El martes 2 de julio regresa el ciclo El tango pide Pista, el encuentro anual que durante un mes toma el escenario (y la vereda) de Pista Urbana (Chacabuco 874) para poner de relieve un mapa abarcativo del circuito tanguero contemporáneo. Se trata de 28 espectáculos –que incluye muchos a la gorra- que comenzarán con la proyección del film Café de los maestros (de Miguel Kohan, con la producción de Gustavo Santaolalla, Lita Stantic y Walter Salles) y la presentación de Noche Random, de Astillero. Luego la programación seguirá hasta el 30 de julio y salvo la danza, recorrerá las distintas vertientes del género, desde quienes versionan clásicos hasta los que buscan renovar el repertorio, quienes proponen salidas experimentales y los que aportan desde el teatro. Desde la organización lo proponen como “una celebración de la música rioplatense” y definen el recorrido como “una reunión con amigos, vecinos, espectadores: los pisteros de siempre y los que se animen por primera vez”.
“En su momento tuve la inquietud de crear este ciclo especial de difusión del tango, en todas sus expresiones, para mantener vivo el género en la ciudad y tambié ndifundirlo en las redes”, plantea Jorge Sábato, arquitecto, artista plástico, cantor y “ciudadano apasionado” de Buenos Aires, pero también responsable de Pista Urbana.
El ciclo llega en un momento muy sensible para la cultura de todo el país, golpeada no sólo por las medidas específicas del sector que tomó el gobierno a cargo de Javier Milei, sino por el impacto de sus políticas macroeconómicas en la coyuntura general de los consumidores de cultura. “La industria tanguera ha tenido que reubicarse, regenerar en diferentes lugares como centros culturales, clubes de música, que finalmente son sitios donde tienen una capacidad máxima de 200, 300 algunos”, señala Sábato.
En ese sentido, Sábato considera que el rol de Pista Urbana (que opera como asociación cultural sin fines de lucro) debe ser “seguir difundiendo estas músicas a lo largo de todo el año y generar un fortalecimiento en lo que es el sector de la difusión de nuestra cultura”. El responsable del espacio señala que llevan ya una década de actividad “con muchas dificultades pero con mucha energía y convicción”
Para esta edición, la convocatoria se centra en quienes acompañaron al espacio en los últimos años, aunque también asomen algunas novedades dentro de su cartelera. Algunos llevan años, como Alfredo Piro, Luis Filippelli o Lautaro Mazza. “Son artistas con una permanencia, con un acompañamiento de nuestra difusión de la música local”, explica gestor. “Sumamos a aquellos que también puedan generar también una renovación para algunos lugares, porque tenemos que darle esa posibilidad de poder expresarse y renovar un poco la agenda”.
Sobre la decisión de hacer muchos de los shows a la gorra, Sábato señala que la medida surgió en pandemia. “Fue una forma de cubrir las actuaciones de los diferentes espectáculos en la calle, porque no podíamos hacer ningún tipo de presentación dentro del local, pero sí teníamos permiso para cortar la calle los jueves, viernes y sábado, y resultó una alternativa muy interesante”.
“La gorra también es una forma democrática de poder ofrecer este tipo de espectáculos de diferentes géneros. En El tango pide Pista el cierre es en la calle, siempre lo fue, y también es a la gorra, pero por una decisión también acordada con los músicos. A veces la gorra realmente ofrece alternativas que quizás una entrada hoy, con la coyuntura la cual estamos teniendo, es mucho más accesible para un público que no puede ver un espectáculo, porque quizás no llega a pagar el precio de la entrada. Creemos que democráticamente todos tienen el derecho de poder ver un espectáculo, y nosotros con no ponemos una consumición mínima, con lo cual si alguien quiere ir, no poner la gorra y no tomar nada también lo puede hacer. Pero siempre la gorra tiene su posibilidad para el público y aunque sea una colaboración mínima, está presente, porque siempre hay alguien que va a poner, aunque sea algo parecido a lo que puede ser una entrada. Ese es el motivo y si bien no es tan generalizable como lo fue en tiempos de la pandemia, hoy sigue vigente y acordado con los artistas”.
La propuesta de este año abre con el Astillero, que ya tiene un ciclo afianzado en ese escenario. Una rareza, un ciclo convocante, no for export, en el contexto actual. “Nosotros destinamos ese día para quienes tocan sin estar enchufados, porque tenemos un local con las condiciones acústicas para no tener que recurrir al sonido asistido. Ellos desarrollan un tango con una propuesta contemporánea muy importante y muy innovadora, y el manejo que tienen ellos con el público es muy especial. El que no toquen en otro espacio es muy importante porque la gente sabe que, si quiere verlos y escucharlos, solamente están en Pista Urbana. Es una decisión de ellos y para nosotros es muy importante porque esta circunstancia garantiza un público permanente”.
Además, del ciclo El tango pide Pista participarán también Mario Cárdenas, Gabriela Novaro y Hernán Reinaudo, Los Recortado, Mariana Mazú, el Cardenal Domínguez, Viviana Scarlassa, el dúo Ranas, Alex Musatov, César Angeleri con su cuarteto, Lautaro Mazza, Alfredo Piro, Patricia Malanca, la orquesta Color Tango y otros.