“A cada una de nosotras la poesía nos transformó por completo, expandió nuestros horizontes, nos dio un lugar desde donde mirar el mundo, un lugar de rebelión, un lugar de afectividad. El territorio del cual venimos nos nace una profunda necesidad de compartir y de democratizar el acceso a bienes culturales que muchas veces están negados para siempre, para algunas personas. Por eso hacemos un festival, para poder generar espacios comunitarios desde dónde habitar el goce del cuerpo colectivo", afirma Nadia Sandrone, una de las organizadoras de Magia, el festival de poesía de la Biblioteca Popular José Ingenieros de la ciudad de Zárate, que tendrá lugar este sábado y domingo. El festival se convirtió en un clásico del mes de junio de la biblioteca, fundada hace más de 90 años por obreros de la ciudad.

"Creemos que el festival tiene que ver con tomar el fuego de aquellos obreros que fundaron este espacio desde el cual hoy podemos tejer y seguir fortaleciendo una comunidad sensible”, comenta Melina Mendoza, directora de la biblioteca.

El nombre del festival surge de la búsqueda por una palabra que resulte en conjuro o destello, aseguran. Otra de las organizadoras, Sofía Lamarca, afirma: “La palabra fue tomando distintos significados. De alguna manera, el festival transforma nuestro vínculo con lo real, justamente en tanto nos impulsa a escribir, a leer, a pensar juntas, en relación a la biblioteca y a nuestras vidas en general. La palabra magia nos lleva al encuentro, a la creencia, una creencia bien arraigada en que lo que hacemos es capaz de muchas cosas. Sostener lo imposible, darle un lugar a lo espectacular, algo que nos deslumbre”. 

El evento propone talleres sobre poesía, edición artesanal, experimentación sonora y la lengua originaria chaná. Habrá lecturas en vivo de poetas de la zona y también invitados de otras latitudes. Este año, la apertura será encendida en el conjuro sensacional de Fernando Noy, poeta mago que prenderá la antorcha para alumbrar el resto del año.

Buscan crear una comunidad de lectores.

Hijas de obreros

Las tres organizadoras son de Zárate, todas hijas de obreros. "Venimos de lugares en donde no abundaba el libro, de manera que no teníamos grandes bibliotecas y hacer nuestra propia biblioteca fue un objetivo. Es muy importante para nosotras entender de dónde venimos y lo que la poesía ha hecho por nosotras y para nosotras. Queremos que vengan aquellos que vienen de los mismos lugares que nosotras. Abrir el panorama de que la poesía está al alcance para todos. La poesía es nuestro lugar en el mundo y es un espacio que recibe con mucha alegría a quienes tengan ganas de habitarlo también", afirma Sofía. 

La escena artística en Zárate es prolífica y multitudinaria, y lo ha sido por varias décadas. De hecho, las organizadoras, a pesar de haber estudiado en Zárate, decidieron volver a su ciudad natal a contribuir a la escena. “Hay algo que sucede acá muy ferviente, muy lúcido, muy experimental y muy transgeneracional", afirma Melina. 

Dentro del festival, tendrán una peregrinación poética hacia el río, coordinada por Ricardo Sierra, un poeta de 80 y largos años que habla lengua chaná, y escribe en ese idioma originario. Los chaná son el pueblo originario que habitaba en las cuencas del Paraná. "De la cultura chaná se sabe poco y nada acá. Y fíjate que la persona que está aprendiendo la lengua tiene 80 y largos años. Para nosotras es muy importante darle un lugar central a Ricardo, por su avidez de seguir iluminándonos o marcándonos el rumbo", completa la organizadora. 

Poesía territorial

En el festival también se presentarán dos libros de la editorial zarateña Ñacurutú Editora: “Voy a escribir una noche alternativa”, el primer poemario de Agustina Bustamante, una adolescente de 17 años, y “Lindero del bosque”, de la reconocida y premiada poeta Cecilia Perna

La editorial la fundaron ellas mismas con la compañía de Sofía Giacomuzzi. El año pasado presentaron los dos primeros poemarios de la colección, "Salto de fe", una cartografía poética del Paraná. El nombre de la editorial se debe a un arroyo que queda en la localidad, cruzando el río. "La idea de nombrar a la editorial Ñacurutú es nombrar ese espacio del que somos parte, ese paisaje que nos corresponde por habitar este lugar, y al cual no podemos llegar si no hay una lancha particular. No hay ninguna mirada, no ha habido ninguna mirada política, cultural, hacia la isla. Es un afán de nombrar el patrimonio ambiental para reconocerlo y también poder defenderlo", afirma Nadia. 

Por último, durante el festival van a inaugurar en la biblioteca una colección de poesía contemporánea que fueron creando a partir de las donaciones que dejaron poetas en ediciones anteriores. Al día de hoy siguen recibiendo libros jóvenes, frescos y actuales para darle vida a los anaqueles y leer con los adolescentes a quienes les dan taller todas las semanas.

Las tres creen mucho en la práctica de la escucha de poesía, por su potencia desalienante. "Es un pequeño momentito revolucionario en este presente fascista. Estamos aprendiendo cómo hacer que el espacio sea de verdad abierto, para que vengan todos, porque hay que abrir el corazón para encontrarnos siempre en tiempos de crisis", afirma Sofía. 

La programación y los horarios del festival pueden consultarse en las redes sociales del evento.