El tipo del sombrerito gris caminaba plácidamente por la peatonal Córdoba, con rumbo incierto. Como de costumbre, a solas, con sus sueños y algunos pensamientos cuasi literarios.

En esas circunstancias, Julio Cesar Heredia (que usaba el seudónimo de Eustaquio Nepomuceno en sus incursiones literarias) se le apareció por detrás y le tocó el hombro.

-¿Qué haces R.R. (por Ramiro Ramírez), que te trae por estos lugares?

-Nada, Eustaquio. Camino por caminar. Mientras pienso.

-¿Y en que pensas Ramírez?

-Tantas cosas, Heredia.

-Decime alguna.

- Estoy por armar un “listado o manual” para la escritura.

-Y, ¿cómo va eso?

-Cuando apareciste estaba en plena especulación sobre la importancia de la primera frase o como empezar, lo jodido es seguir. El problema es el camino que está lleno de espinas, de soledad y de angustia.

Caminaron con paso lento unos pocos metros, sin reparar en la gente que los rodeaba, abstraídos en la conversación incipiente, hasta que Heredia le formuló una invitación a Ramírez: -Crucemos hasta la Pringles y sentémonos en aquel banco. Por ahora no te cobran nada.

Una vez acomodados en el banco de madera (público y gratuito, por el momento), le soltó sin más: -¿Cambiando de tema, a vos te parece que la inteligencia artificial podrá suplantar a la escritura, ya no escribiremos más?

-No sé. Tal vez aparezcan procesadores con cualidades humanas que reemplacen nuestro cerebro. La verdad que no tengo una respuesta satisfactoria Nepo.

-Hay quienes afirman que hay que hurgar, buscar, en las neuronas artificiales. Yo no puedo encontrar las mías, menos podré con las artificiales.

-En una de esas los tipos se vienen por la raza humana, por el reemplazo de los seres humanos.

-La verdad de la milanesa es que, con ese yeite de la inteligencia artificial, muchos vienen perdiendo capacidad de decidir. Nosotros, aunque nos hagamos los boludos, también.

-Es complejo el tema. Puede que sea una nueva ola de unos simples impostores. O, en una de esas, nos pasa como a Sócrates, o a los de su época, cuando los textos escritos no eran bien vistos. El tipo decía que los verdaderos sabios tenían que desconfiar de esos textos. Traerían el descuido de la memoria, entre otras penurias.

-Mis amigos de la izquierda me dicen que la inteligencia artificial es un mecanismo de dominación de las grandes corporaciones técnico económicas sobre la sociedad. ¿Será?

Julio Cesar tenía una tendencia a lo que algunos llaman “asociaciones libres”. Sin embargo, en su caso, estas no eran tan libres ni tan asociadas, y mucho menos vinculadas con algún método freudiano. Después de un silencio, no muy prolongado, soltó una de esas ideas:

-¿Te acordas Ramírez de “Sensini”, el cuento de Bolaño? ¿ese en el que Bolaño se llama Belano y Di Benedetto se llama Sensini? ¿Aquel en que el autor de “Zama” lo incentiva al chileno a participar en concursos provinciales para hacer unos mangos? Bueno, pensando en eso, se me ocurrió que podríamos escribir un cuento sobre nosotros y le pedí consejo a la inteligencia artificial. Esa señora me mandó una idea con principio, desarrollo y final, de dos personajes llamados Pepe y Lola. Por ahora, no sé quién será uno y quién la otra. Bah, y no sé si le voy a dar bola, creo que es menos inteligente que yo.

-Yça que hablas de personajes escritores, me vienen a la memoria varios de “Poeta chileno”, de Zambra. También Lucas Pereyra, el escritor protagonista de “La uruguaya”, de Mairal. Y entre muchos otros, Benjamín Sachs en el “Leviatán”, de Paul Auster.

-Ah, mirá vos. No sé porque a mí, cuando nombraste la uruguaya, me vinieron a la cabeza el Negro Rada, el Pepe Mujica, Edinson Cavani, Susana Giménez, Galeano, Zitarrosa, Marcos Galperin, Onetti, el Loco Abreu, Pepín Simón, una Pilsen, la Salus, Conaprole y los billetes con la cara de Juana de Ibarbouru.

-Che, acá nos van a comer los mosquitos y con el dengue acechando, se nos está volviendo peligroso el lugar.

-Me dijeron que estos de ahora no traen dengue, pero no hay que confiarse. Es como la inteligencia artificial.

-Veremos Eustaquio qué nos depara el destino. Por ahora, voy viendo como morfar y si puedo escribir ese manual. Mañana nos tomamos un café. Hoy no tengo ni para eso.

 

-Chau Ramiro. Tenes que conseguir más de tres lucas para los cafés. En una de esas vas a tener que recurrir a ese famoso Santi Maratea para juntar la guita. Y te digo la última: Si no podés avanzar con tu manual, pedile consejos al Chat-GPT.