Uno se quejó de las pérdidas de empleos y de las empresas a punto de desaparecer. El otro se burló de los que "ahora dicen que es un problema esta suba del dólar". El primero, Gustavo Weiss, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, habló de un "panorama ensombrecido" por políticas que "le han asestado un duro y contundente golpe" al sector. El segundo, Luis Caputo, ministro de Economía, dijo estar "muy satisfecho con lo que hemos logrado hasta ahora" y prometió que "al final de nuestro mandato nosotros vamos a haber reducido el 90 por ciento de los impuestos que hay en la Argentina".

Caputo participó este martes de una nueva edición de la convención anual de la Cámara Argentina de la Construcción, interviniendo en el panel de cierre de la jornada junto a su anfitrión, Gustavo Weiss, que lo precedió en el uso de la palabra.

Ya con Caputo arriba del escenario, Weiss trazó un duro diagnóstico de la situación del sector, recordando la pérdida de más de 100 mil puestos de trabajo "y tantos otros de manera indirecta",  la existencia de miles de obras paralizadas en todo el país y que hay "empresas en riesgo de desaparecer por falta de pago de trabajos ejecutados el año pasado, además de la discontinuidad de las obras".

Weiss hizo un reconocimiento a los resultados logrados por el gobierno en materia de baja de la inflación, la recuperación de reservas del Banco Central y de "la aparición de líneas de créditos hipotecarios". "Pero aun coincidiendo en la necesidad de controlar el gasto público, el ahorro fiscal y la búsqueda del superávit, tenemos claro que la infraestructura pública no es un gasto, es una inversión, no es parte del problema, es parte de la solución", subrayó.

Caputo utilizó su exposición de 35 minutos, primero, para despotricar contra la situación económica recibida. "Lamentablemente, después de 20 años de desastre y de 100 de hacer las cosas mal, hay consecuencias, y milagros no se pueden hacer (...) Tengamos claro qué es lo que se heredó porque pasaron seis meses nada más", se justificó.

En esos 100 años "de hacer las cosas mal", de los últimos 48, 21 años fueron de gobiernos que siguieron la misma política que ahora el gobierno ejecuta: siete de la dictadura 1976/83, diez del menemismo y cuatro del macrismo.

"Tengamos claro qué es lo que se heredó porque pasaron seis meses nada más. Seis meses después logramos que el paciente no se muera y salir de terapia intensiva, estamos en franca recuperación", dijo. "Los resultados a los que se ha llegado eran impensados para cualquier persona en Argentina y en el mundo, desde ese punto de vista estamos muy satisfechos con lo que hemos logrado", se autofelicitó. 

"Entre los reclamos que nos hacen, siempre nos piden que bajemos impuestos. Claro que nos gustaría bajar impuestos, pero eso tendría una consecuencia inmediata, nos llevaría de vuelta al déficit y a la necesidad de financiarlo. Si arrancamos de esa manera, van a decir que volvimos a lo de antes", se defendió Caputo.

Remarcó luego que "el sector privado tiene que apostar al modelo, tienen que saber que donde la economía empiece a crecer, nosotros le vamos a devolver esa plata en baja de impuestos. Ahora tienen un blanqueo tributario y de capitales, una oportunidad histórica. Si seguimos en este proceso, si consolidamos este circulo virtuoso, créanme que al final de nuestro mandato vamos a haber reducido el 90 por ciento de los impuestos que hay hoy en Argentina", aseguró, recogiendo el único aplauso que obtuvo a lo largo de su exposición. 

También denostó descalificándolos a quienes advierten sobre la inestabilidad cambiaria que Caputo directamente niega. "Estos ruidos de que se escapa el tipo de cambio porque se fue a 1300, ¿no recuerdan que cuando llegamos estaba en 1180? Subió 10 por ciento en seis meses. Al gobierno anterior se le fue de 60 a $ 1200, subió 20 veces. ¡Ahora es un problema que en seis meses se movió 10%!", ironizó.

Cuestionó también a los economistas que critican el ancla cambiaria y piden abandonar la devaluación mensual del 2% y eliminar las restricciones cambiarias. "Para los devaluadores seriales, que creen que la única salida es seguir devaluando, el camino es bajar fuertemente la carga impositiva", afirmó.

Por su parte, el secretario general de la Unión de Obreros de la Construcción de la República Argentina (Uocra), Gerardo Martínez, aseguró en el mismo evento que “en lo que va del año el sector perdió unos 130 mil puestos de trabajo” y puntualizó que “eso es una consecuencia directa de la paralización de más de 3.500 obras públicas en todo el país”.

El dirigente sindica sostuvo que “en la actualidad hay un déficit de casi 3 millones de viviendas, y si se paralizan obras de ese tipo de obras se fomenta la delincuencia y el narcotráfico, porque desaparece uno de los ordenadores sociales más importantes, que es el acceso a la casa propia”.