La última vez que Javier Milei pautó una reunión –al menos que trascendiera– con Federico Sturzenegger, su ministro sin cartera al que definió como un “coloso”, tuvo “un problema digestivo” y debió postergarla. Fue el 20 junio, el día de la bandera. La idea era que ambos se vieran en Casa Rosada tras el acto en Rosario y antes del encuentro que el Presidente tenía agendado con los gobernadores de Jujuy, Salta, Tucumán y Catamarca –al que sí asistió–, y de que se subiera más tarde al avión rumbo a su novena gira por el exterior. Milei, contaron sus voceros, “comió una medialuna en ayunas y le cayó mal”. Al extitular del Banco Central durante el gobierno de Macri no le quedó otra que seguir esperando. Ahora que Milei regresó de Praga, la última escala de su reciente periplo europeo, la definición sobre las atribuciones de Sturzenegger estaría al caer, aunque las dilaciones podrían seguir. 

Los tiempos de la formalización del “coloso” como miembro del gabinete dependen de un mega-decreto que preparan en la Rosada con la reorganización de la raviolera estatal, que saldría a la palestra una vez que el Congreso sancione la ley Ómnibus y el paquete fiscal –con o sin las modificaciones que les introdujo el Senado–. Conseguir la sanción definitiva de ambos proyectos es la prioridad absoluta por estas horas de la administración libertaria. Todo el resto vendría después, como una suerte de relanzamiento de la gestión. Por eso, los detalles de la repartija de poder interno, de la que depende el rol que ocupará Sturzenegger, todavía están en veremos, a falta de la postergada reunión cumbre entre él y Milei. “El tema está aún en desarrollo”, sostenían este martes al respecto en Casa Rosada. 

Al menos hasta la semana pasada, la idea en Balcarce 50 era quitarle la mayor cantidad de atribuciones posible a la jefatura de Gabinete, que conduce Guillermo Francos. La administración libertaria la considera vetusta y poco funcional para sus objetivos. Al menos dos secretarías que hoy dependen de Jefatura, la de Transformación y la de la de Simplificación del Estado, caerían dentro del eventual ministerio de "modernización" que Milei ideó para Sturzenneger. De ambas depende el organigrama estatal y también la "dotación óptima" de personal, es decir, los despidos. Un ministerio similar al que creó Macri en 2016 y que terminó ocupando su ladero Andrés Ibarra. Si se confirma que serán esas sus atribuciones, suena a muy poco para un "coloso". De hecho, podrían seguir siendo una secretaría, como lo son ahora. Un dato poco decoroso lo demuestra: la "Trasnformación del Estado" al exmenemista Armando Guibert, quien venía de realizar la reforma del Estado en los 90s y terminó eyectado del gobierno libertario en marzo como chivo expiatorio del escándalo por el aumento de sueldo del Presidente y el resto de los funcionarios. 

Parte de esa reorganización ya fue publicada este martes en el Boletín Oficial, a través de dos resoluciones que oficializaron la "descentralización" de la jefatura de Gabinete, jerarquizando secretarías internas, como la del (ex) Ministerio de Interior. 

Tanto Milei como Sturzenegger no formaron parte de la reunión de gabinete que tuvo lugar este martes. El Presidente porque aterrizó de madrugada en el país y estaba descansando en Olivos; el "coloso" porque todavía no tiene un rol formal. Sí estuvieron el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, el ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo y la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello. 

Si algo quedó claro en las últimas semanas es que Sturzenegger no competirá con Caputo en la toma de decisiones económicas, tema por el que ya habían chocado durante la gestión de Macri. "Nadie le va a tocar el culo a Caputo", dejó en claro Milei semanas atrás.