La Conmebol se dejó deslumbrar por la magnificencia de los estadios estadounidenses. Descartó para la Copa América los más antiguos pero todavía en actividad y eligió escenarios modernos, multimillonarios, ampulosos, con amplias comodidades y tecnología al alcance de todas las manos. Pero olvidó lo esencial, acaso lo más importante de todo: los campos de juego. Luego del debut ante Canadá, el técnico argentino Lionel Scaloni dio la voz de alarma y dijo que en Atlanta (Georgia), la pelota no picaba y los jugadores más que correr, tenía que saltar para no hundirse en el césped plantado de apuro sobre una base de césped sintético,
Opinión
La Copa América de papi fútbol
Por el negocio, la Conmebol buscó estadios majestuosos, pero con un césped muy malo para que se luzcan las estrellas sudamericanas.
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