A casi nueve años de la muerte de Alejandro Cohn, un fallo judicial condenó a solo tres de los seis médicos acusados por el hecho ocurrido en julio de 2015 en el Hospital Melchor Posse. "Se comprobó lo que denuncié, que es que a mi hermano lo mataron en la guardia", declaró el cineasta y hermano de la víctima Mariano Cohn.

Una sentencia que tomó cerca de una década

De acuerdo con lo que dispuso el juez Facundo Ocampo del Juzgado Correccional N°4 de San Isidro, quedaron condenados Marcelo Solano, Ana Sánchez y Carla Setti, mientras que, por otro lado, fueron absueltos María Soledad Seijo, María Viviana Quiroga y Martín Montagna.

La pena más extensa fue impuesta a Marcelo Solano, quien deberá cumplir 3 años y 6 meses de prisión y 7 años de inhabilitación para ejercer la medicina por ser penalmente responsable del delito de homicidio culposo. Si bien obtuvo la prisión efectiva, recién irá a la cárcel cuando la condena esté firme. 

Tanto Ana María Sánchez como Carla Setti fueron condenadas a la misma pena de un año y ocho meses de cárcel y 5 años de inhabilitación, ya que se resolvió que cometieron el mismo delito. A diferencia de Solano, por ahora se estableció que ambas seguirán en libertad debido a que las sentencias son excarcelables.

El testimonio de Mariano Cohn

El cineasta consideró que la sentencia significa un paso importante, dado que "a partir de hoy hay tres médicos que no van a ejercer más la medicina y uno que va a prisión", y explicó que los profesionales que atendieron a su hermano "no lo trataron como paciente diabético".

"Es un primer paso, una primera instancia, pero no termina acá. Vamos a pedir que se abra una causa por encubrimiento de las autoridades del municipio y del hospital", remarcó el realizador que lleva el caso de la muerte de Alejandro desde hace casi nueve años.

Además, compartió que sus expectativas radican en que a nadie más le pase lo que le pasó a su hermano: "De a poco vamos a llegar a la verdad. La Justicia y el hospital todavía tienen que dar muchas respuestas".

Asimismo, insistió en que se pudo demostrar "el caos que era el hospital" y que ahora los médicos absueltos deberán "ponerse una máscara para atender a los pacientes". Para cerrar, se refirió al avance que supone esta sentencia en la historia jurídica del país: "La Justicia en la Argentina va por un camino diferente al de la razón y la verdad".

El caso

Según la instrucción penal de la fiscal Carolina Asprella, aquel sábado 27 de julio de 2015, Alejandro viajaba en moto y se dirigía a una cancha de fútbol donde iba a jugar con amigos. Luego comenzó a sentirse mal por una abrupta caída del azúcar.

La víctima fue trasladada en ambulancia hasta el Hospital "Dr. Melchor Ángel Posse" de San Isidro, adonde ingresó consciente y respondió una serie de preguntas por protocolo, pero sin mostrar ninguna complicación.

Cuando sus padres llegaron pasadas las nueve de la noche, se encontraron con Alejandro en una camilla de urgencias con ronquidos "muy fuertes" y, aunque su papá llamó a los médicos, el hombre fue atendido varias horas más tarde.

Tiempo después, el paciente apareció internado en terapia intensiva con golpes, una traqueotomía y bajo un coma inducido. Dos días después la familia solicitó su traslado al Hospital Italiano, donde falleció tras la decisión de desconectarlo.

Con el informe obtenido, el jefe de terapia intensiva del Hospital Italiano realizó una denuncia por muerte dudosa y comenzó una investigación. La autopsia reveló una luxofractura de vértebra cervical con rotura de médula ósea, luxofractura de vértebra torácica, fractura de clavícula derecha y fractura de arcos laterales.

Un mes después de su muerte, el 26 de agosto de 2015, su padre presentó la denuncia en un juzgado penal. Por su parte, los acusados interpusieron distintos recursos planteando la nulidad de las actuaciones de las fiscalías, todas rechazadas por la Cámara de Casación de la provincia de Buenos Aires. Recién después de cuatro años, el 17 de julio de 2019, se ordenó la elevación a juicio oral.

Durante la etapa de instrucción se allanó el hospital Melchor Posse y se comprobó que la historia clínica de Alejandro no tenía continuidad. La investigación demostró que había un gran vacío desde los estudios médicos hasta las imágenes de las cámaras de vigilancia. En el documento que fue confeccionado antes del traslado de un paciente, no están referenciadas las lesiones que luego sí se comprobaron en el Italiano.

Mariano Cohn retrató su búsqueda de justicia en el documental Hermanos, una historia de sangre, donde narra su intento de desentrañar la misteriosa muerte de Alejandro.