Hasta ahora fueron varias las voces gremiales que anticiparon su repudio al proyecto de reforma laboral. En base a ello y expresiones en el mismo sentido de otros agrupamientos sindicales, se descarta que el consejo directivo de la CGT se expida hoy por el rechazo. Resta determinar si esa negativa implicará la exigencia de que se anule toda modificación a la Ley de Contrato de Trabajo (LCT) o, por el contrario, los sindicalistas aceptarán discutir algunos de los artículos que tiene la propuesta del Gobierno.
Ayer, un grupo de dirigentes referenciados en los gordos e independientes mantuvo un encuentro en la sede de la Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad de la Argentina (Fatsa) que integra el triunviro Héctor Daer. Analizaron las duras objeciones realizadas por los abogados laboralistas de los diferentes sindicatos que participaron el lunes de la reunión con el Ministerio de Trabajo. Estos no sólo recomendaron rechazar la modificación a la LCT sino que además aconsejaron modificar los puntos que tienen un acuerdo previo con el Gobierno. Esto es, blanqueo laboral, capacitación permanente y creación de Agencia de Tecnología de Salud.
Hoy, a las 13 en la sede de la CGT, Azopardo 802, será la reunión de los 35 miembros que tiene el consejo directivo. Los abogados volverán a explicar sus recomendaciones y luego se prevé un intercambio de opiniones de los dirigentes.
En la conducción de la central obrera existe un grupo con fuertes tendencias a la negociación, que con el resultado electoral del pasado 22 de octubre consideró que el diálogo era el único camino. Pero la reforma presentada por el Gobierno incluía la transformación total de la LCT dejando a este grupo, donde predominan los gordos, sin posibilidades de insistir con vehemencia en esta estrategia.
El presidente Mauricio Macri aportó a esta condición cuando desde Nueva York afirmó durante una entrevista con un canal norteamericano que la reforma laboral avanzará más allá de que los gremios se resistan. “Tenemos una fuerte batalla con los sindicatos que, por ejemplo, no aceptan ni sistema de evaluación, pero los ciudadanos quieren reformas; las haremos aunque los sindicatos no estén de acuerdo”, aseguró el Presidente.
El secretario gremial de la CGT, Pablo Moyano, reiteró su posición de rechazo esta vez desde El Vaticano. Hasta allí viajó con una comitiva del sindicato de Camioneros para visitar al papa Francisco. Durante la audiencia de los miércoles, Francisco se acercó hasta el grupo de los camioneros. Moyano había llegado acompañado de Maximiliano Acuña, un recolector de residuos que perdió las piernas en un accidente mientras realizaba su trabajo y que había recibido el llamado del Papa en julio pasado. En ese breve encuentro Francisco le preguntó a Moyano por su padre y por la situación que vive el gremialismo. El secretario adjunto de Camioneros no lo dudó y le dijo “vamos a luchar contra la reforma laboral”.
En tanto, uno de los jefes de la UOM, Francisco “Barba” Gutiérrez, insistió con el rechazo total al proyecto de reforma laboral que el martes decidió su organización sindical. Ayer dijo que el Gobierno “quiere llevar adelante una profunda reforma de la LCT que es un ejemplo en nuestro país y en el mundo”. Recordó que el título del proyecto referido a la norma base de los derechos laborales no fue conversado y mucho menos consensuado con la CGT. Por otra parte adelantó que la central obrera “se va a plantar en la defensa de los convenios colectivos de trabajo, la ley de asociaciones profesionales y la de obra social para defender el salario y el empleo”. Luego, como respondiendo al grupo de dirigentes sindicales que sostienen la necesidad de continuar negociando el proyecto, indicó que si bien “es verdad que el Gobierno ganó con el 40 por ciento de los votos pero no le da mandato para hacer cualquier cosa. Hay un 60 por ciento que se opone a esta terrible reforma laboral”.