La policía provincial allanó en la madrugada de ayer el Fonavi Parque Oeste, por una causa de narcomenudeo, que terminó con cinco detenidos a disposición de la Fiscalía que encabeza Franco Carbone, entre ellos, Matías Tripi, un integrante del célebre clan ligado desde hace años a la venta de drogas en ese barrio. En tanto, un viejo conocido de las crónicas policiales quedó complicado por la tenencia de una pistola .22. Se trata de Emanuel Suárez, condenado en la década pasada como partícipe del crimen del barra leproso Roberto “Pimpi” Caminos. Alejandro Salto y Ariel Ozan también fueron detenidos acusados de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización. La investigación se inició a partir de distintos hechos de violencias altamente lesivas vinculados con el denominado “Clan Tripi”, entre ellos, amenazas recibidas por el gobernador de la provincia de Santa Fe, Maximiliano Pullaro.

La Tropa de Operaciones Especiales (TOE) encabezó 11 procedimientos en la zona de Parque Oeste de Rosario, mientras que la Unidad Especial de Asuntos Internos y el Grupo de Operaciones Tácticas (GOT) trabajaron en otros siete puntos de la ciudad. Fueron 18 allanamientos en total realizados en esta ciudad, en el marco de una causa de narcomenudeo asociada a hechos de violencia ocurridos en la zona de Parque Oeste.

Según indicó el Ministerio de Seguridad, los 18 allanamientos realizados por la TOE, Asuntos Internos y grupos tácticos tuvieron lugar en Riobamba al 5700 (dos domicilios), Cerrito al 5500 (tres domicilios), Avellaneda al 4500, Rouillón al 2100, Manuel González al 3200, Pedro Lino Funes al 2100 y 2400 (tres domicilios), Rouillón al 1400 y Forest al 7600, Barra al 2200, Italia al 2100, Olavarría al 900 bis, y Rouillón al 2000.

En esos procedimientos fueron aprehendidas ocho personas: cinco de ellas quedaron detenidas y serán llevadas a audiencia imputativa en los próximos días por el fiscal Franco Carbone, a cargo de la investigación, mientras que las tres restantes fueron identificadas y recuperaron la libertad.

Los agentes de la Tropa de Operaciones Especiales secuestraron 16 teléfonos celulares, 4 notebooks y demás dispositivos electrónicos, un arma de fuego tipo revólver calibre 22, dinero en efectivo, dosis de estupefacientes, sustancia polvorienta blanquecina a peritar y documentación de interés para la investigación. En rigor se secuestraron 673 gramos de precursores químicos utilizados para procesar cocaína; 210 bolsitas con cocaína lista para la venta al menudo; dinero en efectivo; elementos de cortes y balanzas de precisión. 

El fiscal Carbone ya solicitó a la Oficina de Gestión Judicial la realización de las correspondientes audiencias imputativas y de medidas cautelares para el próximo jueves en el Centro de Justicia Penal de Rosario. Asimismo, adelantó que pedirá el derribo de tres inmuebles vinculados a la venta de droga en la ciudad.

La Policía de Santa Fe y el Ministerio Público de la Acusación (MPA) trabajaron en conjunto con la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), a través de las TOE, Asuntos Internos, GOT, el Equipo de Micro Tráfico de la Fiscalía General y el Equipo para el Abordaje de Delitos Cometidos con Armas de Fuego.

Cabe recordar que en marzo pasado, la Policía Federal había detenido a uno de los hermanos Tripi, Alan, en una causa por tráfico de droga, en el marco de una investigación de minimarkets en la zona oeste. Leonel, otro de sus hermanos, fue asesinado el pasado 27 de febrero en Cerrito y Teniente Agneta, en un caso del que no se conocen avances. El cabecilla de este clan, Iván Tripi, está preso desde el año 2020 purgando una condena a siete años por tráfico de estupefacientes. Y Diego, otro integrante de la familia, está detenido en forma preventiva por una causa de amenazas y portación de arma.

Según fuentes de la pesquisa a Matías Tripi no le encontraron drogas pero sí a un vecino que intentó descartar 210 bochitas de cocaína –104 gramos– tirándolas por la ventana al momento de ser allanado. La sospecha es que el vecino hacía de guarda del pequeño “bagayo” de la droga a pedido del clan Tripi.

Además, en un departamento del Fonavi la TOE allanó a Emanuel Suárez, quien ya pagó seis años de condena como partícipe secundario del crimen del barra Pimpi Caminos, cometido hace 14 años. A Ema sólo le encontraron una pistola .22 que, dijo, era para “protegerse”, indicó un vocero policial. Y no estaría ligado a la causa por narcomenudeo.

Hay otros tres demorados a disposición del fiscal Franco Carbone, que interviene junto con la Fiscalía de Microtráfico en conjunto con la Procunar (Procuraduría de Narcocriminalidad), del fuero federal. Se prevé que al menos tres inmuebles sean derribados en el corto plazo –autorización judicial mediante– por estar considerados bunkeres o aguantaderos.

“La investigación se inició a partir de distintos hechos de violencias altamente lesivas vinculados con el clan Tripi, entre ellos, amenazas recibidas por el gobernador Maximiliano Pullaro”, señalaron voceros judiciales.

Vale recordar que a comienzos de año, un allegado al clan Tripi fue incriminado en un procedimiento trucho de policías que le plantaron tres armas que habían sido utilizadas en al menos seis balaceras que causaron conmoción pública. El escándalo salió a la luz, al menos en forma parcial. Los tres uniformados terminaron detenidos y están presos. Pero no se conoce, al menos judicialmente, quién instigó el complot. Y la investigación no mostró avances respecto de por qué personal policial estaba en posesión de tres pistolas calientes.