Bajo su seudónimo artístico Mariana Päraway, la compositora y cantante (y multiinstrumentista) mendocina Mariana Porta volvió a demostrar su capacidad de esquivarle a las fórmulas. O, por qué no, su honestidad creativa: como si evitara repetir el éxito de formatos previos, la autora traduce su presente en músicas que, una y otra vez, mutan y confirman su talento creativo.

Luego del despojo de guitarra y voz volcado en la docena de canciones de El tiempo (de 2011), un año más tarde Mariana Porta le dio forma a otras doce obras para delinear Los peces, donde amplió la instrumentación en un trabajo con momentos más luminosos. En 2014, con el consagratorio y bellísimo Hilario, la compositora volvió a proponer un universo intimista, dándole protagonismo a la comunión de arpa y voz. Ese ciclo cambiante, en constante movimiento, se amplió este año con La Flecha, hasta aquí su obra más celebratoria y bailable, en la que inglés y francés quedan de lado para adoptar al español como principal vía de comunicación. Un dato no menor, según distingue la compositora en diálogo con Rosario/12, en una entrevista en la que anticipa la presentación oficial de su nueva obra, programada para mañana a las 21 en la Terraza de la Cúpula de Plataforma Lavardén (Mendoza 1085), en un concierto que abrirá con la actuación de Julián Venegas.

 

“En Hilario estaba muy triste, quería decir cosas de una determinada manera. La Flecha me pone en otro lugar”.

 

Y será un concierto exploratorio el de Päraway, que sigue amoldando al vivo las obras de La Flecha pero, también, de su repertorio previo. "En los shows de Rosario y Córdoba voy con una baterista y pistas. En realidad estoy empezando a ver cómo se siente este disco en vivo, qué cosas hay que ir ajustando", anticipa Porta, que entiende que este nuevo material también abre la posibilidad de releer su propio repertorio: "Más allá de las decisiones que puedan tomar los productores, o el sello discográfico donde uno trabaja, uno va cambiando. En Hilario estaba muy triste, quería decir cosas de una determinada manera. Este disco me pone en otro lugar. El otro día toqué en San Juan y un amigo mío me decía que podía tocar en un lugar súper rockero de San Juan. Me dí cuenta que me abrí a otros lugares".

En ese marco, la artista amoldó además su trabajo interpretativo: "La Flecha me puso muchas barreras para derribar, haciendo una alegoría de la canción 'Verna y el faro', que dice un poco eso. La verdad es que tuve que poner mi voz en otro lugar, hacer fuerzas diferentes, mover mi respiración para otros lados. Las canciones de por sí ya tenían otra impronta. Al menos al principio era una cuestión sensorial, de ver que las canciones pedían más ritmo. Yo las sentía más esperanzadas. Si yo soy distinta, las canciones van a ser distintas".

En ese camino, la compositora apostó enteramente al español como nexo con el público. "Ahí estoy poniendo bastante el cuerpo, es mucho más real que si estoy cantando en otro idioma. Indefectiblemente eso me llevaba a cantar distinto", distingue Porta, una artista que no teme correrse de senderos que ya se probaron efectivos. Y que, en cada mutación, saca a relucir su talento.