La malevolencia de ojos fríos no puede ser más desagradable que la de Jesse Plemons en Guerra civil. El actor de Texas sólo aparece en pantalla unos minutos en el provocador thriller de Alex Garland, pero deja una impresión indeleble y escalofriante. En el papel de un justiciero anónimo, armado, con uniforme militar y gafas de sol rojas brillantes, capta perfectamente la aterradora mentalidad de un hombre que dispararía a un extraño por ser el "tipo de americano" equivocado, que no dudaría un segundo en amontonar cadáveres en una fosa común.

"Estoy en la liga de los tipos blancos terribles", bromeó Plemons con el podcaster Marc Maron, explicando por qué se le suele encasillar en el papel de psicópata inadaptado. "Es el pelo rojo y sin cejas". Y es que el actor sí está encasillado: los personajes de Plemons son casi siempre personas que no se sienten a gusto en su propia piel, marginados que hablan en voz baja y que a menudo resultan ser asesinos o delincuentes. Con el desarrollo de su carrera, es como si se hubiera convertido en el príncipe heredero de la masculinidad disfuncional de Hollywood. Y está en su forma típica e inquietante en tres papeles distintos en la nueva y extraña película tríptica de Yorgos Lanthimos, Kinds of Kindness.

¿Podría ser ésta la película que finalmente le dé a Plemons el reconocimiento que se merece? Es posible. Ganó el premio al mejor actor en el Festival de Cannes por su papel trifurcado en Kinds of Kindness, una victoria inesperada que puede tener efectos en cadena. Pero Plemons es un tipo que se asocia más con el cine británico que con Hollywood: el camaleónico actor de carácter que emerge como estrella gracias a la fuerza de su personalidad.

No parece probable que Barbara Broccoli llame a su puerta para pedirle que se haga cargo de 007 (aunque sería un excelente villano para la saga de James Bond). No se lo verá en esa clase de papeles que suelen asumir George Clooney o Brad Pitt. (Aunque al principio de su carrera, su parecido con Matt Damon y su participación en la serie de AMC Breaking Bad, dedicada al tráfico de drogas, le valieron el apodo de "Meth Damon"). A pesar de todo, los directores de renombre claman por trabajar con él. Steven Spielberg, Martin Scorsese, Jane Campion y Paul Thomas Anderson le han dado papeles importantes. Su nombre se considera un distintivo de calidad: desde 2015, ha aparecido en siete películas nominadas a Mejor Película.

En el primer episodio de Kinds of Kindness, Plemons es todo mansedumbre en un estilo de Mr. Magoo en el papel de un oficinista llamado Robert, que hace absolutamente todo lo que su jefe Raymond (Willem Dafoe) le dice. Es un asalariado cobarde y patético, aparentemente sin voluntad propia. En la segunda, es un policía paranoico, convencido de que su esposa bióloga marina (Emma Stone) es una impostora. En el tercero, es uno de los seguidores de un gurú sexual de la Nueva Era interpretado por el mismo Dafoe. Estos bichos raros tienen un aspecto y un comportamiento muy diferentes, pero Plemons aborda cada uno de sus papeles con total convicción, como personalidades reales con sus propias peculiaridades muy humanas.

Plemons el Kinds of Kindness.

Todos ellos tienen algo de perro con una pata rota: nos ponen nerviosos y nos provocan lástima al mismo tiempo. Lo que tienen en común es su torpeza en las situaciones sociales, su seriedad y la extrema desenvoltura con la que se comportan. Son hombres que invitan a cenar a los vecinos y luego les hacen ver películas porno grabadas en casa, o que piden a sus esposas que se autolesionen para demostrar su devoción.

Quienes han trabajado con Plemons hablan de su serena profesionalidad y lo describen como un actor de actores. "Es alguien muy respetado en el negocio. Cada vez es más conocido públicamente, pero eso ocurre a veces", dice Ed Guiney, productor de Kinds of Kindness. "Hay actores que son realmente venerados en el negocio pero no tan conocidos fuera de él". Plemons, sugiere, siempre ha tenido el respeto de sus compañeros, incluso cuando no ha sido reconocido inmediatamente por un público más amplio. "Es un actor ferozmente inteligente y tiene un gran alcance... en el set está increíblemente centrado, es muy agradable trabajar con él. Su forma de trabajar con otros actores es muy colegiada".

Lanthimos, el oscarizado director de La favorita y Pobres criaturas de este año, señaló al tejano como un talento especial hace varios años. "Así es como suele funcionar con Yorgos. Localiza a gente con la que realmente se siente identificado y la incluye en una base de datos de nombres", dice Guiney.

Con sólo 36 años, Plemons ya tiene una carrera de tres décadas. Fue actor infantil y apareció en anuncios de Coca-Cola y helados. Se le puede ver en YouTube en un anuncio de 1996 de helados Blue Bell: un niño con bata vaquera en una granja idílica, cortándose el pelo por sus hermanas de ojos saltones que le han puesto un cuenco de budín en la cabeza. Se le reconoce al instante y en su expresión se adivina una pizca de malicia y picardía.

