El contexto de violencia que ha azotado a Rosario en la última década y los entornos de vulnerabilidad que atraviesan a los distintos barrios exigen buscar nuevas herramientas que contribuyan a mitigar estos impactos y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. El programa “Mediadores”, impulsado por la concejala Julia Irigoitia y que lleva las firmas para su tratamiento en la Comisión de Control del Concejo de sus compañeras de banca, María Fernanda Rey y Fernanda Gigliani, todas integrantes del bloque peronista, propone fortalecer el vínculo entre las diferentes organizaciones con anclaje territorial y el Estado.
El diseño de la propuesta se focaliza en la construcción de una red de mediadores con presencia en los barrios de la ciudad con capacidad de brindar respuestas no solamente en lo que respecta a seguridad sino en cuestiones de diversa índole como pueden ser situaciones de género, incendios, la necesidad de una ambulancia o cualquier tipo de contingencia que pueda presentarse. En el texto del proyecto se expresa que en la actualidad las organizaciones barriales de Rosario se enfrentan diariamente a estos problemas sin contar con los recursos mínimos necesarios, lo que dificulta la coordinación entre ellas y con las autoridades gubernamentales.
La concejala Irigoitia declaró a Rosario/12 que “la ciudad se enfrenta a una crisis de seguridad que tiene causas y consecuencias multidimensionales. Nosotros creemos que en el centro de ese problema está la violencia, un fenómeno que está generando un progresivo deterioro del entramado comunitario. Hoy la violencia es ampliamente utilizada en la resolución de conflictos y como medio de producción en economías ilegales”. Y agregó que “esto configura un escenario que demanda políticas de seguridad que integren dimensiones sociales, sanitarias, laborales, educativas, de infraestructura y hábitat, productivas y culturales”.
En el proyecto se señala la necesidad de regenerar un entramado comunitario fracturado como consecuencia de la violencia, el cúmulo de actividades delictivas y el deterioro en las condiciones materiales que obturan la posibilidad de una convivencia pacífica. Desde este posicionamiento se busca que el Municipio transfiera recursos, conocimientos, formación y tecnología para que las organizaciones, como los pilares sobre los que se apoya el programa, cuenten con más y mejores capacidades para afrontar los problemas cotidianos y puedan ser un polo de articulación con las distintas áreas de gobierno. “Las organizaciones son un actor clave en la vida cotidiana de los barrios y necesitamos darles mayores facilidades para que puedan actuar entre las personas de los barrios y las oficinas del gobierno para agilizar las intervenciones y la capacidad de respuesta”, añadió la impulsora del proyecto.
Los objetivos del programa
El programa plantea una serie de objetivos que permiten dimensionar su alcance. Por un lado prevé la realización de capacitaciones con actualización constante sobre mediación y prevención de violencias, recursos institucionales y jurídicos para abordar problemáticas sociales, y otras destrezas y habilidades pertinentes para la resolución pacífica de los conflictos.
También propone contribuir a la elaboración de un mapeo para identificar zonas con altos índices de violencias lesivas y realizar un diagnóstico que permita el abordaje integral y multiagencial de las distintas problemáticas.
Un tercer aspecto es relevar el entramado institucional que configura las zonas identificadas en el mapeo y facilitar la vinculación de las personas con las instituciones.
Por último, se propone de dotar de herramientas tecnológicas, conocimientos teóricos y prácticos, capacidades técnicas y mejoras de infraestructura a las organizaciones territoriales que puedan constituirse como mediadores comunitarios para la prevención de violencias.
Desde el punto de vista operativo, las organizaciones civiles y sociales que quieran participar de la red deberán realizar su inscripción a través de las vías dispuestas por la autoridad de aplicación, en este caso la secretaría de Desarrollo Humano, manifestando su intención de formar parte de la red y cumpliendo los requisitos establecidos. También se proyecta que desde esta dependencia municipal se entregue a las organizaciones que se sumen al programa un celular vinculado directamente con el CIOR y el 911 para alertar ante diferentes emergencias que requieran la intervención de personal municipal.
Irigoitia destacó que existen experiencias similares como “Alerta Tigre 2.0”, implementado en este municipio del conurbano bonaerense que desarrolló un sistema que permite alertar al Centro de Operaciones local a través de diversas formas, lugares y tecnologías para despachar desde allí la asistencia de Policía u otras fuerzas de seguridad, móviles municipales (C.O.T.), ambulancias del Sistema de Emergencias Tigre (S.E.T.), Bomberos, Defensa Civil o lo necesario ante cada evento.
El concejal Fabrizio Fiatti, integrante del bloque Arriba Rosario, consideró valiosa la propuesta pero planteó una serie de objeciones que están siendo debatidas en el recinto. “Hoy estamos discutiendo una propuesta distinta, con otro enfoque, respecto a cómo se planteó en un principio. Ya no se piensa como un mecanismo que le traslada una responsabilidad a los vecinos sino como sistema de alerta ciudadana del vecino para con el municipio”, explicó a este medio.
Fiatti expresó que actualmente ya funciona un área de mediación dentro del Municipio para la resolución de este tipo de conflictos y que incluso ha sido jerarquizada en el nuevo código de convivencia que entró en vigencia en 2022. Además mencionó la implementación de los jurados vecinales como otros espacios en donde también se expresa la participación ciudadana. En este sentido, señaló que hay que darle tiempo a estas herramientas para que los vecinos se las apropien.
Sin embargo, valoró la iniciativa general para continuar con su tratamiento y seguir tonificándola a partir de nuevos puntos de acuerdo. Respecto a la necesidad de fortalecer la figura de los mediadores señaló: “Creo incluso que se puede ir más allá e implementar mecanismos de mediación escolar, formar a los adolescentes en herramientas de mediación y resolución de conflictos para abordar problemáticas complejas, como por ejemplo las referidas al bullying”.
El proyecto se encuentra actualmente en tratamiento en la comisión de Control, Convivencia y Seguridad Ciudadana. La concejala Irigoitia resaltó una muy buena recepción por parte de las organizaciones y reconoció que desde el oficialismo, en un primer momento, se planteó como inviable y que generaría más riesgos para las personas que participan de las organizaciones. “Nosotros creemos que la peor forma de exponerlos es dejarlos solos en un contexto de altísima conflictividad. Por eso, confiamos en que podamos continuar trabajando y que este proyecto se pueda llevar a cabo, porque creemos que es una herramienta esencial en el contexto que vivimos. El Municipio tiene darle las herramientas para que puedan cumplir mejor un rol que ya realizan y que puedan acceder a capacitaciones y recursos”, expresó. Por último agregó: “Es fundamental aprovechar el conocimiento y la experiencia de las organizaciones que conocen mejor que nadie lo que pasa en los barrios y el Municipio tiene la responsabilidad de dotarlas de recursos, no solo económicos, sino en capacitación y acompañamiento. No se puede dejar sola a la gente de los barrios en una situación como la que vivimos y tampoco se trata de tirarles el problema. Lo que buscamos es generar una dinámica de trabajo conjunto, donde se le brinden los recursos necesarios a las organizaciones para que puedan cumplir un rol fundamental desde su lugar”.