Créame. No es una fake news. El pueblo marubo vivía más o menos bien en la Amazonía profunda de Brasil hasta que en septiembre les llegó algo nuevo: internet de alta velocidad. Elon Musk desplegó sus satélites Starlink, los mismos que les quiere vender a su amigo Milei, y de un día para otro se conectaron con el mundo.

Unos meses después, dos periodistas de The New York Times viajaron al poblado a ver que tal les ib el reportaje concluye que se han vuelto más vagos, no hablan, no trabajan y la comunidad se ha dividido.