Hace unos meses, por las calles del barrio alrededor de la Escuela De Educación Secundaria Nº14 "Eduardo Mallea" de Bahía Blanca, aparecieron unos extraños graffitis en griego. En realidad, un graffiti de solo una palabra, repetida por varios lugares: νύκτες o "noctes", según su traducción fonética. Su significado es noches, y su origen comenzó dentro de la misma casa de estudios, en una clase de literatura. 

Lourdes López es profesora en Letras por la Universidad Nacional del Sur. Durante sus estudios en el profesorado, se cruzó con los poemas de Catulo y desde ese momento se convirtió en una apasionada de las literaturas clásicas. Su fuente de trabajo principal es la docencia secundaria, entre los que se encuentra la escuela Nº14. 

Al contrario del prejuicio que uno podría tener, Lourdes afirma que los adolescentes se interesan bastante por la cultura grecorromana. "El tema del mito siempre es algo que los entusiasma. Yo les entro por el tema de las palabras, las que seguimos usando, palabras como etcétera, por ejemplo", afirma. A sus clases, Lourdes lleva a cabo distintas estrategias para que los alumnos no solo se interesen por los temas, sino con la ilusión de que quizás hasta los incorporen a su vida cotidiana. Uno de ellos es llevar libros para compartir entre los alumnos. 

Ese día Sebastián Talí, de 17 años, había ido a la escuela. Asiste al turno vespertino porque durante el día no puede, trabaja. Lo primero que le llamó la atención del libro fue el color: el bordó intenso típico de las ediciones de Losada. Le preguntó a la profe si podía llevarse esa edición, una de los poemas de la poeta griega Safo. Comenzó a copiar una palabra, νύκτες, en su cuaderno, practicando hasta que le salió. Cuando la tuvo, pasó a otro lienzo: la pared.

Uno de los graffitis de Sebastián.

"A mí me sorprendió porque la palabra es un poco compleja de ubicar. Por más que sea una edición bilingue, con el poema en idioma original al lado, es complejo saber qué palabra es cuál si no sabés griego. Pero la indicó enseguida", afirma la docente. 

Las calles del barrio se llenaron de noctes, noctes, noctes, entre signos de pregunta. Sebas la escribe para homenajear algo que ama: las noches de Bahía. "Voy mucho a un mirador desde donde se ve toda la ciudad, y la miro desde arriba, y pienso", afirma. A pesar de que solo grafitea hace un año, afirma que "noctes" "se va a quedar conmigo mucho tiempo".

No quedan dudas de que el lenguaje que pregonaban esos poetas sigue funcionando a través del tiempo, después de miles de años. "Lo más interesante son los errores de la grafía, porque es igual a los graffitis de Pompeya", afirma la docente. A Lourdes le resulta aún más interesante que Sebastián, aún no sabiendo la historia de la poeta, se haya dejado afectar por sus poemas. "Hay un puente que se arma entre el origen de esa palabra hasta el día de hoy", reflexiona.

Antes de pasar a la pared, las pruebas en papel.

Para él fue una sorpresa que le interese el libro, porque no es un lector asiduo. "Me gusta leer, pero lo hago de vez en cuando. La mayoría de las personas están casi todos por el celular. Están todos con la tecnología. Y nadie les interesa leer los libros. Con el celular no se puede apreciar la poesía", afirma el joven artista, deudor de los grecorromanos.

No fue la primera vez que Sebastián se interesó por la poesía. Dentro de la escuela, se organizó una maratón de lectura a la que asistió Gastón Vazquez, poeta panadero bahiense que deja poemas en el pan. Le interesó y le escribió por privado, preguntándole si él creía que cualquiera podía ser poeta. La respuesta que le dió Gastón le gustó: que estaba en cada uno saberlo. A pesar de eso, afirma que no se cree poeta. "A mí todavía me falta. Algún día", dice. 

"Me gusta la idea de dejar una huella. Yo sé que dentro de años podría seguir estando, que alguien lo vea y le pasen cosas con eso. Por la escuela pasa muchísima gente, y yo sé que van a estar mucho tiempo más ahí", afirma. Sólo grafitea otra palabra, "sida", por la enfermedad. Un amigo de un amigo la sufre, y dice que busca sacarle el peso a la palabra, y que quienes la vean escrita se sientan menos solos. "Y que los que no, que tomen conciencia y se cuiden", dice.

La mayoría de sus grafitis se encuentran alrededor de la misma escuela, que está al lado del Hospital Interzonal Dr. José Penna. "Trato de que los lugares que elijo sean lugares más o menos sean visitados, o apropiados para sacar unas fotos. O donde más o menos esté linda la pared, para ser sincero", afirma. 

Antes de devolver el libro, Sebastián se aseguró de sacarle fotos a los poemas que más le interesaban. "Safo es una poeta muy interesante, porque trae una sensibilidad femenina que no está tan presente en la Antigüedad Clásica. O lo que nosotros entendemos como Antigüedad Clásica. Lo único conservado, entre comillas", afirma su docente.

"Creo que la literatura y el lenguaje dan más para que los alumnos se lleven intereses a la casa. Para mi que se lleven cosas de clásicas es hermoso, ya estoy hecha. Porque es lo que a mí me fascina, obviamente. Uno transmite lo que lo apasiona. Es también lo que contagia creo, eso es lo que a uno lo mueve y lo que los alumnos se terminan llevando", afirma Lourdes.

Ciudad de profunda tradición literaria, pareciera ser que Bahía Blanca tiene varios otros grafiteros que continúan la tradición de la cultura romana, que no son Sebastián. Lourdes encontró, en 2022, versos grafiteados de Catulo, su poeta preferido. Por lo menos, ilustran Bahía tres versos de los poemas 8 y 5: "et quod vides perisse perditum duc", "at tu catulle destinatus obdura" y "soles occideret et redire possum".

La docente en su cuenta de Instagram donde difunde las lenguas clásicas explicó algunos errores que arrastran los graffitis, y cómo interpretarlos. "Pienso que puede ser un graffiti mal escrito a propósito, como muchas inscripciones parietales de la antigüedad romana. Sobre muchas de estas podemos saber qué confusiones tenían acerca de la lengua latina los mismos romanos. Es decir, esas faltas no dejan de ser muchas veces tesoros lingüísticos que nos acercan a saber cómo era la oralidad hace muchísimos años atrás", enseña.

La autoría de los graffitis de estos versos continúa un misterio. Habrá que esperar a que el próximo alumno, poeta o graffitero quiera develar su verdadera identidad. Mientras tanto, los espíritus de los poetas antiguos siguen vivos en el lienzo más antiguo del mundo: la pared. Y como termina Lourdes todos sus posteos, termina esta nota: "¡Valete omnes!", o "¡adiós a todo el mundo!".