El gobierno sigue sin definir cómo y cuándo abrirá los controles cambiarios. El presidente Javier Milei dijo este viernes que arranca una nueva etapa de política macroeconómica. Se moverá del déficit fiscal cero a una segunda fase concentrada en emisión monetaria cero. El equipo económico realizó una conferencia de prensa a última hora para detallar lo que se hará en los próximos meses pero sobrevolaron más dudas que certezas.
“Hemos logrado consolidar el déficit cero, por lo tanto, la consolidación fiscal está en marcha. Ya pasó la etapa del déficit cero, ahora vamos a la etapa de emisión cero, ahora se viene el cambio de régimen monetario”, dijo el presidente sin dar detalles de fondo sobre esta medida.
Una de las pocas cosas que agregó fue que “está cerrado el grifo fiscal, hemos eliminado fuertemente los pasivos remunerados, adentro de las cuentas del Banco Central hay un ajuste de 9 puntos del PBI. Apuntamos a que lo que se denomina la base monetaria amplia no varíe más”, mencionó.
El gobierno viene prometiendo la apertura de los controles cambiarios, la unificación del dólar y un nuevo esquema de competencia de monedas desde diciembre. En un comienzo había dicho que iba a ocurrir a mitad de este año pero las declaraciones pasaron al cajón de los recuerdos.
Desde el equipo económico ahora directamente decidieron no poner fecha a la unificación cambiaria y mucho menos precisiones sobre cómo se implementará esta medida. Se trata de una situación que genera incertidumbre en el mercado y potencia la volatilidad de los activos bursátiles, el avance de la brecha cambiaria y el salto del riesgo país a la zona de 1500 puntos.
La estrategia del gobierno para eliminar las regulaciones sobre el dólar resulta totalmente difusa. Se habla de cumplir con tres etapas de un plan de estabilización y se usan varios tecnicismos, pero en la práctica son cada vez más los que piensan que es una forma de maquillar la situación.
Los controles cambiarios funcionan como un pilar de la gestión porque el problema de fondo que es la falta de reservas internacionales sigue sin resolverse y posiblemente se agudice en los próximos meses. Son varios los motivos que incrementarán las tensiones en el frente externo. El segundo semestre suele registrar menor oferta de divisas por motivos estacionales y se deberán empezar a pagar las importaciones pisadas en la primera parte del año. Se suma también los vencimientos de deuda en dólares.
Este escenario hace que el gobierno no tenga una hoja de ruta clara sobre cuándo eliminará los controles y regulaciones sobre el dólar, y que las declaraciones se vuelvan abstractas o puramente técnicas. Se puede ver en las declaraciones del vocero presidencial de este viernes. “Nuestro régimen monetario va a ser en algún momento el de la liberalización total de la elección de la moneda donde cada uno pueda elegir en qué moneda quiera comerciar, transaccionar, comprar, vender y manejarse en lo cotidiano”.
También puede verse en la conferencia de prensa del equipo económico a última hora de la tarde del viernes. Se dijo que iban a darse detalles sobre lo que viene en materia de política económica, pero la sensación fue que no hubo nada nuevo. Se cambio el nombre de los pases pasivos del Banco Central por el de Letras del Tesoro y se repitió el discurso de los últimos meses, en el cual se argumentó que el problema central de la Argentina fue el déficit fiscal crónico.
“Estamos en la segunda etapa de este plan de estabilización que consiste en cerrar la canilla de emisión monetaria vinculada con los intereses que el Central paga por los pasivos remunerados”, dijo el Ministro de Economía.
Para ello se avanza en un plan de transferir los pases pasivos de la autoridad monetaria a unas Letras del Tesoro. Se trata de una medida sobre la cual no hay información pero que en principio sólo parece un pase contable, un cambio de nombre. Porque si el superávit fiscal no alcanza la única forma de cubrir el pago de los intereses de esas Letras será la emisión monetaria.
Por otro lado, el ministro reconoció que no tiene definido cuándo se desarmarán realmente los controles cambiarios. “La salida del cepo es una tercera etapa que va a ser de crecimiento. No nos hemos fijado una fecha; nos hemos fijado parámetros que implican orden macroeconómico para que estemos lo más seguros posibles y que no genere ningún sobresalto”, dijo.
Al mismo tiempo insistió que se mantendrá la política de mover el tipo de cambio oficial al 2 por ciento mensual. Sin embargo, no dio detalles sobre cómo lo conseguirá habiendo perdido la capacidad de comprar divisas en el mercado de cambios. Junio fue el primer mes de la gestión en que el Banco Central tuvo que salir a intervenir con ventas de reservas.