La economía nacional registró en abril una caída del 1,7 por ciento en relación al mismo período del año pasado, con lo cual el primer cuatrimestre cerró con una baja anual del 4,2 por ciento frente a 2023. Así lo informó este viernes el Indec.
La moderación en el ritmo de la caída de la actividad económica frente al año pasado se explica exclusivamente por la actividad agrícola, que se recupera de una de las peores sequías que haya registrado el país. Por el contrario, sectores de la economía de fuerte tracción sobre otros rubros e importante impacto en el empleo profundizaron su deterioro, como es el caso de la industria manufacturera y la construcción.
Economistas de diversas corrientes ideológicas ponen cada vez más dudas sobre la recuperación de la economía nacional, que no puede venir por el lado consumo, a raíz del deterioro del poder adquisitivo, ni hasta ahora tampoco de la inversión, que se retrae por el derrape del mercado interno y la incertidumbre general.
La última estimación del Banco Mundial dice que la economía argentina cerrará el 2024 con una caída del 3,5 por ciento, apenas por debajo de la marca del primer cuatrimestre, lo cual implica que en los meses próximos seguiría la misma tónica.
Los sectores
El desagregado sectorial da cuenta del grado de heterogeneidad que hay entre la situación del agro y el resto de la economía. En relación a abril del año pasado, el sector de agricultura, ganadería, caza y silvicultura anotó una mejora del 70 por ciento, lo cual implica 4,45 puntos porcentuales del índice que calcula el Indec. Dicho de otro modo, si la situación hídrica del año pasado hubiese sido como la de éste, el índice de actividad económica estaría cayendo de manera mucho más pronunciada. También creció la minería, en un 9,4 por ciento, gracias a nuevos proyectos en actividad.
En el otro extremo, la industria manufacturera cayó nada menos que un 15,7 por ciento interanual, dando cuenta de lleno del modelo del ajuste y la licuadora implementado por el Gobierno de Milei. Cabe recordar que, por lejos, el principal cliente de la industria nacional es el mercado interno, en donde el consumo se cae a pedazos a raíz de que el fogonazo inflacionario del verano, disparado por la devaluación, se comió con una voracidad pocas veces vista el poder adquisitivo de los ingresos. La retracción de la industria implicó 2,62 puntos porcentuales menos de actividad general.
Otro de los sectores muy castigados por la gestión económica de Milei es la construcción, que según el Indec cayó en abril un 24,8 por ciento, explicando 0,78 punto porcentual de la contracción del índice. La construcción sufre a causa del freno de la obra pública y también de la obra privada, que acusa recibo de la crisis.
Por su parte, el rubro de comercio minorista, mayorista y reparaciones tuvo una merma del 13,1 por ciento, lo cual implicó una retracción del índice general de 1,78 puntos porcentuales. El reflejo más claro de la crisis del consumo es la dinámica de los supermercados, en donde caen las ventas a pesar de tratarse de artículos básicos.
También hoteles y restaurantes, con el 8,6 por ciento, e intermediación financiera, con el 9,7 por ciento, registraron caídas en su actividad. En el rubro inmobiliario, la baja fue del 1,5 por ciento. En cambio, el sector de electricidad, gas y agua subió 1,6 por ciento y transporte y comunicaciones, un 0,5 por ciento. Un punto aparte merece la situación de la pesca, que anotó una suba del 197 por ciento.