Llega fin de año en la provincia de Buenos Aires y comienza la batalla de negociaciones para aprobar el próximo presupuesto. Mientras en el oficialismo anticiparon que ya tienen los votos, la sesión que estaba convocada para hoy fue corrida para el martes próximo. El massismo se acerca al macrismo y, según el gobierno de María Eugenia Vidal, ya convencieron a un sector del justicialismo que tiene representación en la legislatura. “Es mentira. No tienen los votos, si no la sesión de ayer no se hubiera levantado”, aseguraron a PáginaI12 desde el peronismo y adelantaron que “no se va a votar el endeudamiento así como está, tampoco el Fondo Educativo y las obligaciones que impulsa el oficialismo porque recortan la autonomía de los municipios”.

“El peronismo no va a votar la ley de presupuesto en las condiciones que propone el gobierno de Vidal”, señaló en tono seco un dirigente bonaerense enojado por las “nubes de humo que inventa el macrismo”. Al igual que el año pasado, la ley de presupuesto tiene en la oposición justicialista una barrera contra el sobreendeudamiento del distrito. “Es el camino equivocado. “Queremos que se hagan obras pero no a costa de que los bonaerenses hipotequen el futuro de sus hijos y nietos”, agregó el dirigente territorial del PJ.

Envalentonado por el resultado favorable en las elecciones legislativas de octubre, el macrismo aprieta las clavijas para llegar al recambio de diputados y senadores con la ley presupuestaria en la mano. El cálculo de los oficialistas incluye el plan b de lograr la media sanción antes del 10 de diciembre y el resto una vez que sumen senadores y se les facilite la negociación para lograr los dos tercios necesarios para sancionar la llamada ley de leyes. Pero en principio intentarán aprovechar las diferencias del justicialismo y abordar a los diputados y senadores cuyos mandatos finalizan, para sacar provecho de la buena sintonía con el massismo.

El proyecto de presupuesto para el 2018 que envió la gobernación a la legislatura prevé un gasto de 630 mil millones de pesos y solicita a los diputados y senadores que aprueben un endeudamiento de 85 mil millones de pesos. Uno de los puntos resistidos por los intendentes es el Pacto Fiscal, que consiste en cumplir metas para obtener beneficios, algo que para los jefes territoriales atenta contra las autonomías municipales. Uno de los objetivos que plantea es que el 85 por ciento del Fondo Educativo se destine a obras. Los jefes distritales se oponen por el escaso margen que les quedaría para financiar subsidios para que los estudiantes puedan terminar la escuela primaria o secundaria. Desde el oficialismo dejaron trascender que estarían dispuestos a bajar la cifra obligatoria hasta el 50 por ciento en el caso del conurbano y hasta el 40 en el interior provincial. Pero en el peronismo lo consideraron insuficiente, además de una restricción a las autonomías.

La sesión se pasó para el martes próximo, y el macrismo hace su juego. Dice que ya arregló con el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, y sus seguidores, y que con eso ya tiene los votos, pero en el peronismo aseguraron a este diario que el que negocia en nombre del justicialismo es el intendente de Ituzaingó, Alberto Descalzo. “Los peronistas nos juntamos y analizamos el avance o no de la negociación y estamos de acuerdo en que así como están las cosas el presupuesto no sale. Quieren hacer una demostración de fuerza con más humo que hechos concretos.”