección General de Administración del Senado aprobó todos los pedidos y exigió que el Presupuesto del Senado se hiciera cargo de los traslados y los hospedajes, en algunos casos, de comitivas policiales de más de doce agentes. 

También la Cámara alta —por pedido de Villarruel— afrontó los viáticos de custodia policial para tres agentes que se alojan, desde hace cuatro meses, en la ciudad de Rosario. Hasta donde se sabe, Villarruel vive en Buenos Aires.

Proyecto, cruce tuitero y más

La decisión de Villarruel de no financiar el viaje de los seis estudiantes clasificados a la Olimpiada Matemática no generó revuelo hasta que Página|12 —y Tiempo Argentino— publicó los esfuerzos de los chicos en recolectar lo que el Senado decidió no abonar después de treinta años. 

A partir de allí, el bloque peronista presentó un proyecto para que la Cámara alta garantice los pasajes de los seis adolescentes que sueñan con viajar a Inglaterra (la estadía corre por cuenta de la organización). Fue allí que Villarruel salió a cruzar a Recalde con el latiguillo de “no hay plata”.

El Senador no solo recordó la histórica responsabilidad del cuerpo legislativo en financiar esa competencia sino que el presupuesto de pago de pasajes para que los legisladores viajen a sus territorios “sólo está ejecutado en un 40%”. Y recordó que el propio Presidente —que se jacta de decir que "no hay dinero”— lleva más de un mes y medio fuera del país por sus viajes al exterior.

Estos documentos que publica este diario complican (aún más) la excusa de Villarruel.

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