El destituido comandante general del Ejército de Bolivia, Juan José Zúñiga, y otros dos exmilitares fueron enviados este viernes a prisión preventiva por seis meses, acusados de ejecutar un intento de golpe de Estado contra el gobierno de Luis Arce. Zúñiga, el excomandante de la Armada Juan Arnez y el excomandante de la Fuerza Aérea Boliviana Edison Irahola fueron imputados por los delitos de alzamiento armado y terrorismo y deben cumplir la resolución judicial en la cárcel de máxima seguridad de Chonchocoro, en el altiplano de La Paz. La cifra de detenidos por el frustrado golpe contra Arce subió este viernes a 21. El expresidente y líder del oficialismo, Evo Morales, aseguró que él era el verdadero objetivo de la acción militar y culpó a funcionarios del gobierno por atacarlo.
"Una buena señal" para la investigación
Zúñiga, Arnez e Iraola permanecieron en celdas policiales durante el desarrollo de la audiencia que fue virtual y se extendió por cuatro horas. Afuera de la sede de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), en la ciudad de La Paz, esperaba un grupo de los denominados "autoconvocados", que hicieron una vigilia para respaldar al presidente Luis Arce y para pedir cárcel para Zúñiga, a quien tildaron de "traidor".
El procurador César Siles dijo al abandonar la audiencia que "lo que está disponiendo el juez, sin duda, va a sentar un precedente y es una buena señal para que esta investigación pueda seguir avanzando". Siles dijo que la Fiscalía pudo demostrar que los acusados son los autores de los dos delitos por los que se los acusa y recordó que la propia defensa de Zúñiga reconoció que hubo un intento de golpe de Estado, según el diario El Deber.
Más temprano el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, había destacado en conferencia de prensa la detención del capitán de infantería Miguel Burgos, a quien acusó de ser el encargado de la coordinación de la toma de la plaza Murillo frente a la sede de gobierno. "Se le vio dando instrucciones y organizando las fuerzas y tanquetas", agregó el ministro desde la ciudad de La Paz. También presentó ante la prensa al conductor del tanque que derribó la puerta de la sede del Ejecutivo en la capital boliviana, el sargento Allan Condorini.
Del Castillo informó que el general de la Fuerza Aérea, Marcelo Zegarra, está bajo custodia pero que aún no puede ser mostrado a la prensa porque se está "realizando una investigación" especial. Con estas capturas son 21 las personas detenidas por el caso que el ministro nombró como "Golpe de Estado Fallido", y agregó que "estas personas comandaban la destrucción del patrimonio del pueblo boliviano".
El gobierno informó que los golpistas se comunicaban a través de la aplicación de teléfono Facetime y no usaban las redes sociales. "Juan José Zúñiga no trabajó solo, estas 21 personas y estos militares no trabajaron de manera unilateral", sentenció Eduardo del Castillo, quien agregó: "Zúñiga era un narcisista y se hacia llamar 'el General del Pueblo, un líder planetario'. Estas conductas van a tener que ser evaluadas por psiquiatras".
El destituido Zúñiga lideró una acción que según dijo Eduardo del Castillo buscaba "cambiar el gabinete de gobierno" y "restablecer" la democracia en el país. También dijo que querían liberar a "todos los presos políticos" y mencionó a la expresidenta interina Jeanine Áñez (2019-2020) y al gobernador opositor Luis Fernando Camacho. Luego de unas horas de tensión Zúñiga replegó sus Fuerzas Armadas y posteriormente fue capturado en el Estado Mayor.
Zúñiga trató de restarle importancia a su papel en esta trama y, en su interrogatorio ante la policía, apuntó como "ideológo" del golpe a Aníbal Aguilar, hermano de un exministro de Educación. Según esta versión Aguilar ya desde mayo planteaba un "levantamiento" para "tomar el poder y llamar a elecciones", de acuerdo a declaraciones recogidas por la agencia estatal de noticias ABI. Durante la rebelión militar 14 civiles resultaron heridos con balines disparados por los soldados cuando ingresaron a la plaza donde está el palacio presidencial.
Según el ministro de Justicia, Iván Lima, Zúñiga podría ser condenado a una pena de entre 15 y 20 años de prisión por "atentar contra la democracia y la Constitución" bolivianas. "Esta acción irresponsable de un militar que deshonra a las Fuerzas Armadas y a la amistad que le brindamos muchos funcionarios de este gobierno solo muestra que es una persona irresponsable y desleal con valores básicos de respeto y dignidad de las Fuerzas Armadas", denunció Lima.
El presidente Luis Arce mencionó el jueves la posibilidad de una injerencia extranjera en la asonada militar. "Todos los golpes de Estado en el país han tenido como premisa el tema económico. El más reciente de ellos, el de 2019, ha sido el tema del litio", advirtió Arce en declaraciones a la prensa.
"El blanco era Evo Morales"
Durante su detención Zúñiga dijo que fue el presidente Arce quien le ordenó sacar a la calle las tanquetas como una estrategia para "levantar su popularidad". Este viernes Evo Morales pidió una investigación sobre la intentona golpista y puso en duda la versión oficial. "El blanco era Evo Morales", dijo el expresidente, quien agregó que el sábado pasado la ministra de la presidencia, María Nela Prada, lo atacó diciendo que "Evo destruye Bolivia" y "Evo quiere acortar el mandato de Lucho (Arce)".
"La forma en la que hizo la conferencia la ministra demuestra que Lucho está derechizado", indicó Morales en un conferencia de prensa en Cochabamba, región que es su bastión político y sindical. También reprochó que nadie del gobierno de Arce haya desautorizado los dichos de Zúñiga en una entrevista televisiva el lunes pasado, en la que amenazó con detenerlo si se presentaba como candidato presidencial en las elecciones de 2025. "En mi experiencia como excapitán de las Fuerzas Armadas de Bolivia le doy de baja, pero callaron", agregó el expresidente.
Arce y Morales están distanciados desde fines de 2021 y sus diferencias se profundizaron el año pasado por la realización de un congreso nacional del Movimiento al Socialismo (MAS) en el que, en ausencia del mandatario y de sus sectores leales, el expresidente se ratificó como líder del partido oficialista y fue nombrado "candidato único" para las elecciones de 2025. Ese congreso fue invalidado por el Tribunal Electoral que señaló que debe celebrarse un solo cónclave. Sin embargo los seguidores de ambos políticos no logran acercar sus posturas.
El jueves Luis Arce dijo que durante el intento de golpe llamó "al compañero Evo Morales" para advertirle de la situación, y agregó que a pesar de sus diferencias siguen siendo "compañeros". Morales y sus seguidores convocaron a un nuevo congreso nacional del MAS para el tres de septiembre en la región de Cochabamba, en donde esperan nombrar una nueva directiva y proclamar al exmandatario como candidato presidencial.