Corrupto. Comunista. Zurdito. De ego inflamado. Con esas palabras, dedicadas al tres veces presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, Javier Milei hizo trizas toda esperanza de recomponer la relación diplomática con la mayor potencia de Sudamérica, que arruinó a fuerza de exabruptos cuando todavía no había asumido. Lejos de esbozar una disculpa, como había exigido el líder del Partido de los Trabajadores, el argentino se mostró orgulloso de decir lo que considera “la verdad”, a dos semanas de la Cumbre del Mercosur en Paraguay a la que prevé asistir.

“Yo no conversé con el presidente de Argentina porque creo que él tiene que pedir disculpas, a Brasil y a mí. Él habló muchas tonterías”, recordó Lula el miércoles, en diálogo con UOL. “Yo quiero a Argentina. Es un país muy importante. No es un presidente el que va a crear una cizaña”, aclaró, y dejó una ironía contra el libertario por sus andanzas en el exterior: “Si quiere gobernar Argentina ya está bien, pero que no intente gobernar el mundo”.

Tal como informó Página/12, el vínculo entre ambos está roto, aunque la Casa Rosada hizo algunos gestos de acercamiento e intentó minimizar la crisis con el principal socio económico del país. En ese contexto, Milei fue consultado en un programa televisivo sobre las declaraciones de Lula. “La verdad es que es una discusión tan chiquita. Parece una discusión de criaturas preadolescentes”, esbozó involuntariamente una radiografía de su comportamiento más común. “El mismo mecanismo de (Gustavo) Petro, de (Pedro) Sánchez”, repasó enemigos personales con los que se cruzó en los últimos meses. Siguió con una pregunta: “¿Te creés que Lula no hizo cosas parecidas? Petro y Lula hicieron cosas similares, metiéndose activamente en nuestra campaña”.

“Las cosas que dije encima son ciertas. ¿Cuáles son los problemas? ¿Que le dije corrupto? ¿Acaso no fue preso por corrupto?”, lanzó. Lula estuvo 580 días privado de la libertad en una operación para apartarlo de la carrera electoral de 2018, pero la Corte Suprema de Justicia de Brasil anuló la sentencia en su contra, que calificó como un “error histórico”, dato que Milei en el mejor de los casos parece ignorar.

Pero la andanada de sandeces no quedó ahí. “¿Que le dije comunista? ¿Acaso no lo es?”, preguntó. “¿Desde cuándo hay que pedir perdón por decir la verdad? ¿O estamos tan enfermos de corrección política que a la izquierda no le podemos decir nada, aun cuando sea verdad?”, dijo a modo de reivindicación de su salud mental.

Por último, acusó a Lula de haber impulsado la “campaña negativa” de Sergio Massa en su contra –en referencia a que el candidato de Unión por la Patria había sumado a Edihno Silva, ex jefe de campaña del PT, a su equipo de trabajo– y pidió “ponerse por encima” de las discusiones en beneficio de la relación entre naciones, lo cual sugiere un esbozo de comprensión de la responsabilidad esperable en un jefe de Estado luego de más de medio año al frente del Ejecutivo. “Los que mintieron exigen que se les pida disculpas por haber dicho la verdad, vamos. Hay que ponerse por encima de estas nimiedades porque son más importantes los intereses de los argentinos y los brasileros que el ego inflamado de algún zurdito” (sic), sugirió y arruinó en una misma oración.

La ratificación de los exabruptos por parte de Milei tiene lugar cuando, según habían dejado trascender desde la Casa Rosada, su orden era no salir a confrontar con el presidente de Brasil. “Todo lo que Lula pretenda está bien. Está dentro de sus deseos y se los respetamos, pero el Presidente no ha cometido nada de lo que tenga que arrepentirse, al menos por ahora”, había dicho el jueves el vocero Manuel Adorni. El nuevo cruce de declaraciones tiene lugar a dos semanas de la Cumbre del Mercosur que se desarrollará en dos semanas en Paraguay, donde ambos mandatarios se verán las caras. En la del G7 eligieron ignorarse y apenas se cruzaron en un pasillo.

Tal como informó Página/12, la tensión entre la Argentina y Brasil aumentó en las últimas semanas por los bolsonaristas que buscan refugiarse en el territorio nacional, huyendo de las condenas a prisión por el ataque a los tres poderes del Estado en Brasilia, en 2023. La Comisión Nacional para los Refugiados (CONARE) estima que en las próximas semanas lo solicitarán mil o más brasileños. Al respecto, Lula remarcó el miércoles que “los prófugos que están en Argentina, algunos ya fueron condenados”, e indicó que “no quieren” ir a Brasil, por lo que deberían “quedar presos en Argentina”. “Estamos tratando de hacerlo de la forma más pacífica posible”, concluyó.