El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, llegó a las Islas Marianas del Norte, un territorio estadounidense en el océano Pacífico, donde tiene previsto comparecer en un tribunal para formalizar un acuerdo con el Gobierno estadounidense que le permitirá volver a su Australia natal como un hombre libre y reunirse con su esposa y sus dos hijos pequeños.

El vuelo chárter VJT199 de la compañía VistaJet en el que viajó Assange despegó este martes alrededor de las 21.20 hora local de la capital tailandesa, después de haber realizado una parada de más de ocho horas en el aeropuerto internacional Don Mueang, adonde llegó desde Londres. Durante la parada en Bangkok, WikiLeaks solo difundió una imagen del periodista al aterrizar en la capital dentro del avión, donde se cree que permaneció todo el tiempo.

El largo viaje de Assange se produce después de que el lunes se revelara el acuerdo entre él y la Justicia estadounidense, en el que se declarará culpable de un solo cargo por conspirar para obtener y difundir ilegalmente información clasificada y se fijará una pena de 62 meses de cárcel, equivalentes al tiempo que ya cumplió en la prisión de alta seguridad de Belmarsh en Reino Unido. La comparecencia será este miércoles en las Islas Marianas debido a la oposición de Assange a viajar al territorio continental de Estados Unidos y a la proximidad del tribunal con Australia, según una carta del Departamento de Justicia estadounidense.

La alegría de la familia

Su esposa, Stella Assange, expresó su alegría en redes sociales tras la liberación. "Julian está libre. Las palabras no pueden expresar nuestra inmensa gratitud hacia ustedes. Sí, ustedes, quienes se movilizaron por años y años para hacer esto realidad. Gracias. Gracias. Gracias", escribió la abogada hispanosueca nacida en Sudáfrica.

Stella Assange se encuentra en Australia junto con sus dos hijos, Gabriel y Max, nacidos respectivamente en 2017 y 2019 y que solo vieron a su padre en las visitas en la prisión de Reino Unido. En una publicación posterior apuntó: "Saipan es un remoto territorio de ultramar de Estados Unidos (...) Julian no estará a salvo hasta que llegue a Australia".

La madre del periodista, Christine Assange, dijo estar agradecida de que el calvario de su hijo llegue a su fin. "Esto demuestra la importancia y el poder de la diplomacia secreta", afirmó, de acuerdo a declaraciones recogidas por la agencia de noticias AFP.

Celebración mundial

El primer ministro australiano, Anthony Albanese, también celebró la puesta en libertad del periodista de 52 años. "No hay nada que ganar con su encarcelamiento y lo queremos de vuelta en Australia", dijo Albanese, en una sesión en el Parlamento de Camberra.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo que estaba contento por la salida de la cárcel de Assange. "Era una cosa muy injusta, era como tener en prisión la libertad y en especial la libertad de expresión”, manifestó el mandatario durante su conferencia de prensa matutina. “Ellos (Assange y sus familiares) saben lo que hicimos, tanto con el Gobierno del presidente Trump como en el Gobierno del presidente Biden”, remarcó, mencionando que durante años envió cartas a ambos presidentes en el marco de la campaña mundial de liberación del periodista. Como ejemplo expuso además una carta enviada a Biden, fechada en enero de 2023, en la que le mencionaba que México estaba dispuesto a dar asilo al australiano porque lo consideraba un preso político.

Claudia Sheinbaum, la sucesora de López Obrador y exjefa de gobierno de la capital del país, recordó que el pasado mes de febrero entregó las Llaves de la Ciudad a la familia de Julian Assange. "Para nosotros Julian representa la verdad, la libertad de expresión. Somos una ciudad progresista que siempre ha defendido las grandes libertades y el derecho al libre acceso a la información", indicó.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, señaló en un mensaje publicado en sus redes sociales. "El mundo es hoy un poco mejor y menos injusto. Julian Assange queda libre tras 1.901 días de prisión". Y agregó: "Su liberación y regreso a casa, aunque tardíamente, representan una victoria democrática y la lucha por la libertad de prensa", afirmó.

El presidente colombiano, Gustavo Petro, expresó: "Felicito a Julian Assange por su libertad. La prisión eterna de Assange y su tortura era un atentado contra la libertad de prensa a escala global". Y añadió: "Denunciar la masacre de civiles en Irak por parte de la acción bélica de EE.UU. fue su crimen, ahora la masacre se repite en Gaza".

En la misma línea se manifestó el expresidente boliviano, Evo Morales. "Nos alegra mucho la libertad de Julian Assange. Estuvo preso muchos años por exponer ante el mundo los crímenes de los Estados Unidos. Nos ayudó a develar y desmantelar las mentiras sobre las que justifican guerras e invasiones. Es un día de alegría para la lucha por la paz", dijo.

La organización Reporteros sin Fronteras (RSF) consideró como una victoria para la libertad de prensa y para el periodismo la libertad de Assange, aunque expresó su preocupación de que lo ocurrido con él pueda repetirse con otros periodistas. "La preocupación se mantiene porque, sin una reforma, sin la introducción de una defensa del interés público, entre otras medidas, (la ley estadounidense sobre el espionaje) se puede usar contra otros periodistas, contra otros medios, contra cualquiera que trabajan con información reservada", señaló la directora de campañas de RSF, Rebecca Vincent, en declaraciones a la agencia de noticias EFE.

La odisea legal

Tras trabajar como programador de software libre y realizar estudios de matemáticas y física que no finalizó en Australia, Assange cofundó en 2006 WikiLeaks, una plataforma para publicar información gubernamental y hacerla accesible al público. La página se hizo mundialmente famosa en 2010 tras publicar cientos de miles de documentos que revelaron los secretos en Estados Unidos de las guerras de Irak y Afganistán, así como datos sobre los detenidos en la base de Guantánamo, entre otros asuntos. Por ejemplo, las publicaciones incluyeron un vídeo en que se ve a soldados estadounidenses disparando contra civiles en Irak en 2007.

Los problemas legales del australiano comenzaron en 2010, cuando Suecia reclamó la detención de Assange por dos acusaciones, una por la violación de una mujer y otra por acoso sexual, durante una visita a Estocolmo para dar una conferencia. Esos cargos serían abandonados con el tiempo.

Assange negó la veracidad de ambas acusaciones, pero tuvo que purgar un arresto domiciliario en la casa rural inglesa de un amigo y colega, hasta que en mayo de 2012 el Tribunal Superior de Londres accedió a su extradición a Suecia. En junio, ante el acoso al que estaba siendo sometido y para evitar su extradición, Assange se refugió en la embajada de Ecuador en Londres, donde estuvo siete años durante el gobierno de Rafael Correa.

Con la llegada al poder de Lenin Moreno, Ecuador dejó de darle asilo a Assange. Fue detenido por las autoridades británicas el 11 de abril de 2019, mientras que la justicia estadounidense, que ya lo acusaba de piratería informática, lo acusó por otros 17 cargos en virtud de las leyes antiespionaje, exponiendo a Assange a hasta 175 años de cárcel.