Muchos fans vieron por primera vez a Plemons en el papel del joven cocinero de metanfetamina y ex exterminador de plagas Todd Alquist en Breaking Bad, un delincuente educado que no piensa en nada antes de matar a un niño a sangre fría. "Tiene la cara fresca, es ansioso, inocuo pero tiene algo que ocultar", rezaban las notas que le dieron a Plemons sobre Todd en su primera audición, una descripción que también podría aplicarse a muchos de sus otros papeles.

Sin embargo, no todo son psicópatas de efecto inmediato: a menudo, Plemons se contenta con un papel de compinche. Uno de sus papeles más destacados fue el del universitario Landry Clarke, el mejor amigo del quarterback estrella, en la serie de televisión Friday Night Lights (2006-2011), basada en el fútbol americano. El personaje de Landry, previsto en un principio como secundario, fue cobrando protagonismo a medida que avanzaba la serie. Plemons actuaba junto a rompecorazones adolescentes como Taylor Kitsch y Zach Gilford, pero es revelador que sea él quien ha desarrollado una carrera más rica y variada.

Otro papel notable en sus inicios fue el hijo escéptico del líder de la secta de Philip Seymour Hoffman en The Master (2012), dirigida por Paul Thomas Anderson. Muchos ven ahora a Plemons como el sucesor natural de Hoffman, un actor que aporta patetismo y profundidad a todos sus personajes, por muy parcos que estén escritos. Como Hoffman, tiene el don de hacer simpáticos a los villanos y de mostrar los defectos y complejidades de los héroes que interpreta.

El año pasado, Plemons interpretó al honrado pero astuto agente del FBI de los años veinte que seguía la pista de Leonardo DiCaprio y Robert De Niro en Los asesinos de la luna, de Martin Scorsese. Aparentemente era uno de los héroes, en el lado correcto de la ley para variar, pero seguía pareciendo vagamente sospechoso. La primera vez que se lo ve en pantalla, cuando aparece con una sonrisa en la cara a mitad de la película, con su sombrero de vaquero en la cabeza, diciendo que ha sido "enviado desde Washington DC para ocuparse de estos asesinatos", sabemos que utilizará cualquier medio a su disposición, justo o sucio, para conseguir a sus hombres.

Como Todd Alquist, villano inolvidable de Breaking Bad.

Mientras tanto, incluso cuando Plemons interpreta a tipos familiares, por ejemplo el dócil ranchero que se casa con una viuda (su pareja en la vida real, Kirsten Dunst) en El poder del perro, de Jane Campion, proyecta un aire vagamente apologético, como si supiera que no es el macho alfa. "Es muy interesante verlo trabajar porque todo es tan pequeño y está tan subestimado", dijo Charlie Kaufman a The New York Times, después de trabajar con Plemons en su drama cerebral Pienso en el final.

Plemons se toma muy en serio su oficio, pero esa seriedad a menudo le reporta dividendos cómicos. Sabe cuándo hacer una pausa y dejar que los espectadores vean los engranajes que giran en su mente. Una de sus interpretaciones más memorables fue la de Ed Blumqist en la segunda temporada de la serie Fargo, el ayudante de carnicero de un pequeño pueblo cuya vida da un giro hacia el lado oscuro después de que su mujer Peggy (Dunst) mate accidentalmente a un miembro de un temible sindicato del crimen. Es un hombre común y corriente, al que le resulta sorprendentemente fácil adaptarse a una vida de subterfugios y criminalidad. En un momento dado se lo ve pasar alegremente un cadáver por una picadora de carne, al estilo de Sweeney Todd, sin ningún atisbo de mala conciencia.

Plemons ha hablado de su admiración por actores mayores y duros como Robert Duvall y Tommy Lee Jones, que son igualmente escuetos y poco demostrativos en la pantalla. Al igual que ellos, da un empujón a todas las películas en las que aparece, pero se mantiene cauto y de perfil bajo fuera de la pantalla, receloso de parecer pretencioso. Cabe destacar que cuando ganó el premio al mejor actor en Cannes no acudió en persona a recibirlo, ya que se había ido a casa. Ni siquiera se le pasó por la cabeza recoger el premio. Sin embargo, es probable que esta distinción marque un cambio en su carrera. Ya no podrá seguir escondiéndose a la vista de todos. Las perspectivas de taquilla de Kinds of Kindness siguen siendo inciertas, dada su sensibilidad fuera de lo común, pero los productores seguramente habrán tomado nota.

"Para Jesse, el futuro no tiene límites. Es así de bueno", declaró recientemente Scorsese (que también trabajó con Plemons en El irlandés) a Texas Monthly. El reto en el futuro es sobresalir como protagonista después de más de dos décadas interpretando papeles secundarios. Sus admiradores no creen que esto suponga ningún esfuerzo.

"Sólo querés verlo. Hay actores a los que sólo querés ver. Cuando actúan, te enganchás", dice Guiney, sin ocultar su entusiasmo. "Verías a Jesse hacer absolutamente cualquier cosa. Tiene una gran variedad de papeles y seguro que le veremos hacer cosas más interesantes y destacadas a medida que pase el tiempo. Fuera lo que fuera, te quedabas embelesado".

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.